Redacción EC

Salsa y calle. La creatividad de los peruanos por ganarse unas monedas sorprende cada vez más. Inventan de todo y para todos. Con mayor razón, ahora que se acerca la Navidad. Pero hace unos días, sorprendió encontrar dentro de este vasto universo criollo a un instructor de en inmediaciones de la Plaza Unión.

El personaje bailaba con profusa cadencia al ritmo de Oscar D’León, mientras movía los pies guiado por unas flechas dibujadas con tiza sobre el piso. “Uno, dos, tres… cinco, seis, siete”, repetía bajo la atenta mirada de los curiosos que se aglomeraban a su alrededor.

(Antonio Álvarez Ferrando / El Comercio)

Se llama César Trujillo. Desde cace dos años va por las calles de Lima con su parlante en la mano, llevando un sabroso repertorio para enseñar a ser un buen bailador. Este arsenal musical incluye los grandes clásicos de Héctor Lavoe, El Gran Combo de Puerto Rico y La Sonora Ponceña, entre otros. 

Viene de una familia de bailadores y tiene en claro que Lima no es Cali, que no abundan las escuelas de salsa ni esa costumbre cultural por aprender a bailarla, por ello, aprovechando esa situación decidió ‘recursearse’ enseñando al aire libre lo que más sabe.

Gana dinero con los DVD que vende. En ellos aparece dando las claves para ser un excelente bailador de salsa, merengue y bachata. Además, aprovecha para promocionar la empresa que formó con sus padres y hermanos: la escuela de baile .

(Antonio Álvarez Ferrando / El Comercio)

“La gente cree que aprender a bailar es muy difícil. Cuántos van a reuniones o fiestas y por no saber bailar se la pasan sentados. Quien se anime a aprender, lo logrará. Esto no es nada de otro mundo, solo hay que coger el paso, practicar mucho e ir al ritmo de la música”, comenta.

César nos dejó algunas pautas con dos pasos básicos de salsa y otro con más sabor, saoco y sandunga: el pasito “Chim pum, Callao”, que bien podría ser un homenaje a esos innovadores bailarines que reinaron el escenario chalaco por las décadas del 60 y 70: “Rulo”, “Payaso”, Sixto Urrutia y “Tiriti”. Ahora, ¡a bailar!

Contenido sugerido

Contenido GEC