Detrás de la drástica caída en la tasa de nacimientos, más mujeres están redefiniendo su identidad y cuestionando si la maternidad es realmente parte de su camino.
Detrás de la drástica caída en la tasa de nacimientos, más mujeres están redefiniendo su identidad y cuestionando si la maternidad es realmente parte de su camino.

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Nacimientos se redujeron en 10%: ¿Por qué la nueva generación de mujeres le dice no a la maternidad?
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Nacimientos se redujeron en 10%: ¿Por qué la nueva generación de mujeres le dice no a la maternidad?

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Cada vez escuchamos con más naturalidad a decir: “no quiero ser ”. Lo que hace algunas décadas podía sonar casi impensable, hoy se ha convertido en una conversación frecuente en o en . Y no se trata solo de una moda o de un “capricho generacional”: las cifras muestran que estamos frente a un cambio real y profundo.

En el Perú, los nacimientos registrados se redujeron en un 10,4% entre 2022 y 2023, pasando de 516.295 a 462.755, según el Y si observamos el panorama más amplio, entre 2019 y 2023 la caída acumulada alcanza el 20,4%.

A la par, la Tasa Global de Fecundidad descendió a 1,8 hijos por mujer —muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional (2,1)—, especialmente en las áreas urbanas, donde llega a 1,7, según el mismo informe del INEI.

En definitiva, detrás de estas cifras hay miles de historias y elecciones personales. Por eso, no solo es que “nacen menos”, sino que también más mujeres se atreven a cuestionar lo que antes parecía inevitable y a preguntarse si la realmente forma parte de su camino de vida.

¿Cómo cambió la idea de la maternidad?

La idea de la maternidad ha cambiado significativamente a lo largo de las décadas, pasando de ser un mandato social a una opción personal, libremente elegida. Históricamente, la maternidad se veía como una “obligación”, pues como explicó Andrea López, psicoterapeuta y directora de Accompany Child a , “antes se creía que las mujeres no estaban ‘realizadas’ en la vida si no tenían hijos. Básicamente, este pensamiento se nutría de normas sociales y culturales que dictaban cómo debía ser la vida de las mujeres, siempre girando en torno a la maternidad como su principal fin”.

Sin embargo, desde hace algunas décadas, las mujeres han empezado a desafiar estas normas y a cuestionar este rol. La búsqueda de la igualdad de género y la personal ha . Como lo señaló López, el acceso a la planificación familiar y a ha brindado a las mujeres un mayor control sobre su capacidad reproductiva, permitiéndoles decidir si desean ser madres y cuándo.

Este cambio también se refleja en una nueva Según la psicoterapeuta Fanny Abanto, “cada vez más mujeres sienten la libertad de cuestionar la maternidad debido a una combinación de factores sociales, económicos y culturales”. La creciente participación de las mujeres en la educación y el mercado laboral ha permitido que muchas visualicen un futuro en el que la maternidad no es una obligación, sino una opción más entre muchas. Hoy, las mujeres pueden buscar realización personal no solo a través de la maternidad, sino también mediante sus carreras, y otros proyectos personales.

La sociedad a menudo juzga a las mujeres que no desean tener hijos, tachándolas de "egoístas" o "frías". Sin embargo, esta decisión se basa en la autorreflexión, la libertad personal y la búsqueda de realización en otros ámbitos.
La sociedad a menudo juzga a las mujeres que no desean tener hijos, tachándolas de "egoístas" o "frías". Sin embargo, esta decisión se basa en la autorreflexión, la libertad personal y la búsqueda de realización en otros ámbitos.

Por otro lado, Klaris Zúñiga, psicóloga y vocera del Colegio de Psicólogos del Perú, destacó un cambio generacional en las prioridades de vida, con muchas mujeres jóvenes priorizando la autonomía y el El foco ya no está en el modelo tradicional de familia y estabilidad económica, sino en la independencia y la autorrealización. Esto ha llevado a muchas a replantear la maternidad, viéndola no solo como una decisión íntima, sino también como una elección con implicancias éticas sobre el mundo actual.

En este contexto, las generaciones más recientes, como los millennials y la Generación Z, han adoptado una postura más pragmática. De acuerdo con Nancy Vega, subdirectora médica de MAPFRE “los millennials, al sentirse agobiados por el modelo tradicional de maternidad, “sienten frustración” ante la idea de tener que “tenerlo todo”. Por su parte, la Generación Z ve la maternidad con una perspectiva más realista, eligiendo no tener hijos por motivos económicos, ambientales o de estilo de vida”.

De hecho, Francis Vilela, docente de la carrera de psicología de la Universidad Científica del Sur, mencionó que las , en muchos casos, han reemplazado simbólicamente a los hijos en la vida de algunas mujeres jóvenes. Esto refleja una reconfiguración de las prioridades, donde el bienestar personal, el cuidado del medio ambiente y la realización profesional han tomado mayor relevancia que la maternidad tradicional.

¿Qué hay detrás del “no quiero ser madre”?

La decisión de no ser madre, cada vez más común en las generaciones actuales, responde a una serie de factores complejos que van más allá de lo que comúnmente se percibe como . Según la psicóloga, ser madre implica un cambio profundo en la vida de una persona, donde ya no se piensa solo en uno mismo, sino en priorizar a otro ser humano. Esta gran responsabilidad no siempre resulta compatible con los estilos de vida actuales, que valoran la independencia y los roles compartidos en las parejas. Así, no es raro que las nuevas generaciones no se sientan preparadas para dar ese paso.

Desde la perspectiva de Zúñiga, los motivos detrás de la decisión de no ser madre son múltiples y, en muchos casos, se entrelazan. Para algunas mujeres, la maternidad representa una amenaza a su libertad y autonomía, especialmente si consideran que afectaría sus proyectos personales, como estudios, carrera o estilo de vida.

Además, el miedo a la carga emocional y mental de —desde las tareas cotidianas hasta la preocupación por su futuro— puede ser un factor decisivo, o incluso el no sentirse capaces de ser “buenas madres”. Esto se ve acentuado por la incertidumbre económica y la inestabilidad laboral, que generan sobre la capacidad de garantizar un futuro seguro para un hijo, afectando tanto la salud mental como las relaciones de pareja.

Otro aspecto crucial es la preocupación por el contexto global. Muchas mujeres se sienten reticentes a ser madres en un escenario marcado por la crisis climática, la violencia y la inestabilidad política. Ante estas realidades, el temor, la inseguridad y la angustia son emociones comunes, lo que lleva a cuestionarse si es ético o responsable traer una nueva vida al mundo.

“En definitiva, la de no ser madre está entrelaza con diversos motivos como la inseguridad económica, el miedo a perder la identidad o la libertad personal, y, en algunos casos, experiencias familiares negativas. Sin embargo, es importante reconocer que muchas mujeres simplemente no sienten el deseo de ser madres y prefieren priorizar su salud mental, sus proyectos personales o la búsqueda de una vida sin las responsabilidades que implica la crianza”, recalcó Ana Paula Ceballos, psicóloga de Clínica San Felipe.

¿Qué hay con la presión de ser madre que nadie menciona?

La sobre la decisión de tener o no tener hijos es una de esas cargas invisibles que muchas mujeres enfrentan. Según Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de Clínica Internacional, la presión de familiares y amigos sigue siendo una constante en la vida de muchas mujeres, quienes escuchan comentarios dolorosos como “te vas a arrepentir” o “se te va a pasar el tren”. Este tipo de frases no solo generan sentimientos de culpa y enojo, sino que además fomentan la confusión en una decisión tan personal.

Por otro lado, la experta del Colegio de Psicólogos del Perú nos recuerda que aún persiste un estigma social que cataloga a las mujeres que eligen no ser madres como “egoístas” o “frías”. Sin embargo, la evidencia científica desmiente estas etiquetas.

Hoy en día, las mujeres tienen la libertad y las herramientas para decidir su destino. Esto les permite priorizar su bienestar emocional, profesional y económico antes que las expectativas ajenas.
Hoy en día, las mujeres tienen la libertad y las herramientas para decidir su destino. Esto les permite priorizar su bienestar emocional, profesional y económico antes que las expectativas ajenas.

“La decisión de no tener hijos no es un acto egoísta, sino una decisión tomada con responsabilidad, y un profundo sentido de honestidad. Muchas de estas mujeres, lejos de carecer de , son personas profundamente comprometidas con sus seres queridos y con la sociedad en general. El amor y el cuidado no se limitan a la maternidad; se expresan también en la familia, las o el compromiso con causas sociales”.

De hecho, como comentó López, según un estudio publicado en la Revista Latinoamericana de Psicología por la Universidad de Chile en 2018, las mujeres chilenas que decidieron no tener hijos no mostraron diferencias significativas en cuanto a empatía y compasión respecto a aquellas que sí optaron por la maternidad. De igual manera, un estudio cualitativo del 2019 en la Revista Argentina de Sociología reveló que, a pesar de la presión social, estas mujeres toman su decisión tras un proceso de reflexión profundo sobre sus propias necesidades y deseos, alejándose de los juicios externos.

¿Es posible una identidad femenina más allá de la maternidad?

La respuesta es sí, y, de hecho, muchas mujeres se han visto en la necesidad de redefinir su cuando eligen no ser madres.

Como afirmó Vilela, desde la infancia, las niñas son socializadas para ser madres: juguetes, ropas y actitudes sociales transmiten la idea de que la maternidad es parte de su destino. Sin embargo, al crecer, muchas descubren que no desean seguir ese camino, lo que puede generar conflictos tanto internos como con su entorno. Este choque entre expectativas sociales y deseos personales es el primer paso hacia la construcción de una identidad femenina que va más allá de la maternidad.

La decisión de no ser madre no se trata solo de una ausencia, sino de un acto de reconfiguración de sentido. “Esta decisión lleva a muchas mujeres a redirigir su energía hacia otros roles y áreas de vida que son igualmente enriquecedores, como el desarrollo profesional, la creatividad, el activismo o el cuidado no parental (por ejemplo, siendo tías, mentoras o amigas). Esta redefinición puede incluir también un proceso terapéutico, en el que el trabajo narrativo ayuda a que la ausencia de maternidad se convierta en una elección consciente que abre nuevas posibilidades”, aseguró Ana Paula Ceballos.

Por su parte, Klaris Zúñiga agregó que el proceso de decidir no ser madre puede resultar liberador, pues permite a la mujer enfocarse en proyectos personales, estudios, hobbies, o incluso en la creación de lo que se conoce como “familia elegida”: redes de apoyo que, aunque no están basadas en vínculos de sangre, desempeñan un papel esencial en su bienestar y sentido de pertenencia.

“Sin duda, las diferencias entre quienes optan por la maternidad y quienes no lo hacen suelen estar en las prioridades. Mientras que las mujeres que desean ser madres tienden a poner la familia y el cuidado en el centro de su vida, aquellas que no desean ser madres suelen enfocarse en su autonomía, su carrera y en proyectos personales. Sin embargo, algo que comparten ambas es el deseo de sentirse plenas y vivir de acuerdo con sus propios valores, aunque los caminos hacia esta plenitud puedan ser diferentes”, sostuvo la experta de Clínica Internacional.

¿Cómo distinguir entre un “no quiero”, “no ahora” y “no puedo”?

Es fundamental entender las razones detrás de cada afirmación para tomar decisiones claras y auténticas. Las especialitas sugirieron:

“No quiero”:

Este es un rechazo claro y firme, generalmente basado en valores, deseos o convicciones personales.

  • Señales: La respuesta es consistente al imaginar una vida sin hijos, generando calma o alivio. Los argumentos son coherentes con lo que cada persona valora en la vida.
  • Acompañamiento: El trabajo aquí se centra en la de la decisión, el fortalecimiento de la identidad y el apoyo para gestionar las presiones sociales que puedan surgir por no seguir los caminos tradicionales.

“No ahora”:

Implica una postergación, un “quizás más adelante”, debido a circunstancias temporales que están fuera del control inmediato.

  • Señales: Hay una ambivalencia temporal, con un plan o condiciones concretas en mente, como “primero quiero terminar mis estudios” o “cuando tenga estabilidad económica”. Las personas con este pensamiento a menudo se enfocan en un momento futuro como más adecuado para tomar decisiones.
  • Acompañamiento: Se recomienda ayudar a crear un plan realista con objetivos claros y acompañar en el manejo de la ansiedad relacionada con el o la presión del tiempo.
Cada vez más, las mujeres están descubriendo la plenitud y el sentido de sus vidas a través de nuevas formas de "familia", proyectos creativos o el activismo, demostrando que la felicidad no tiene una única fórmula.
Cada vez más, las mujeres están descubriendo la plenitud y el sentido de sus vidas a través de nuevas formas de "familia", proyectos creativos o el activismo, demostrando que la felicidad no tiene una única fórmula.

“No puedo”:

Esta frase refleja una limitación real y a menudo dolorosa, como dificultades médicas, emocionales o físicas.

  • Señales: Suele ir acompañada de sentimientos de o especialmente cuando hay razones más profundas como infertilidad, problemas de salud graves o condiciones económicas limitantes.
  • Acompañamiento: Aquí el enfoque debe ser más en el manejo del duelo, ayudando a procesar la pérdida y la aceptación de la situación. También es importante explorar alternativas, como la adopción o la , si es aplicable, y brindar apoyo para encontrar nuevos proyectos de vida que den sentido y propósito.

Claves para una decisión auténtica

Para tomar una decisión auténtica sobre la maternidad, es esencial que cada mujer se permita explorar sus propios deseos y emociones, sin dejarse llevar por expectativas ajenas. Aquí algunos pasos para lograrlo:

Escúchate a ti misma:

Según Andrea López, el primer paso es hacer un ejercicio de autoconocimiento. Pregúntate: ¿qué emociones surgen al pensar en la maternidad? ¿Sientes entusiasmo y deseo, o más bien miedo y obligación? Identificar la diferencia entre lo que realmente quieres y lo que los demás esperan de ti es crucial para tomar una decisión informada y auténtica. Reflexionar sobre estos sentimientos te permitirá distinguir lo que proviene de tu corazón y lo que es producto de presiones externas. Recuerda, el “no quiero” o “no puedo” pueden ser señales importantes que no debemos ignorar.

Explora tus valores y prioridades:

La maternidad puede ser una decisión transformadora, y es importante saber si se alinea con tus valores y objetivos personales. ¿Qué es lo que más valoras en la vida? ¿Qué prioridades tienes para tu futuro? Si la maternidad se ajusta a estos valores, entonces puede ser una opción válida. Si no, puede que haya otras áreas de tu vida que requieran más de tu energía y atención. Pregúntate si la maternidad coincide con lo que realmente quieres hacer con tu vida.

Imagina tu vida con y sin hijos:

Una técnica útil es visualizar ambas opciones. Imagina cómo sería tu vida con hijos y cómo sería sin ellos. ¿Qué cambios ves en cada escenario? ¿Cuál de los dos te hace sentir más feliz y realizada? ¿Qué ventajas y desventajas ves en cada opción? Esto puede ofrecerte claridad sobre cuál de las dos opciones se ajusta mejor a tus necesidades y deseos profundos. La clave está en visualizar tus propios deseos, no los de los demás.

Busca apoyo si lo necesitas:

Hablar con un terapeuta o consejero puede ser un recurso invaluable para explorar tus sentimientos de manera confidencial. Si te sientes confundida o abrumada, hablar con alguien que te ayude a procesar tus emociones puede ser esencial. Además, unirte a grupos de apoyo (ya sea en línea o en persona) te permitirá compartir experiencias con mujeres que están en el mismo proceso de reflexión o que ya han tomado la decisión de no ser madres. Esto puede proporcionarte una sensación de comunidad y respaldo, ayudándote a sentirte menos sola en este proceso.

Elimina la presión externa:

Es fundamental que la decisión de ser o no madre se tome por y para ti misma. Si sientes una presión social o familiar, recuerda que serás tú quien atraviese todo el proceso de embarazo y crianza. Es tu vida y tu futuro. Si decides no maternar, esta es una elección legítima basada en tu propia evaluación de lo que te hace feliz y realizada. La sociedad, la familia o los amigos no vivirán las consecuencias de tu decisión, por lo tanto, la decisión debe ser personal y alineada contigo misma.

Reconoce la coherencia interna:

Según Klaris Zúñiga, una decisión auténtica suele traer paz, incluso cuando hay miedos o presiones externas. Si tu elección te da una sensación de liberación y coherencia interna, es probable que sea una decisión genuina. Si, por el contrario, sientes un peso interno o la sensación de estar actuando en contra de lo que realmente deseas, es importante seguir cuestionando las razones detrás de tu elección. ¿Tu decisión te da paz? ¿Te hace sentir más libre y auténtica?

Haz un análisis profundo de tus motivaciones:

Examina las motivaciones y sentimientos subyacentes detrás de tu decisión. Pregúntate: “¿Qué es lo que realmente me lleva a considerar no tener hijos?” ¿Es el miedo a la responsabilidad? ¿Es la presión social? ¿O es un deseo genuino de no maternar por razones personales? Si sientes que estás tomando esta decisión para evitar conflictos o críticas externas, es probable que no sea una decisión completamente propia. Por ejemplo, si te sientes presionada por tu familia o amigos para tener hijos, pero no lo deseas realmente, esa decisión podría no ser auténtica. Escucha si tu corazón te está hablando o si estás tratando de complacer a otros.

Acepta que el proceso no siempre es lineal:

Esta reflexión es un proceso que puede llevar tiempo. Es normal que surjan dudas y que tu decisión evolucione. A veces, las respuestas no son inmediatas. La autocomprensión puede requerir varias etapas de reflexión. Te recomiendo no apresurarte, ya que la decisión de la maternidad es un tema profundo y trascendental. Está bien si no tienes una respuesta clara de inmediato; lo importante es que te des espacio para explorar todas tus emociones.

Para avanzar como sociedad, es esencial que adoptemos una visión más inclusiva y respetuosa. Esto significa normalizar la no maternidad como una opción de vida tan válida como la maternidad. Es fundamental cuestionar los estereotipos que etiquetan a las mujeres sin hijos de “egoístas” o “frías”.

Además, debemos evitar preguntas invasivas como “¿y los hijos para cuándo?”, entendiendo que la maternidad es una opción, no una obligación. Al final, cada persona tiene derecho a decidir el camino que considera mejor para sí misma, libre de juicios y presiones sociales”, enfatizó la vocera del Colegio de Psicólogos del Perú.

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