Un cliente empuja un carrito con mercancía en el mercado central La Vega, en la comuna de Recoleta, Santiago, el 13 de noviembre de 2025. Los chilenos acuden a las urnas el 16 de noviembre. Foto: Marvin RECINOS / AFP
Un cliente empuja un carrito con mercancía en el mercado central La Vega, en la comuna de Recoleta, Santiago, el 13 de noviembre de 2025. Los chilenos acuden a las urnas el 16 de noviembre. Foto: Marvin RECINOS / AFP
/ MARVIN RECINOS

Escucha la noticia

00:0000:00
“Tengo mi vida hecha acá”: el miedo crece entre los migrantes sin papeles en Chile
Resumen de la noticia por IA
“Tengo mi vida hecha acá”: el miedo crece entre los migrantes sin papeles en Chile

“Tengo mi vida hecha acá”: el miedo crece entre los migrantes sin papeles en Chile

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

Instalada cerca de un exvertedero de Santiago, la venezolana Suhey García renació con su familia tras migrar en 2020. Con la elección de un nuevo gobierno en , puede ser deportada. Solo así se irá. “Tengo mi vida hecha acá”, dice a la AFP.

Los extranjeros indocumentados, unos 337.000 y en su mayoría venezolanos, están en la mira de la derecha que compite con la centro-izquierda en las elecciones generales de este domingo.

Newsletter Vuelta al Mundo

Francisco Sanz
Clientes caminan por el mercado central La Vega en la comuna de Recoleta, Santiago, el 13 de noviembre de 2025. Foto: GEC
Clientes caminan por el mercado central La Vega en la comuna de Recoleta, Santiago, el 13 de noviembre de 2025. Foto: GEC
/ MARVIN RECINOS

“Si me van sacar, bueno, nada que hacer. Pero irme, yo misma tomar la decisión, no”, afirma García, de 30 años. Pese a no tener papeles, vive tranquila.

Vive en el asentamiento Nuevo Amanecer, al oeste de la capital chilena, donde unas 2.000 familias se encuentran apiñadas junto a lo que fue un vertedero de escombros.

En gran número son haitianos, peruanos, venezolanos y colombianos, muchos indocumentados.

Construyeron modestas casas, una pegada a otra. Disponen de agua potable pero no hay alcantarillado. Están conectados de manera clandestina a la red eléctrica y los niños juegan entre las callejuelas de tierra.

La se desarrolló en un contexto dominado por el temor a la inseguridad que una mayoría asocia con los indocumentados.

Si bien la tasa de homicidios se triplicó en la última década (de 2,5 a 6,7 por cada 100.000 habitantes), se ubica por debajo del promedio de la región, de 15 homicidios cada 100.000, según los últimos datos de la ONU.

Un trabajador carga sacos de maíz en el mercado central La Vega, en la comuna de Recoleta, Santiago, el 13 de noviembre de 2025. Foto: Marvin RECINOS / AFP
Un trabajador carga sacos de maíz en el mercado central La Vega, en la comuna de Recoleta, Santiago, el 13 de noviembre de 2025. Foto: Marvin RECINOS / AFP
/ MARVIN RECINOS

La población migrante se duplicó en siete años en Chile y alcanzó al 8,8% del total en 2024 en este país de 20 millones de habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

- “Se siente miedo” -

La izquierdista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast encabezan la intención de voto e irían a un balotaje el 14 de diciembre.

Detrás marchan en las encuestas dos candidatos de derecha, Johannes Kaiser y .

El combate a la delincuencia y a la migración irregular centran los programas de todos los candidatos, pero con Kast y los demás aspirantes de derecha, los indocumentados serán personas no deseadas en Chile.

“Imagínate, me mandan para Venezuela y allá no tengo casa. Cuando ya mis hijos tienen una vida estable en Chile”, dice Suhey García.

Con su esposo y sus tres hijos -hoy de 13, 12 y 8 años-, ingresaron caminando desde Bolivia por un paso no autorizado.

- “Una oportunidad” -

Como los demás indocumentados, llevan una vida relativamente normal en el Chile de hoy. Aunque una reciente norma les impide regularizarse, no hay redadas antiinmigrantes, acceden a servicios de salud y pueden matricular a sus hijos en el sistema público.

También emplearse en el comercio informal o como repartidores, guardias o jornaleros en el campo.

Beneficios que se esfumarían con Kast.

El hasta expulsarlos, e impedir su ingreso con un muro y militares en la frontera por la que entró García.

“Me parece injusto porque todos somos seres humanos. Y por lo menos yo no vine a delinquir. ¿Por qué nos meten a todos en un mismo saco?”, se pregunta.

La colombiana Nancy Guevara se quedó ilegalmente en Chile después de haber ingresado como turista en 2024. Conoció a un haitiano que lleva ocho años indocumentado en el país y terminaron viviendo en Nuevo Amanecer.

Juntos han podido trabajar de manera informal. Mientras camina por una de las calles de tierra del asentamiento, envía un mensaje a Kast: “Tiene que darle como (una) oportunidad a la gente. Darle papeles para que no ande así ilegal”.

Incluso migrantes con estatus legal temen la llegada al poder de la ultraderecha.

“Dicen que van a echar a los inmigrantes y (desalojar) las tomas (ocupaciones). (...) Pero no tenemos otro lado donde ir”, afirma Wilmer Carvajal.

Este peruano de 40 años, que reside en Chile hace 13, teme que si esto ocurre los tiren a la calle con “niños y todo”.

Con un discurso más radical, bronco y vociferante, el candidato presidencial ultraderechista Johannes Kaiser ha ido tomando impulso en las últimas semanas y podría convertirse, según distintos analistas, en la sorpresa de las elecciones del próximo 16 de noviembre. (EFE)

Contenido sugerido

Contenido GEC