Gino Alva Olivera

En el 2024, el recibió 284 reportes de discriminación étnica y racial en el país. Las denuncias, recogidas en la plataforma Alerta contra el , son más del triple que las registradas en el 2019, el último año antes de la pandemia.

Según el registro al que accedió El Comercio, la mayoría de casos son agresiones verbales (43,31%), restricciones o condicionamiento para acceder a algún bien o servicio (31%) y trato diferenciado o despectivo (22,54%).

Se ha identificado un incremento sostenido en el volumen de denuncias. […] Esto pone de manifiesto la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención, atención y sanción”, explicó el viceministro de Interculturalidad del Ministerio de Cultura, Julio Jaén Rodríguez.

Añadió que el significativo incremento de reportes también está relacionado con la tecnología: ahora se puede ingresar una denuncia a través de cualquier dispositivo con acceso a Internet. También existen más canales de atención: el correo electrónico, WhatsApp y redes sociales, entre otros.

Este Diario conoció el caso de un joven de origen afroperuano, el cual era víctima de frases hirientes en su centro de trabajo, debido a su color de piel. De forma anónima, uno de sus compañeros denunció el caso en el portal del Ministerio de Cultura.

Después de las investigaciones, los agresores fueron sancionados y algunos de ellos fueron trasladados a otra sede de la empresa en Lima Metropolitana.

La capital es precisamente la zona del país con el mayor número de denuncias: concentra el 55% de casos. En el segundo lugar está Arequipa con 8%.

Problema estructural

Sofía Carrillo, comunicadora y activista contra el racismo, expresó que los insultos y agresiones verbales son “lo visible, pero el impacto del racismo va mucho más allá”.

La ONU detalla que los efectos de la discriminación pueden ser “la capacidad de encontrar un trabajo, obtener una educación, tener igual acceso a la atención sanitaria o recibir un trato justo en un tribunal de justicia”, entre otros.

En tanto, la encuesta nacional “Percepciones y actitudes sobre diversidad cultural y discriminación étnico-racial” (2018) reveló que el 60% de los peruanos considera que la población afroperuana “es discriminada o muy discriminada”.

Las principales causas –detalla el estudio– “son su color de piel, sus rasgos faciales o físicos y porque son asociados a la delincuencia”.

Se trata además del grupo con la mayor percepción de discriminación, por encima de las poblaciones quechuas y aimaras (59%) y las nativas o indígenas (57%).

Del mismo modo, la encuesta nacional reveló que el 28% de peruanos se ha sentido discriminado por su color de piel, el 17% por sus rasgos faciales o físicos y el 16% por su lugar de procedencia.

En quechua y asháninka

La plataforma Alerta contra el Racismo aún tiene mejoras pendientes. Una de ellas es que solo está disponible en español, lo cual limita el acceso de algunas de las poblaciones más afectadas por la discriminación.

Según el Ministerio de Cultura, estará disponible “progresivamente en quechua y asháninka”.

El otro gran desafío es masificar su difusión. Tal como sucede con otros programas e iniciativas públicas – tales como el Programa de Recompensas o Desaparecidos en Perú–, la alerta contra la discriminación étnica y racial todavía es desconocida por un gran número de ciudadanos.

“Una plataforma así es positiva para que tengamos un mejor registro. [...] Pero también necesitamos que se combata el racismo desde la educación, con el compromiso de distintos sectores del Estado y con la aprobación de leyes contra este, pues de ese modo no solo se logrará sancionar efectivamente la discriminación étnica y racial, sino también priorizar acciones preventivas”, concluyó Carrillo.

Si has sido víctima o testigo de discriminación, puedes reportar el incidente de forma anónima en este enlace, la línea telefónica gratuita 1817, el correo alertacontraelracismo@cultura.gob.pe, el WhatsApp 976079336 o las redes sociales del Ministerio de Cultura.