Al centro, la portada de "Mecano", álbum debut de la agrupación española del mismo nombre que cambió la historia del pop. Foto: CBS Discos.
Al centro, la portada de "Mecano", álbum debut de la agrupación española del mismo nombre que cambió la historia del pop. Foto: CBS Discos.

En el Madrid de inicios de los 80 parecía siempre ser madrugada. Los días quedaban cortos y la apoteosis de las noches merecía continuidad, euforia y estupor. Para algunos la juerga duró noches que parecieron una sola, extendida por años de excesos y locura. En otros casos, esa misma intensidad sirvió de escenario para llevar la creación artística al límite de sus posibilidades, con letras inteligentes vestidas de pop, new wave, tecno, poesía, ironía y sensualidad. germinó así.

“Hoy no me puedo levantar/ El fin de semana me dejó fatal/ Toda la noche sin dormir/ Bebiendo, fumando y sin parar de reír…”, comenzaba la letra del primer single del grupo, lanzado en junio de 1981, casi un año antes de que pudieran editar un disco completo. CBS, la disquera con la que habían conseguido firmar, necesitaba sondear el mercado con un tema que tuviera potencial comercial. Aunque al principio la canción pareció no pegar por falta de difusión, el propio padre de dos de los integrantes compró 100 copias del single de su propio dinero para distribuirlas en todas las radios posibles. “CBS no confiaba en nosotros en absoluto”, han contado años después. Su talento, sin embargo, pudo más. Primero se hicieron número 1 en Valencia y luego el éxito se extendió a España entera, Latinoamérica y mucho más allá.

Eran tiempos de Camilo Sesto, Julio Iglesias o Raphael. Eran los cantantes quienes marcaban el ritmo de las radios y todos hablaban de amor. “Nosotros rompimos la barrera. Una canción que dijera que “el fin de semana me dejó fatal” era para que creyeran que estábamos locos. Hablar de algo tan simple, tan cotidiano que todos tenemos. Curiosamente era la favorita de los cuarteles militares. Al principio yo no escribía letras, era mi hermano el que lo hacía. Un día, con 15 o 16 años, me fui a dormir con una borrachera tremenda y pensé escribir al día siguiente lo primero que me pasara por la cabeza. Cuando desperté, lo primero que pensé fue “Hoy no me puedo levantar” e hice la canción”, le contó Nacho Cano a Ignacio Cala en CNN hace unos años.

Ana Torroja (voz principal) y los hermanos José María (guitarra) y Nacho Cano (teclados) se erigieron muy pronto como emblemas de la despreocupada juventud española de aquellos días. “Elegimos el nombre de Mecano para demostrar que se puede construir lo que uno quiera mezclando elementos de rock, flamenco, pop y soul”, recordó Torroja años más tarde. “Hoy no me puedo levantar”, eterno himno de la resaca juvenil, apareció en abril de 1982 como primer tema del disco debut del grupo, que incluía 41 minutos y 39 segundos de canciones que cambiarían para siempre el pop en nuestro idioma. Han pasado 40 años de ese lanzamiento, y sigue siendo un canto de juventud y vitalidad.

No me enseñen la lección

La primera vez que España entera oiría al grupo fue en la Nochebuena de 1981, cuando se presentaron en un especial televisivo en el que también cantaron artistas como Mocedades o una novel Isabel Pantoja. En tiempos en los que solo había dos canales de televisión, toda España se enteró de inmediato quiénes eran esos dos chicos y esa chica estrafalarios que llegaban, literalmente -a juzgar por la portada de su entonces aún futuro primer álbum-, a marcar los nuevos tiempos de la música de la península, alcanzando con su influencia a públicos y futuros músicos latinoamericanos.

Vestidos en la onda de grupos como OMD o Duran Duran, que brillaban en el mercado anglosajón –lo que entonces se llamaba New Romantic- sorprendieron a las familias más conservadoras que estaban sentadas frente a su TV esperando la Navidad, acostumbradas a las melódicas canciones que nacían de las plumas de Serrat, Perales o Manuel Alejandro. ¿De dónde salieron esos muchachos que estaban vestidos como si vinieran del futuro? Por la música que hacían, parecían venir precisamente de ahí.

Un factor clave en el proceso de aquel primer disco, llamado como el grupo, fue la presencia del productor argentino Jorge Álvarez. Para inicios de los 80 era ya considerado el patriarca de la difusión cultural en la Argentina. Allí, con su propia editorial, publicó a autores como Manuel Puig, Rodolfo Walsh, Ricardo Piglia o Quino, con su célebre Mafalda. Fue, además, responsable de la producción de álbumes de Sui Generis, Manal, Pappo, Vox Dei o Luis Alberto Spinetta a través de su legendario sello Mandioca. Álvarez produciría los dos primeros álbumes de Mecano. El primero, conocido popularmente como “El álbum del reloj”, y el siguiente, “¿Dónde está el país de las hadas?”, en 1983. Paralelamente, en España, se encargó de producir a otros artistas como Joaquín Sabina, Manolo Tena o el grupo Olé Olé, con quienes prolongaría su vínculo laboral mucho más allá de lo que duró con Mecano. Curiosamente, el primer éxito de Olé Olé, aquel mismo 1983, fue “No controles”, un tema que también harían conocidas en México las Flans y cuyo autor era nada menos que Nacho Cano.

La colaboración de Álvarez con el productor español Miguel Ángel ‘Capi’ Arenas fue vital para darle forma final a Mecano. Al principio, José María se presentaba como cantautor y tanto Ana, su novia de entonces, como su hermano menor, Nacho, eran su acompañamiento. La mano de los productores puso adelante a Torroja, con los resultados que hoy conocemos. Durante la historia de la banda, José María y Nacho se turnaron la composición de los éxitos y las grandes canciones del grupo, a pesar de que firmaron algunas juntos. También es necesario destacar, en el éxito de su primer disco, el trabajo de Luis Cobos en los arreglos musicales que terminaron de estilizar las canciones. Gracias al éxito de aquel debut, para fines de 1982 habían dado más de 100 recitales y vendido 350 mil copias.

Pero no todo eran sonrisas. Muchos consideraban la música de Mecano, incluso dentro de la llamada “Movida madrileña”, “elitista” o “prefabricada” y tuvo críticos en la misma escena musical, público incluido. “Un pimiento increíble que se estrelló en la cara de Ana; dos dedos rotos por un estacazo lanzado a José; la cabeza abierta del bajista por un botellazo y la batería y mis teclados bastante magullados por las piedras lanzadas que, dado mi tipo de actuación dinámica y nerviosa, pude esquivar”, recordó Nacho Cano para El País sobre la primera gira del trío, aquel año 82 en que España organizaría, por primera vez, un Mundial de Fútbol.

Me colé en una fiesta

Tras la salida del primer single, CBS lanzó “Perdido en mi habitación” antes de que el disco estuviera listo. Luego, siguieron otros tres singles que, aún hoy, están entre los temas más cantados de Mecano: “Me colé en una fiesta”, “Maquillaje” y “No me enseñen la lección”. Todas eran canciones juveniles, despreocupadas, lúdicas o directamente hedonistas.

Francisco Franco había muerto en noviembre de 1975 y en los pocos años transcurridos, la democracia española parecía recién aprender a gatear. En febrero de 1981 hubo un frustrado golpe de Estado cuyas tensiones posteriores parecieron disiparse a la sombra de Naranjito y la euforia ante los goles de Quini o Juanito. Los nuevos tiempos musicales, encabezados por Mecano, Nacha Pop, Radio Futura, Los Secretos, Parálisis Permanente, Alaska y Los Pegamoides o la Orquesta Mondragón, eran nuevo motivo de alegría que se contagiaba a otras expresiones artísticas como el cine o la literatura, con ejemplos como Iván Zulueta, Pedro Almodóvar o Eduardo Haro Ibars, además de publicaciones como Madrid me mata o La Luna de Madrid. La presencia constante de las drogas, la despenalización de la homosexualidad, el resurgir del feminismo, la venta de anticonceptivos y la postergación a un segundo plano de la ortodoxia católica que dominó por muchos años el comportamiento de la sociedad española durante la dictadura fascista del “Generalísimo”, fueron características principales de estos días en que se oyeron y cantaron las primeras canciones de Mecano. A pesar de sus desavenencias con la llamada “Movida madrileña”, entre punks y rockeros, los hermanos Cano demostraron con sus composiciones que podían beber de fuentes más variadas sin perder su esencia, mientras Ana Torroja, voz y atmósfera, continente y contenido de su música, cantaba mejor cada vez. Todo aquello que comenzó con una melodía, un sintetizador y una guitarra fue desarrollando otros vuelos, integrando nuevos géneros y generando distintas experiencias sonoras en los años venideros.

“Ese disco es una mezcla de sonidos tradicionales y sonidos contemporáneos –declaró Luis Cobos, arreglista del álbum-. La voz de Ana era además muy especial, y cantaba canciones escritas por hombres. Fue un disco que llevó bastante tiempo, meses, algo infrecuente en esos años. Y aunque el éxito depende de muchos factores, sí tuve la sensación mientras lo hacíamos de que ese grupo tenía mucho futuro y llegaría lejos, y no me equivoqué”. Capi Arenas, por su parte, recordó: “La letra de “En tu fiesta me colé” es toda una declaración de intenciones de Nacho, una especie de ajuste de cuentas de cómo finalmente pudo entrar en todos esos lugares donde antes había sido rechazado”.

Los integrantes de Mecano.
Los integrantes de Mecano.

Nunca he querido ser un avión

Ya hemos dicho que a este primer álbum de Mecano se le conoce como “el del reloj”. El dibujo de la portada del disco fue obra de Carlos Martín Llorente y el concepto gráfico y diseño, idea del argentino Juan O. Gatti, responsable de algunas portadas históricas del rock de su país, como la del Artaud de Pescado Rabioso, y reconocido por su trabajo diseñando los afiches y créditos de filmes de Almodóvar, como Mujeres al borde de un ataque de nervios, Tacones lejanos o La mala educación. Gatti colaboraría en desarrollar la iconografía del grupo en los años posteriores. El reloj de la portada marca las 10 y 11 con 33 segundos. Quizás se les hizo tarde porque no se pudieron levantar.

¿Por qué se eligió esa portada? “Dado el nombre de Mecano, elegí una máquina, y de todas, el reloj me parece la más glamurosa. Marca las diez y diez porque es la hora que suelen tener los relojes en las publicidades. Con esa posición de las agujas, las marcas quedan en el medio”, le contó Gatti al diario El Mundo.

Sobre el éxito del grupo escribió el periodista español Javier Herrero: “La combinación de talentos de sus componentes, su gusto musical ecléctico, su ambición y su posicionamiento conceptual ante la música, entre otros muchos factores, les llevaron a alcanzar una dimensión internacional”.

Cuando “Hoy no me puedo levantar” apareció como single, su lado B era “Quiero vivir en la ciudad”, una celebración de la locura urbana en la que cantan los tres miembros del grupo y que, curiosamente, no llegó a entrar en la edición final de 12 canciones del disco, aunque ha sido integrada en posteriores reediciones. “Me gusta estar rodeado de gente/ Gente que no conozco formando un ambiente/ En el que todos me miran y nadie me siente (…) Aunque a la una, no hay quien camine/ Aunque a las seis de la tarde, no haya quien respire/ Aunque a las diez por la calle, me juegue el pellejo…”, decía la canción. Es una manera de reconocer que, 40 años después, la historia de Mecano –que, creativamente, fue de menos a más, a pesar de tener éxito desde su primer disco-, con canciones cantadas hasta agotar la garganta en faenas, casas, oficinas, bares o calles, puede identificarse como la historia misma de España o de Madrid, punto neurálgico de una movida cultural de la que hoy se encuentran pocas huellas y muchos fantasmas.

En el Madrid de inicios de los 80 parecía siempre ser madrugada. Los días quedaban cortos y la apoteosis de las noches merecía continuidad, euforia y estupor. A pesar de su separación, la historia de Mecano parece seguir siendo aquella noche, alegre, intensa e interminable en la que cualquiera puede colarse en la fiesta.

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