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Elmer Schialer: “El Perú respeta y hace respetar los tratados internacionales que ha suscrito”
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Camino a Indonesia, el canciller peruano pone los puntos sobre las íes sobre el reclamo del presidente colombiano, Gustavo Petro. Sostiene con precisión que para el Perú no hay nada que definir y que nuestras fronteras limítrofes están definidas y muy bien respaldadas. También asegura que no existe ninguna razón para hablar de un escenario de confrontación militar.
—¿A qué apunta el presidente Gustavo Petro? ¿Instalar un puerto fluvial en el Amazonas porque sabe que en los últimos años el nivel del río ha bajado tanto que el cauce principal, que sirve de línea imaginaria para marcar la frontera, se ha desplazado?
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Héctor Villalobos analiza a fondo los hechos políticos que definen la agenda, cada miércoles.
Permítame comenzar señalando que si bien la diplomacia tiene como uno de sus instrumentos de trabajo la evaluación de escenarios, también son elementos esenciales de ella la cautela y la discreción. Resulta, por ello, al menos en este momento, imposible dar una respuesta seria a sus preguntas. Sin embargo, sí quiero aprovechar su primera pregunta para aclarar un concepto central que usted plantea: la línea imaginaria de frontera, a la que usted alude. Esta es el ‘thalweg’ del río Amazonas; es decir, el punto más profundo del río, que sirvió como punto de referencia para marcar la frontera entre los dos países. En el caso del río Amazonas, este fue fijado y acordado por el Perú y Colombia en el Tratado de Límites y Navegación Fluvial de 1922, conocido como el Tratado Salomón-Lozano, por los apellidos de los cancilleres peruano y colombiano que lo suscribieron. Esta línea fue luego establecida con todo detalle en los trabajos de la Comisión Mixta Demarcadora en 1929 y ratificada luego por el Protocolo de Río de Janeiro en 1934. Por ello, no existe ninguna duda sobre cuáles son los límites fronterizos entre el Perú y Colombia. Debo también señalar que estos límites fueron georreferenciados; es decir, se le asignaron las coordenadas geográficas correspondientes, latitud y longitud de cada punto de frontera.
Quiero ser muy claro: una vez establecidos los puntos de frontera, esta queda definida. Incluso en el supuesto de una eventual modificación y hasta la desaparición del accidente geográfico que se utilizó como referencia para definirla, esto no altera en lo más mínimo la línea y los puntos de frontera que fueron fijados. De otra parte, en 1986 establecimos con Colombia la Comperif, nombre corto de la Comisión Mixta Permanente para la Inspección en Frontera Peruano-Colombiana. Esta instancia jurídica-técnica especializada se concentra en la inspección de la línea de frontera y la realización de las tareas de reparación, reposición y densificación de los hitos de la frontera, así como cualquier otro asunto vinculado a la materia. La Comperif tenía previsto reunirse en octubre próximo, pero se ha adelantado esta reunión para mediados de setiembre. Pero quiero ser muy claro: la Comperif sirve para inspeccionar el estado de la línea de frontera y de sus hitos. No puede modificar, en ningún extremo, lo que está establecido en el tratado de 1922 y el protocolo de 1934. Estas disposiciones son inamovibles.

—¿Los cambios en el caudal del Amazonas amenazan con dejar a Leticia sin salida directa al río?
No soy experto en el tema, pero estoy al tanto de estudios de varias instituciones y expertos, tanto colombianos y peruanos como de otros países que señalan, desde hace años ya, un acelerado arenamiento o colmatación de los brazos del Amazonas alrededor y frente a Leticia. Es decir, Leticia tiene un problema hidrográfico de origen absolutamente natural, pero eso no quita en absoluto la validez de la frontera que ambos países definimos en 1922 y luego en 1934. Si Leticia se está quedando sin río, entonces hay una serie de medidas que han debido tomar nuestros hermanos colombianos, y que todavía pueden tomar. Es necesario dialogar diplomáticamente con Colombia, pero no para abordar algo que ya está zanjado a nivel limítrofe, sino sobre cómo ayudarnos mutuamente. Es responsabilidad de los estados encontrar soluciones en sus países para facilitar la vida de sus connacionales sin afectar los intereses de los países vecinos. El planeta cambia permanentemente, ya sea de manera natural o por efectos del cambio climático, pero eso no es argumento para desconocer tratados ni acuerdos internacionales. Colombia, como lo hacen los países, tiene el reto de recurrir a soluciones de alta tecnología para que Leticia cuente con salida al río Amazonas.
—Petro acusa al Perú de copar territorio colombiano y de violar el protocolo de Río de Janeiro tras la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto. Usted ha dicho que la posición colombiana es absolutamente errada desde el punto de vista jurídico, geográfico, técnico e histórico. ¿Cómo se resuelve este enfrentamiento?
Me mantengo y lo sostengo: para el Perú no hay nada que definir, nuestras fronteras limítrofes están definidas y muy bien respaldadas por los tratados internacionales. Ocurrió una escisión natural de la isla Chinería, de su extremo sur-oeste, que es Santa Rosa, y al cabo de algunos años se volvió a unir con ella. Nuestro país ha reiterado formalmente en diversas ocasiones que Santa Rosa es parte de su territorio y se encuentra sometida a su soberanía y jurisdicción, al encontrarse al oeste del límite señalado por el ‘thalweg’ del río Amazonas, el que separa la isla Chinería (Perú) de la isla Ronda (Colombia) y de la margen colombiana. Ahora, en esta zona de triple frontera existe una convivencia natural entre ciudadanos colombianos, brasileños y peruanos generando una importante dinámica cultural y social sin ningún conflicto.
—El presidente colombiano asegura que no perderán el acceso al río Amazonas.
Eso lo celebro, Colombia debe solucionar la posible separación de Leticia de la ribera del Amazonas, recurriendo a soluciones para solucionar esa situación que vienen advirtiendo los expertos que puede ocurrir en algunos años. Las poblaciones de estas zonas requieren de los puertos para la subsistencia, transporte, movilidad, comercio.
—¿Petro quiere encaminar a Colombia a un proceso constituyente para perpetuarse en el poder como lo hicieron Evo o Chávez? ¿Crear un escenario bélico? ¿Pretende aglutinar a los colombianos para favorecer esa intención?
El Perú no interviene en los procesos políticos internos de otros estados. Nuestra prioridad es asegurar que la relación bilateral con Colombia se concentre en impulsar el bienestar de ambos pueblos, especialmente de nuestras poblaciones fronterizas a través de la articulación de acciones en materia de desarrollo e integración fronteriza, ambiental, migratoria, de seguridad y defensa, entre otros.
—Los comandantes generales de Colombia, Perú y Ecuador se reunieron para garantizar su compromiso de seguridad en la triple frontera amazónica. Y los políticos también. Petro se desplazó a Leticia para la conmemoración del 7 de agosto, una fecha muy importante para la independencia de la nación, y el ministro Arana y otros ministros hicieron lo mismo. ¿Es un choque de fuerzas civiles que puede escalar al enfrentamiento militar?
No hay ninguna razón para hablar de un escenario de confrontación militar. Las actividades oficiales y conmemorativas en la triple frontera forman parte de la vida cotidiana de comunidades que históricamente han convivido en paz como Santa Rosa, Leticia y Tabatinga. En el caso del Perú, la presencia en Santa Rosa del primer ministro Arana y otros ministros de Estado responde a jornadas cívicas que viene realizando el gobierno en distintos lugares del país para acercar los servicios del Estado al ciudadano. Como Estado, seguimos trabajando con Colombia y Brasil en un marco de cooperación en seguridad, comercio, salud y conectividad. El Perú mantiene su compromiso con la paz, la integración y la buena vecindad. Nuestras FF.AA. y autoridades civiles actúan en estricto apego a la Constitución y el derecho internacional.
—Petro también ha dicho que se buscará conversar en la instancia creada por el tratado y, que si el Perú no quiere, acudirá al derecho internacional.
El Perú siempre ha cumplido y seguirá cumpliendo sus tratados internacionales. En este caso, contamos con la Comperif precisamente para atender cualquier aspecto vinculado a nuestra línea de frontera. El Perú está plenamente dispuesto a dialogar en el marco de la Comperif, que es el mecanismo que reconoce y aplica el propio tratado de 1922 y sus instrumentos conexos. Pero permítame reafirmarlo: el pueblo de Santa Rosa, en la isla peruana de Chinería, es parte inalienable de nuestro territorio. Eso está fuera de toda discusión.
—El distrito de Santa Rosa se asienta sobre una isla fluvial que surgió como una división natural de la parte sur de la isla Chinería, territorio asignado al Perú tras la demarcación de fronteras. Con el tiempo, el brazo del río Amazonas que separaba ambas islas se secó, uniendo nuevamente sus superficies. ¿Esto ha generado confusión sobre los límites?
No. No hay ninguna confusión. Para el Perú la situación es clara: no existe una isla Santa Rosa. Lo que existe es la isla Chinería, asignada al Perú en 1929 por la Comisión Mixta Demarcadora, y en su extremo sur se ubica el pueblo de Santa Rosa, capital del distrito del mismo nombre. La separación fluvial que existió por un tiempo desapareció al secarse el brazo del río que la causó, y hoy ese espacio es una sola unidad geográfica bajo soberanía peruana. Este es un hecho geográfico, jurídico e histórico respaldado por el tratado de 1922, el Acta N.º 4 de 1929 y las leyes nacionales. No hay modificación de límites, sino continuidad de un territorio peruano.
—Ud. ha dicho que para el Perú no existe ambigüedad: “La demarcación fue clara y se mantiene. Lo que cambió fue el curso del río, no el tratado”. El Tratado Salomón-Lozano, ratificado por ambos países y respaldado por el Acta de Canje de Ratificaciones de 1930, estableció los límites definitivos entre el Perú y Colombia, poniendo fin a décadas de tensiones fronterizas. ¿Cuál es su respuesta a un presidente que no está dispuesto a perder su acceso al río?
El Perú respeta y hace respetar los tratados que ha suscrito. El Tratado Salomón-Lozano, ratificado por ambos países, zanjó de manera definitiva la delimitación entre el Perú y Colombia. Lo que ha variado con el tiempo es el curso natural del río Amazonas. La alteración del fenómeno geográfico no altera la vigencia de nuestros límites ni la integridad de nuestro territorio. Para el Perú no existe ambigüedad, no estamos discutiendo el acceso al Amazonas o la supuesta pérdida de él, porque ese acceso no ha cambiado; lo que defendemos es el respeto a nuestra soberanía.
— ¿Aceptará el Perú la mediación de Bogotá para declarar la isla como parte del territorio peruano o es un sinsentido pensar en mediación?
El Perú no necesita mediación para reafirmar lo que ya está definido por tratados y que goza del reconocimiento internacional. La soberanía nacional no se negocia. El distrito de Santa Rosa se encuentra dentro de nuestro territorio conforme al Tratado Salomón-Lozano y a la cartografía oficial acordada. En este contexto, plantear una mediación para “definir” lo que ya está jurídicamente resuelto carece de sentido. Lo que corresponde es que ambos países mantengamos un diálogo respetuoso y constructivo, reafirmando los compromisos asumidos, respetando la soberanía de cada Estado y preservando la buena vecindad que siempre hemos buscado.










