Carlos Jaico renunció esta semana a la secretaría general del Despacho Presidencial, la cual ocupó por poco más de dos meses. De ese tiempo, advierte la presencia de un ‘gabinete en la sombra’ que rodea al jefe de Estado y considera que este debe dar un paso al costado. Más allá de quien sea el próximo jefe o jefa de la Presidencia del Consejo de Ministros, cree que el problema seguirá siendo Pedro Castillo.
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—¿Qué concepto de Pedro Castillo y de su gobierno le dejó su etapa como secretario general?
Me ha dejado una gran decepción, por un manejo bastante informal, pero sobre todo fuera de la ley. O sea, sin respeto de las normas administrativas, del Reglamento de Organización y Funciones (ROF). Y que eso permite que se hagan espacios donde llegue, o pueda llegar, la corrupción, el tráfico de influencias y la usurpación de funciones. Pero también esto lleva a que la agenda país no se cumpla, lo cual lleva a un tema de desgobierno e inestabilidad
—¿Palacio de Gobierno, como usted lo vio por dentro, es un lugar propicio para que se den actos de corrupción?
En la manera en que se están manejando, creo que se podían dar casos de corrupción. Al no respetar las funciones, por ejemplo, o al hacer que un asesor FAG como Biberto Castillo maneje el aparato estatal, eso podría abrir las puertas a todo tipo de delitos.
—¿El presidente le ha permitido al señor Biberto Castillo manejar directamente asuntos de Estado?
Desconozco, pero sí puedo decir que la manera en que se conduce Biberto Castillo es prácticamente como si lo hiciese Pedro Castillo. El nivel de empoderamiento que le ha dado hace prácticamente que él decida tanto de la agenda como lo que se publica en las redes de la Presidencia, y que él sirva ahí como si fuera primer ministro. Apoyado en eso por un grupo de personas como Beder Camacho Gadea, Wilson Pretel, Pablo Hernández, Sandra Paico, Franco Pomalaya.
—¿Qué une a estas personas? ¿Tienen un proyecto político?
Lo que veo es que están ahí por una cuestión de poder. Hay que ver la manera en que lo utilizan y la manera en que se comportan. Quien se siente empoderado puede permitirse pedir la renuncia de un director o generar, de cierta manera, resoluciones en tiempo récord, como lo vio la Contraloría en el caso de Daniel Salaverry. Esos, por ejemplo, son actos que los han tenido que hacer con el conocimiento de Pedro Castillo.
—Cuando llegó a Palacio, ¿qué encontró y qué consejos le dio al presidente?
Lo primero que yo vi fue un gran desorden, un caos en la gestión y en la administración. Le avisé inmediatamente al presidente que ahí se estaba usurpando funciones, que no se estaban siguiendo los reglamentos y que él, en algún momento, podría ser encausado en una acción de Contraloría, como presidente. Él siempre me dijo que iba a tomar medidas, pero nunca las tomó
—¿Sintió que Bruno Pacheco, su antecesor, todavía tenía o tiene influencia sobre el presidente y sus asesores?
No le sabría decir. Pero lo que yo sé es que Pedro Castillo nunca lo ha tratado ni de corrupto ni de nada que se parezca. Nunca lo ha acusado de algo, nunca se ha quejado, nada. Prácticamente no lo ha tocado.
—¿Nunca le pidió a él alguna explicación sobre los 20 mil dólares en Palacio o por qué confió en él?
Sí. Le dije que ese era un acto grave, que no era cosa banal, pero simplemente no dijo nada. Continuó como siempre.
—¿Cómo fue su relación con Mirtha Vásquez y los ministros durante su gestión y cómo vio la relación de ellos con el presidente?
Mi relación con Mirtha Vásquez, tanto como con la vicepresidenta [Dina Boluarte] y los ministros, ha sido muy buena. Yo considero que la mejor relación de gobierno es en la que el presidente despacha con su premier, pero en este caso, nunca despachaba con ella, o raras veces. Yo era el intermediario para que ella venga y despache con el presidente. Y cuando ella venía a despachar, lo que yo encontraba allí era que estaban metidos todos, estos asesores, cuando normalmente es una conversación entre dos por temas de estado.
—¿Es posible que estas personas hayan accedido a información confidencial, a secretos de estado?
Imagino que sí, porque la cercanía es prácticamente estar en el despacho todo el día. Allí se conocen temas como cambios de ministros, temas muy sensibles. Imagino que, por esa cercanía, deben conocer temas de estado, sino con quién los conversaría Pedro Castillo.
—¿Hay en Palacio de Gobierno una doble agenda sobre quiénes ingresan?
Al inicio, lo que hice fue investigar al respecto, preguntar. Y claro, es un poco lo que se veía, pero no lo puedo afirmar. Porque sí, al final se sabía que entraba gente, que la hacía entrar de una u otra manera. Yo lo único que pedía era que regularicen la entrada de esa gente. Pero en esto tenía que ver Beder Camacho.
—¿Recuerda algún caso concreto de alguien que no se registró?
No sabría decirle en este momento.
—Algunas actas de las sesiones del consejo de ministros dadas a conocer hace unas semanas muestran que el presidente casi nunca interviene ¿El presidente tiene idea de los temas que se debaten en las sesiones?
A ese nivel no le puedo responder porque ya son temas de estado. Con respecto a la gestión sí me puedo pronunciar y puedo decir que, precisamente, el conocimiento de los temas que tenía Pedro Castillo era muy nimio, bastante primario. Eso es lo que ha hecho que muchas veces actividades importantes no tengan la dimensión necesaria, porque él no conoce los temas.
—¿La entrevista con CNN fue coordinada por estos asesores?
Así es. Imagino que por Biberto Castillo, Jaime Idrogo. Yo me enteré el jueves, antes del lunes, pero únicamente me informan porque, como secretario general, soy el único que puede dar los accesos.
—¿Cómo fue el ambiente en Palacio de Gobierno luego de la entrevista con CNN?
Lo que constaté es que se me estaba responsabilizando de esa entrevista tan mala. Inmediatamente, tomé medidas y le escribí un ‘memo’ a Jaime Idrogo pidiéndole explicaciones, diciéndole con quién había coordinado y si había informado al secretario general. Nunca tuve una respuesta. Pero nada cambió. Fue un desastre, pero nada cambió, porque es su gente cercana. Ese es el problema: cometerán los errores que cometerán, [pero] no los va a cambiar.
—¿Y por qué cree que Castillo se ve en la necesidad de tener esta gente cercana a él? ¿Es por confianza ciega o lealtad?
Imagino que debe ser una cuestión de lealtad que le tenga él a ellos y ellos a él. Y que funcione porque hay una confianza bastante grande y que tratan temas muy personales. No se explica cómo un presidente puede estar despachando más con su asesor que con su primer ministro o su secretario general.
—¿Lo que valora más Pedro Castillo es la lealtad por encima de las cualidades profesionales?
Pienso ahora que él funciona más en base al chisme, a la mentira que le puedan contar. Eso, evidentemente, estos asesores manejan bastante bien. Manipulan la información y cada vez le meten la idea de la vacancia, por Dina Boluarte, por Mirtha Vásquez. Vive, creo yo, él en un mundo aparte, en una realidad paralela que le construyen estos asesores. Por eso digo que ese entorno es nocivo, nefasto. Lo único que logra es aislarlo y dividir a los demás.
—¿Qué ocurrió durante la diligencia del 20 de diciembre en Palacio? En el acta fiscal se da cuenta de que el asesor jurídico de Palacio dijo que usted le comunicó que el presidente no permitía el acceso de los fiscales a la oficina de secretaría.
Fue exactamente eso.
—¿El presidente le dijo a usted que diga que no ingresen los fiscales?
Lo que pasa es que yo di acceso a los fiscales para que tomen los videos. Dicho sea de paso, por eso nunca me perdonaron. Luego, cuando el fiscal trató de llegar al despacho mismo del presidente, yo no tengo la capacidad para autorizar el ingreso. Esa zona es del presidente, allí no tengo mayor injerencia. El único que puede decidir es el presidente o la fiscal de la Nación en una investigación que se le haga. No habiendo lo segundo, le pregunto al presidente por teléfono si autoriza o no. Él me dijo que no y es lo que transmití.
—Como abogado, ¿cree que ese fue un acto obstruccionista hacia una investigación fiscal?
Pienso que no, no era una actitud obstruccionista. Usted sabe, el despacho presidencial tiene temas de estado, secretos de estado. Permitir que ingrese un fiscal está bien, pero también el presidente es responsable de decir si entran o no. La responsabilidad recae sobre él, de decir sí o no. En este caso, dijo que no.
—Usted no tiene actividades en Palacio entre el 21 de diciembre a inicios de enero. ¿Salió de vacaciones o lo mandaron de vacaciones? ¿Qué ocurrió?
Yo tenía ya un viaje programado a Europa. Tengo mi familia allá y ese viaje estaba programado desde septiembre. El presidente sabía y le pedí la autorización. Me dijo que perfecto y lo que hice fue pedir una licencia sin goce de haber. Es por eso que desde el 21 estaba en Europa.
—¿En esos días cree que estos asesores aprovecharon para afianzarse más?
Totalmente, tal es así que tuvieron reuniones para ver cómo me sacaban, cómo me hacía renunciar. Prácticamente, me comunicaron que renuncie. Pedro Castillo no es directo, siempre manda a terceros.
—¿A quién le envió en este caso?
Beder Camacho. Lo hizo de una manera muy insultante, porque claro, él ansía ser secretario general. Eso fue el 29 de diciembre.
—Un informe de la Presidencia dice que usted habría usado un vehículo oficial cuando estaba de licencia...
Ahí es precisamente donde empieza el ataque, la amenaza, el chantaje. Porque como querían sacarme a como dé lugar, él viene a mi oficina y dice que he utilizado el auto en el 31. Si bien lo utilicé, el peculado de uso es cuando uno usa el auto para otros fines que no sean el trabajo. Pero eso día lo utilicé como siempre: de mi casa a Palacio. Y, es más, para una reunión con el presidente. Además, yo era funcionario con rango de ministro. Así esté de licencia, yo no pierdo mi calidad de funcionario. En ese caso, tampoco es peculado de uso.
—¿Cómo se gestionó la reunión con el gerente de Repsol? ¿El presidente conocía de esta?
Pedro Castillo sabía de todo...
—¿Castillo sabe todo lo que pasa en Palacio?
Sí, yo imagino que sí. En todo caso, en lo que a mí respecta, él sabía todo. El 20 de enero recibimos un oficio de Repsol. Pedían ellos audiencia con el presidente. Evidentemente, dijimos por qué, no había razón para que el gerente se reúna con el presidente. Le dije ‘presidente, usted no se puede reunir con ellos, podemos generar luego una reunión donde el secretario general exponga las quejas y exigencias del estado peruano y ver qué quieren, una reunión preparatoria’. Eso fue.
El domingo en la noche me dice ‘doctor, quiero acciones concretas, muéstreme un botón’. Le digo que entonces procedo y es así que el lunes me reúno con el embajador de España y el gerente de Repsol. Es allí donde les digo que ‘hemos recibido el oficio, pero que reunión con el presidente no se va a poder dar. Lo que sí puedo hacer es decirles que exigimos tres cosas: limpieza rápida de las playas, indemnización de pescadores y población aledañas, y pago de todas las multas y responsabilidad civil’.
Conversamos 15 o 20 minutos y me retiré. Le informé al presidente el martes en la mañana, hablé con él, le dejé un documento con los puntos tratados, vino el embajador de España, quien lo felicitó por la buena labor que se había llevado adelante. Él [Castillo] sabía de todo. Luego, el presidente me dijo ‘ocúpese usted de coordinar el comité de crisis’. Y es lo que hice.
—¿No hubiese sido más transparente que la reunión sea en su despacho en Palacio?
Hubiese sido lo mismo. Y peor. Sabe usted que Palacio es Palacio, si yo me reúno en un área se iba a pensar que se estaba reuniendo con él. Pero aquí no se trata de ver una licitación pública, un contrato o algo, era una cuestión muy puntual de ver las acciones concretas que estaba llevando Repsol y que las cumpla. Eso quería saber el presidente.
—¿Qué ocurrió con la lista de visitas a la casa de Sarratea? ¿Qué le recomendó al presidente?
Hay que comprender que esta lista no se podía dar. En mi caso, como secretario general, lo único que puedo hacer es hablar con la policía y pedirles informes. En el caso de Sarratea, la policía solo había tenido una acción de resguardo, mas no de control de accesos. Por eso respondimos que no había nombres que se pudieran dar o listas. Todo lo demás, lo que se me pidió, lo hice llegar.
—El abogado del presidente mostró hace unos días un video de la cámara de seguridad en la puerta. ¿No hay videos de otros días para ver qué otras personas entraron o salieron?
Desconozco, pero imagino que debería haber otras cámaras en las que se puedan ver si de verdad se reunieron o no. No podría dar más información al respecto.
—¿El presidente sigue despachando en Sarratea?
No lo he visto ir más, a no ser que...bueno, ahora ya no se sabe en qué creer. Yo, en todo caso, no le he visto ir por ahí, yo no he estado en Sarratea. No sé si lo habrá hecho.
—Si el presidente tiene un ‘gabinete en las sombras’, ¿quién sería su ‘primer ministro’?, ¿Biberto Castillo?
Yo pienso que sí. Lo que se ve de la influencia que tiene, de la manera en que manejan las cosas, incluso hasta el fotógrafo recibe instrucciones de él. Yo puedo pensar que es prácticamente quien está conduciendo los destinos del país.
—¿Ve un paralelo con la relación entre Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori?
No tanto, pero las prácticas yo diría que son las mismas. Por ejemplo, hicieron una entrevista falsa al presidente el último sábado. Hicieron entrar a un periodista, que era editor de ‘El Chino’ en la época de Fujimori, para sacarle una entrevista al presidente. Eso, por ejemplo, es falso, porque desde la debacle de la entrevista con CNN, Pedro Castillo no le da entrevistas a nadie. Y segundo, este señor entra a las 18:49 y sale a las 19:16. O sea, 27 minutos desde la puerta hasta que sale. En ese tiempo, que lo haya recibido 5 o 10 minutos, es imposible que haga una entrevista.
—¿Esa entrevista fue redactada por el ‘gabinete en las sombras’?
No me queda la menor duda. Le han dado las preguntas y respuestas. Otro punto es que Pedro Castillo nunca ha acusado de corrupción a Bruno Pacheco y qué raro, en esa entrevista sí lo acusa, únicamente para comparar [con el propio Jaico] y eliminar al enemigo que ellos tenían.
—Como abogado, ¿cree que la existencia o los actos de este ‘gabinete en las sombras’ deben ser investigados?
Lo primero que tiene que hacerse es que Contraloría debe iniciar una acción de control, porque de seguro se están violando todos los reglamentos que rigen la función pública. Lo segundo, Fiscalía también tendría que ingresar para ver este tipo de delitos que se pueden estar haciendo ahí, sobre todo por las investigaciones que se llevan en otros casos. El Congreso también pienso que debería nombrar una comisión investigados para ver y hacer la luz sobre estos personajes que mueven los hilos del gobierno. Caso contrario, no se estaría cumpliendo la voluntad popular de una parte de la población de elegir a Pedro Castillo, sino que al final sería el presidente Biberto Castillo.
—¿Cree que Palacio, como está ahora, es un lugar propicio para que se gesten actos de corrupción o de asociación ilícita entre personas con objetivos en común?
Tal y como está funcionando y en la manera en que Pedro Castillo están empoderando a estas personas, sí, se podrían configurar varios delitos. Evidentemente, estas personas utilizan el poder y lo van a utilizar de mala manera. Creo que [Pedro Castillo] está dejando demasiado poder en manos de gente irresponsable, lo cual puede configurar delitos penales como administrativos.
—¿El Gobierno de Castillo, como está ahora, es insostenible?
Pienso que sí. Es insostenible porque no tiene visión de país, le falta visión de país. Por lo mismo, cualquier gabinete que venga siempre va a estar confrontado a los mismos problemas, de saber qué hacer. Prueba de ello es que la agenda se hace de hoy para mañana, cuando normalmente la agenda de un presidente debe tener, como mínimo, una semana de anticipación. Eso demuestra la improvisación en la que están.
—¿Cuál debe ser la solución?
Yo pienso que, por una cuestión de dignidad, de estabilidad y gobernabilidad para el Perú, el señor Pedro Castillo debería renunciar. Porque ha probado que no está apto para el cargo. No solamente no lo está, sino que no hace nada para cambiar esa situación, por lo menos, interesarse más o rodearse de gente profesional, capaz. Él ha hecho exactamente lo contrario.
—¿Ve alguna forma de que el gobierno sobreviva?
Lo que pasa es que él repite los errores, que ya no son errores. La ignorancia del manejo del estado y de la capacidad para resolver los problemas del país hace que en estos meses tengamos cuatro gabinetes y con un cambio de ministros enorme. Ese es el resultado de esa falta de visión y capacidad para conducir los destinos del país. A la cabeza está Pedro Castillo, pero también estos asesores que tienen un nivel de mediocridad bastante alto.
—Si Castillo renuncia, ¿están dadas las condiciones para que Dina Boluarte sostenga un gobierno?
Pienso que sí. Ella ha aprendido y está aprendiendo de los errores de Castillo. Pienso que puede generar un gobierno, esta vez sí, de amplia base, que tome las fuerzas de centro y que pueda liderar este nuevo avance del país.
—Si el presidente le pide a ella asumir como primera ministra, ¿le recomendaría que lo acepte?
Le recomendaría que no, porque el problema subsiste. El problema aquí es que Pedro Castillo no tiene ni idea de cómo conducir los destinos del Perú. ¿Qué puede hacer un primer ministro cuando el presidente no le va a permitir gobernar ni hacer cambios?
—¿Hay otras figuras que tenga una especial influencia sobre el presidente? Se ha dicho que el congresista Guillermo Bermejo influyó en la designación de Luis Barranzuela y Héctor Valer.
El congresista Bermejo sí es de gran influencia. Al parecer, él puso al ministro del Interior pasado y al señor Valer ahora. Es parte de su grupo.
—¿Cree que el presidente tiene una ideología?
Lo que veo es que la improvisación es el símbolo de su gobierno: darle pase a la mediocridad, a la informalidad, al abuso. Eso es lo que lleva a que no tenga acciones concretas. Él podría hacer muchas cosas.
—Si el presidente extirpa al ‘gabinete en la sombra’, ¿podría salvar su gobierno?
Habría que hacer la diferencia entre jefe de Estado y jefe de gobierno. Y él nunca la ha hecho. Por el nivel de conocimientos que tiene, él hubiese preferido ser jefe de Estado y dejar que alguien se ocupe de las cosas de gobierno, un premier con esa personalidad, carácter y conocimiento. Pero él quiere hacer las dos cosas con este gabinete de mediocres y al final estos son los resultados. Si usted me dice que, si saca a los asesores, la situación se va a arreglar, yo de verdad no creo. El problema está en el mismo Pedro Castillo, quien no asume que debe mejorar en muchos aspectos para poder ser un presidente que, por lo menos, nos represente de la mejor manera.
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