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Lima desintegrada e informal: el legado de Luis Castañeda en el transporte
Oscar Paz Campuzano

A le quedan menos de tres meses como alcalde de Lima y, según declaró en una entrevista de televisión, deja en materia financiera “una alcaldía sana”. Pero, en términos de transporte, la capital más bien se encuentra en cuidados intensivos.

La medicina que necesitaba la ciudad fue recetada hace 16 años, pero el tratamiento se suministró a medias. En el 2002, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) concluyó que Lima debía desarrollar un sistema de corredores viales, metropolitanos y seis líneas de metro.

“Estamos atrasados: la reforma del transporte público quedó incompleta, el Metropolitano sigue en preoperación, no hay ninguna obra relevante en infraestructura vial, hay retrasos en la implementación de los corredores complementarios, los corredores de integración jamás se licitaron y la licitación del recaudo único quedó de lado”, resume Alfonso Flórez, de la fundación Transitemos.

El panorama se complica porque en los últimos años, a falta de un sistema eficiente que llegue a toda Lima, la informalidad ha seguido ganando espacio. Se estima que en la capital circulan 100 mil taxis informales, muchos bajo la figura del colectivo. Son más los viajes diarios en colectivo (2,2 millones) que los que suman el Metropolitano, los corredores viales y el metro de Lima (1,6 millones).

El virtual alcalde de Lima, Jorge Muñoz, indicó que planea intervenir en tres ejes: completar el sistema integrado de transporte, gestionar el tránsito y promover seguridad vial. Promete priorizar tres proyectos: ampliar el Metropolitano, construir el Pasamayito (Comas-San Juan de Lurigancho) y gestionar un teleférico que una la línea 1 del metro con la estación Naranjal del Metropolitano.

—A paso lento—
La gestión de Castañeda puso en servicio cuatro corredores (el azul lo inauguró Villarán) y encaminó un sistema de recaudo electrónico provisional. “Los contratos de concesión de los corredores [firmados en la gestión de Susana Villarán] fueron observados y tuvimos que reformularlos. Eso tomó hasta marzo del 2016. Desde esa fecha recién se pudo iniciar el proceso de incorporación de la flota”, explicó Pro Transporte.

A continuación se hace un recuento de cinco asuntos pendientes que esta gestión deja para el futuro alcalde o, de ser aprobada por el Congreso en segunda votación, para la Autoridad Única del Transporte (ATU) de Lima y Callao. 

¿CÓMO QUEDA NUESTRO TRANSPORTE?

1. Los corredores viales operan con apenas el 14% de buses planificados.
Los cinco corredores complementarios (azul, rojo, morado, amarillo y verde) deberían prestar servicio con una flota de 5 mil buses, pero hoy apenas funcionan 771 unidades, es decir, 14%, según Pro Transporte. Esto pese a que han pasado seis años desde que la Municipalidad de Lima en la gestión de Susana Villarán creó el Sistema Integrado de Transporte (SIT). Tampoco se han licitado los corredores de integración (5 mil buses más) ni los servicios en las rutas de aproximación en la periferia de la ciudad.
Alfonso Flórez, de la fundación Transitemos, opina que no se puede avanzar de manera profunda en la implementación de los corredores porque las combis, buses y coasters siguen circulando en esas rutas y eso resta rentabilidad a los operadores. Según Pro Transporte, una vez que se liciten todos los paquetes pendientes de los corredores complementarios (rutas troncales y alimentadoras) el sistema recién estará constituido por 5.290 buses.

2. El sistema de recaudo electrónico no fue implementado en casi cuatro años de gestión

Lima tiene el Metropolitano, la línea 1 del metro y 771 buses de corredores complementarios, desconectados entre sí y sin un mecanismo único para el cobro de pasajes. Cuando se creó el SIT (2012) se incluyó la obligación de tener un sistema de recaudo electrónico, de modo que los pasajeros usen una sola tarjeta para movilizarse en todos los servicios. La gestión de Villarán concesionó el servicio al consorcio Recaudo Lima, pero el contrato se anuló en el 2015. Recién en enero del 2018 se ha contratado a ACS Solutions Perú, la misma compañía que opera las tarjetas del Metropolitano. Esta se encargará del recaudo de forma provisional solo en los corredores por tres años (aún no empieza a funcionar). “Pero será necesaria una nueva licitación”, opina Luis Hernández, de la fundación Transitemos. Según Pro Transporte, ya se están instalando los equipos de recaudo electrónico provisional en todos los buses de los corredores.

3. Se puso freno a la reforma del transporte al autorizar hasta el 2019 a 339 empresas de buses y coasters

Eliminar la competencia en las rutas de los corredores es crucial en la reforma, de modo que los operadores circulen con exclusividad por avenidas como Abancay, Brasil, Javier Prado, La Marina, Venezuela, la Carretera Central y otras vías. Pero la gestión de Luis Castañeda tomó dos decisiones polémicas: en el 2015, amplió por tres años la autorización a las 339 empresas de buses y coasters. En julio de este año lo volvió a hacer, esta vez hasta diciembre del 2019. La autorización se dio, incluso, sin filtrar a las empresas que tienen millonarias multas por infringir las normas de tránsito. Elvira Moscoso, de la Gerencia de Transporte Urbano (GTU) de la MML, dijo en su momento que esta ampliación se evaluaba meses atrás y que es parte de un “proceso de transición, para que los corredores se vayan implementando”. Hoy, de los 20 millones de viajes diarios en Lima y Callao, el 81% se hace en casi 27 mil coasters, combis y buses en pésimo estado.

4. Hay obras viales pendientes como la ampliación del Metropolitano y la Vía Expresa Sur

El reto también es de infraestructura. Una obra pendiente hace ya diez años –y que esta gestión tampoco concretó– es la construcción del Metropolitano desde la estación Naranjal hasta la Av. Chimpu Ocllo, en Carabayllo (12 km). Según la comuna, se solicitaron recursos al Ejecutivo, pero estos no fueron entregados. Otra obra en proyecto es la ampliación de la Vía Expresa hasta la Panamericana Sur (4,5 km). Han pasado ocho años desde que la MML otorgó la concesión a Graña y Montero. Los trabajos por casi US$200 millones recién empezarían en junio del 2019, porque el diseño se actualiza para que el Metropolitano vaya por esta ruta. Para poner orden en Lima también se necesita rediseñar la mayoría de intersecciones de acuerdo con el tráfico y las maniobras, opina el ingeniero David Fairle, de Cruzada Vial. Según el especialista, primero se debe atender el problema en las intersecciones de tránsito mediano y pequeño con semáforos bien coordinados.

5. Son 100 mil vehículos los que prestan servicio informal en la metrópoli

Tener un Sistema Integrado de Transporte (SIT) a medias alienta opciones menos favorables para Lima. Según un estudio de la fundación Transitemos, en la capital se hacen 2,2 millones de viajes al día en los colectivos informales; mientras que en el Metropolitano, el tren y los corredores se trasladan apenas 1,6 millones de personas. Estos vehículos de baja capacidad, que operan al margen de la ley y complican el tránsito, están en todos lados, sin que la autoridad pueda sacarlos de circulación por más que los empapele con multas. En Lima y Callao hay unos 226 mil taxis. De estos 100 mil no tienen autorizaciones en regla. “La informalidad ha ido creciendo como una espiral. Si esto no se resuelve en tres años con el desarrollo del SIT, será imposible transitar en Lima”, comenta Luis Quispe Candia, de la ONG Luz Ámbar.

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