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Cierre del centro ARIE en La Molina: padres comparten su angustia y el impacto en sus hijos
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Cierre del centro ARIE en La Molina: padres comparten su angustia y el impacto en sus hijos

Cierre del centro ARIE en La Molina: padres comparten su angustia y el impacto en sus hijos

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Seis días han pasado desde que mil niños y adolescentes con discapacidad y trastornos de neurodesarrollo dejaron de ser atendidos en la sede del Instituto para el Desarrollo Infantil (ARIE) de debido a que la . Padres de familia están preocupados ante esta situación debido al tratamiento especializado que requieren los menores.

El local se encuentran en la primera cuadra de la Av. Flora Tristán. El Comercio conversó con algunas madres, quienes indicaron que sus menores les han manifestado su angustia por la interrupción de su atención en este centro médico.

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Carlos Salas Abusada

La "segunda familia" que encontraron Luz Marina Chama y su pequeño

Luz Marina Chama es madre de un menor de 8 años que va casi doce meses recibiendo terapia física con la máquina Lokomat, un sistema robótico avanzado, diseñado para una terapia funcional intensiva del aparato locomotor. La sede de La Molina de ARIE es la única que cuenta con este artefacto.

Mi niño fue diagnosticado con parálisis cerebral, diplejía espástica y triparesia. Yo vivo en San Juan de Lurigancho y pertenezco a un grupo de mamitas de 60 niños con parálisis cerebral en situación de pobreza. La gerenta de ARIE [Johanna Susffalich] nos vio y nos ha dado terapias a bajo costo o sin costo alguno, como en mi caso. Gracias a ese apoyo, mi hijito está logrando movilizarse y hablar“, declaró a El Comercio.

Luz Marina cuenta que, antes de llevar a su menor a la sede de ARIE de La Molina, acudió a centros médicos y de terapia en su distrito, pero ninguno pudo apoyar a su hijo con el tratamiento que necesita. “En ARIE de La Molina tienen terapistas y una atención médica que no hemos encontrado en otros centros. Mi hijo va cuatro veces por semana”, manifestó.

La señora Jessica Fernández, junto a su hija, al frente de los padres de niños de ARIE que este domingo protestaron en el frontis de la sede de la La Molina por la decisión de la municipalidad local. Foto: Antonio Melgarejo.
La señora Jessica Fernández, junto a su hija, al frente de los padres de niños de ARIE que este domingo protestaron en el frontis de la sede de la La Molina por la decisión de la municipalidad local. Foto: Antonio Melgarejo.
/ ANTONIO MELGAREJO

Ella vive con su pequeño en la zona ‘Brisas de Belén’, colindante con el distrito de Comas. Carga a su hijo en brazos para trasladarlo y demora 30 minutos hasta el paradero, donde toma una un vehículo de transporte público para llegar hasta La Molina.

La carga que vivimos es muy grande. El día a día es una lucha constante con nuestros pequeños. Por eso ARIE es como una segunda familia. Allí no solo apoyan a mi pequeño; las licenciadas también nos apoyan a las mamás, conversan con nosotras y están pendientes de la evolución de nuestros niños”, expresó.

Por eso, la falta de atención en la sede de La Molina preocupa sobremanera a Luz Marina por la interrupción de la terapia especializada que requiere su hijo. “Un día sin terapia de mi pequeño es un retroceso total. Todo lo que él logra durante las sesiones en ARIE retrocede cuando no las hace. Ahorita ya va casi una semana sin terapias. Trato de hacerle masajes y seguir las indicaciones que me dan las licenciadas por teléfono, pero no es lo mismo”, manifiesta.

Su pequeño también comparte esta inquietud, pues le ha hecho saber su preocupación por haber dejado de asistir al centro médico. “Él sabe qué días le toca terapia. La semana pasada se levantaba y me decía ‘¡Hoy tengo terapia!’. Primero, tuve que mencionarle que estaban limpiando el instituto, pero días después tuve que contarle que lo habían cerrado. Me ha dicho que quiere que escuchen su pedido para que abran la sede de ARIE“, relató.

Por ello, Luz Marina pide a la Municipalidad de La Molina que permita el uso del local de la Av. Flora por la institución ARIE. “Si sigue sin funcionar, muchos niños con discapacidad se van a quedar sin su derecho a la salud y rehabilitación. Pido a la municipalidad que no le quite la licencia, porque no tenemos otro lugar que nos apoye”, mencionó.

La terapia como 'desayuno para el cuerpo y mente' de un niño con habilidades diferentes

Karla Espinoza acudió con su hijo Luis Daniel por primera vez a la sede de ARIE en La Molina en el 2007. Al nacer, fue diagnosticado con parálisis cerebral espástica. “En ARIE ha recibido hidroterapia, terapia sensoperceptiva, equinoterapia, terapia familiar, terapia de lenguaje, terapia psicológica. Lo último que está recibiendo es terapia con la máquina Lokomat para fortalecer sus músculos y que pueda lograr caminar con autonomía”, explicó a El Comercio.

Karla resalta que la institución brinda un acompañamiento integral tanto a su menor como a los miembros de la familia. “Los médicos del centro de salud me dijeron un día que ‘la terapia para un niño con habilidades diferentes es como el desayuno para su cuerpo y mente’. Un día sin que realice su terapia puede ser un retroceso de uno o hasta seis meses en su tratamiento. Los niños requieren de una preparación física y mental para los movimientos que realizan y tienen que ser repetitivos“, afirmó. ”Yo llevo a mi pequeño dos veces por semana y los demás días hacemos la terapia con él en casa“, agregó.

Karla Espinoza acudió con su hijo Luis Daniel a protestar este domingo. Foto: Antonio Melgarejo.
Karla Espinoza acudió con su hijo Luis Daniel a protestar este domingo. Foto: Antonio Melgarejo.
/ ANTONIO MELGAREJO

Por eso, Karla considera que la revocación de la licencia de funcionamiento del local de ARIE por parte de la Municipalidad de La Molina afecta gravemente los avances logrados por los menores con discapacidad motora y problemas de neurodesarrollo que reciben tratamiento en la institución.

Esto demuestra una vez más que la política puede más que un grupo de familias inclusivas, que ya tienen a la sociedad y el mundo en contra. ARIE es la familia que nos regaló Dios para caminar con esperanza; es un espacio donde nuestros hijos hacen amigos, reciben amor y pueden insertarse a la sociedad. Si ARIE tiene todos los papeles en regla para su funcionamiento, porque la municipalidad le ha revocado la licencia”, sostuvo.

Luis Daniel también tiene interrogantes en este momento sobre lo que ha pasado. Me ha preguntado ‘Mamá, ¿qué vamos a hacer?’. Yo le he respondido que todos los padres de familia vamos a luchar para que sus sueños no se trunquen“, narró.

Los menores también demuestran angustia

Mi hija tiene ocho años y va a ARIE prácticamente desde que nació. Tiene parálisis cerebral leve y microcefalia, y ha pasado prácticamente por todas las terapias. Ella no caminaba, pero gracias al soporte que da ARIE ya puede caminar, corre y saltar de forma autónoma. Ella se atendió en el hospital Reagliatti, Alcántara y otros centros, pero en ninguno encontramos tratamientos sofisticados y un equipo de profesionales tan comprometidos con su control como en ARIE“, relató Jhina Rivas Quispe a este Diario.

Jhina también resalta la orientación que han recibido ella y su esposo para guiar y realizar las terapias en casa. Ellos consideran a ARIE como su segundo hogar.

Por eso, sostiene que la falta de atención en la sede de La Molina tras la decisión de la municipalidad distrital “afecta terriblemente” al tratamiento que su hija y los otros menores reciben en la institución. “Es como empezar de cero”, subraya.

Así también, aseguró que su pequeña ha demostrado su angustia e incertidumbre por dejar de asistir a las citas en el local de ARIE de La Molina. “Ella me pregunta cuándo va a ir a su cita, cuándo va a volver a ver a su miss. Esta es una complicación más para lo que vivimos como familia”, declaró.

¿Por qué ocurre esta controversia?

En 1995, la Municipalidad de La Molina cedió el terreno a ARIE un terreno ubicado en la primera cuadra de la Av. Flora Tristán y le otorgó una cesión de uso del mismo por 30 años. En él, la institución construyó la sede que actualmente es motivo de controversia.

En la sede de La Molina, atendemos a mil niños, con aproximadamente 7.000 atenciones al mes. Más del 30% de atenciones en La Molina son subvencionadas”, señaló Johanna Susffalich, gerenta de ARIE.

Susffalich afirma que la cesión en uso se formalizó recién el 2005. “Hace 20 años recién esa cesión en uso se formalizó en registros públicos mediante un convenio y contrato por escrito. Entonces, el convenio original que era por 30 años rige desde hace 20 y faltan 10 años para que se cumpla el plazo. Pero la municipalidad dice que la cesión de uso ya venció y por eso nos ha quitado la licencia de funcionamiento”, sostuvo.

RESOLUCIÓN DE GERENCIA MUNICIPAL N° 0508-2025-MDLM-GM que revocó la licencia de funcionamiento emitida a favor de ARIE.
RESOLUCIÓN DE GERENCIA MUNICIPAL N° 0508-2025-MDLM-GM que revocó la licencia de funcionamiento emitida a favor de ARIE.

La gerenta también indicó que actualmente ARIE mantiene un proceso judicial pendiente de resolución por el Poder Judicial sobre la cesión de uso. Por ello, reclaman que el municipio de La Molina haya actuado antes de la decisión.

Hemos tenido que clausurar intempestivamente el miércoles e interrumpir las terapias, lo que ha dejado desamparados a mil niños para los que ARIE es como su segundo hogar. La sede de La Molina es la única que cuenta con la terapia robótica, que ayuda a caminar a los niños que tienen dificultades para movilizarse. Es un equipo de una inversión de más de medio millón de dólares. Y a los niños que reciben un tratamiento conductual les estamos generando una ansiedad tremenda. Lamentablemente, en nuestro país no hay otra institución de rehabilitación infantil como ARIE”, expresó.

Posición de la Municipalidad de La Molina

Por su parte, voceros de la Municipalidad de La Molina declararon a El Comercio que, a través de un acuerdo de consejo en 1995, la comuna cedió el predio de su propiedad en la Av. Flora a ARIE por un plazo de 30 años. Por lo tanto, afirmaron que el convenio ya se ha extinguido a la fecha de hoy.

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