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Todos iguales bajo el sol (y las sombras)
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Todos iguales bajo el sol (y las sombras)

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Perdidos en lo cotidiano, solemos dar por sentado cosas que son extraordinarias. Pensemos, por ejemplo, en el paisaje de nuestra . Tantas veces visto el mar y sus veraneantes, pensamos que todos los veranos son iguales. Sin embargo, como nos advierte el fotógrafo , la relación de Lima con su topografía costera no fue siempre la misma.

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En efecto, el nuestro es un paisaje en transformación. Del acantilado que hasta mediados del siglo XX resistió las olas del mar, hasta la creación artificial de las playas, gran proyecto emprendido a mediados de los años sesenta por el alcalde de Miraflores Ernesto Aramburú Menchaca con la Riviera Francesa como modelo. Sumemos a ello la mutación de la sociedad limeña a partir de los movimientos migratorios de la época, ese desborde popular analizado por Matos Mar.

Bedoya es el curador de la muestra “El Sol de Lima”, recientemente inaugurada en el Icpna de Miraflores. Una exposición que, con imágenes y documentos, nos habla de la relación de la ciudad con su playa, paralelo a la transformación social de su población. Y, mientras todo eso sucede, una generación de fotógrafos van registrando el paisaje de una manera muy personal.

Aquellos cambios tienen a la fotógrafa Mariella Agois como un primer testigo. Una pionera de un género que muy pronto tendría diferentes seguidores. Con solo 22 años, clavó su sombrilla en el nuevo paisaje, para desarrollar un nuevo lenguaje de códigos abstractos y juegos formales. Su serie “Chorrillos”, realizada entre los veranos de 1978 y 1980, crea una atmósfera como nunca se había plasmado en la fotografía local.

De Enrique Bedoya, “Sin título”,  Lima, 1987 - 1988.
De Enrique Bedoya, “Sin título”, Lima, 1987 - 1988.
De Mariella Agois, pionera en la aproximación a las playas desde la fotografía moderna,  su serie “Chorrillos”. (1978 – 1980 ).
De Mariella Agois, pionera en la aproximación a las playas desde la fotografía moderna, su serie “Chorrillos”. (1978 – 1980 ).

“Hay que entender la presencia de Mariella Agois en el contexto del modernismo en la fotografía peruana de fines de los años 70, a través de “Secuencia”, movimiento liderado por Fernando La Rosa, líder y maestro de toda esa generación”, explica el curador. Así, imbuida de este espíritu moderno, usando la fotografía como un lenguaje de autor, la artista se enfoca en la playa de Agua Dulce, símbolo del verano popular. “Su trabajo no es estrictamente un registro documental. Es la mirada pionera de quien encuentra en la playa un tópico, y a la vez experimenta nuevos usos del lenguaje fotográfico”, dice Bedoya.

—Vamos a la playa—

Para el curador de la muestra, es a partir del trabajo de Agois que empiezan a generarse réplicas, casi en simultáneo. Así, tenemos las imágenes documentales de Mariel Vidal, donde se percibe al protagonista popular claramente retratado. O las de Susana Pastor, proveniente del periodismo, quien con crudeza retrata la convulsión de playas ocupadas masivamente.

Apelando a la imagen en color, Adrián Portugal retrata los tópicos del verano a partir de sus comisiones periodísticas, convirtiéndolas en motivos de exploración identitaria. Además de su trabajo propio, Bedoya incorpora la foto icónica y potente de Roberto Huarcaya que integra en el mismo apaisado encuadre a la playa chorrillana y al Club Regatas. Finalmente, en un registro distinto, Samuel Chambi, fotógrafo formado en el Centro de la Imagen, ficciona sobre el paisaje, retratando a veraneantes y retocando luego la imagen con tinta china. El alcance conceptual sorprende por su ironía.

Juguete que representa un heladero, de la colección del anticuario Jorge Bustamante.
Juguete que representa un heladero, de la colección del anticuario Jorge Bustamante.
De Samuel Chambi Flores, “Playa I”.  Fotografía  analógica intervenida con acrílico y tinta china.
De Samuel Chambi Flores, “Playa I”. Fotografía analógica intervenida con acrílico y tinta china.

Si bien todos somos iguales bajo el sol, los registros de los fotógrafos invitados parecieran ofrecernos dos sensibilidades distintas: en las imágenes de Agois, Bedoya o Vidal, encontramos la intención de abstraer y singularizar al sujeto, aportando cierta dimensión existencialista. En el caso de Pastor o Portugal, incidiendo en la masificación del verano, reverbera en ellas la paradoja de una bulliciosa realidad veraniega registrada por la imagen silente. No hay sujetos principales, sino un laberinto de gestos y acciones sucediéndose. Quedará en el espectador imaginar el vocerío y el rumor marino.

Como un invitado especial, la muestra de fotógrafos locales aloja el trabajo del reconocido fotógrafo británico Martin Parr, uno de los fundadores de la mítica agencia Magnum. Para Bedoya, que el colega inglés llegara a Lima para fotografiar a los veraneantes de Agua Dulce no es una casualidad. Es el reconocimiento de una tradición local iniciada por una joven de 22 años, fundamental para nuestras artes visuales. “Una de las intenciones de esta muestra es reivindicar el paso fugaz, pero rutilante, de Mariella Agois en la fotografía peruana. Dar cuenta de la complejidad de una personalidad artística poliédrica e insinuar, de pronto, que el trabajo de aquella chica tan joven, incidió en lo que hoy podemos reconocer como una tradición”, añade el curador.

SEPA MÁS

La muestra “El sol de Lima. La imagen del verano popular ( 1978–2015 )” puede verse hasta el 12 de octubre en el Espacio Venancio Shinki del ICPNA. Av. Angamos Oeste 120, Miraflores.