
Si algo ha tenido Pedro Castillo desde su fallido golpe de Estado han sido abogados. Esta semana, dos nuevos letrados se sumaron a la larga lista de defensores del expresidente que han buscado, desde lo penal, constitucional e incluso mediático, lograr su libertad.
Con ello, ya han sido 28 los abogados de Pedro Castillo, casi una treintena, desde el 7 de diciembre del 2022. Ese día fue detenido en flagrancia por el delito rebelión, luego de intentar cerrar el Congreso de forma inconstitucional, intervenir todas las instituciones del sistema de justicia y pasar a gobernar por decreto.
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A pesar de eso, o quizás a raíz de ello, ninguno de los integrantes de larga lista ha tenido éxito en ese objetivo. Ni ante la Corte Suprema ni ante el Tribunal Constitucional, dos de las instituciones que buscó intervenir con su intentona golpista. Tampoco lograron que su proceso por rebelión se archive.
Al contrario, su juicio por ese caso solo está pendiente de programación. Allí enfrentará un pedido de 34 años de prisión por rebelión, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública. En cambio, sus procesos por corrupción y organización criminal, cuyas revelaciones presuntamente motivaron su intentona golpista, no han tenido mayores avances.

El más reciente intento de lograr la liberación de Pedro Castillo ocurrió el último martes. Ese día, el Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria evaluó un recurso para que se cambie su prisión preventiva por el proceso de rebelión, vigente hasta diciembre de este año, por una vigilancia electrónica. Es decir, que cambie el penal de Barbadillo por una vivienda donde esté bajo vigilancia del Estado.
Detrás del pedido estuvieron sus dos nuevos abogados: Carlos Perea Pasquel y Martín Piaggio Farfán. El primero, encargado de sustentarlo ante el juez, sostuvo que la fiscalía no tomó en cuenta para investigar este caso los testimonios de los policías que estuvieron desplegados ese día Lima, los que corroborarían que el 7 de diciembre no hubo un alzamiento en armas.
También repitieron un argumento frecuentemente usado por anteriores abogados de Pedro Castillo, pero ya descartado por la Corte Suprema en múltiples ocasiones: que solo leyó un discurso y no hubo un alzamiento en armas que configura el delito de rebelión: “El 7 de diciembre del 2022, mi patrocinado, el señor Pedro Castillo Terrones, lo único que levantó fue un papel. En la jurisprudencia del Perú tenemos a Antauro Humala, que sí se levantó en armas y jaló el gatillo. Hubo cuatro muertos”.
Solo sobre el final de su alegato, Perea Pasquel refirió que su alternativa era que Pedro Castillo salga del penal y pase a vivir en la vivienda de un familiar para seguir su proceso judicial.
“Será monitoreado permanentemente por personal del INPE y no podrá desplazarse sin conocimiento de las autoridades. Hemos instruido a nuestro patrocinado de las graves consecuencia que tendría su accionar contra el dispositivo que le impondrían”, afirmó.

Perea Pasquel es abogado por la Universidad San Martín Porres. En el 2019, fue candidato a ser decano del Colegio de Abogados de Lima (CAL). También se postuló para ser integrantes del Tribunal Constitucional ante el actual Congreso y ante el anterior. No tuvo éxito en ninguna de sus aspiraciones.
El Ministerio Público se opuso. La fiscal Galinka Meza remarcó que una variación de este tipo solo se da ante la aparición de nueva evidencia, lo que no ha ocurrido. También señaló que la vigilancia electrónica es una medida destinada a solucionar el hacinamiento en penales, situación que no corre en Barbadillo, que tiene a los expresidentes Pedro Castillo y Alejandro Toledo como únicos reos.
Al final de la misma audiencia, rodeado por sus flamantes defensores, Pedro Castillo respondió a esto que prefería “un metro de libertad antes que 800 metros”. “Yo huelo a pueblo. Esa es la razón que tiene acá. Si bien tengo a familiar nuclear fuera del país, tengo a mis padres ancianos, a mis hermanos en Lima. Es mi gran anhelo estar al lado de mi familia, pero mi mayor decisión es contribuir con este proceso”, proclamó.
También aseguró que iba a respetar la decisión del juez, pero le pidió ceñirse “a la verdad”.
“Voy a someterme a la norma en cuanto me varíe a esta vigilancia electrónica (...) Como miles de compañeros quisieran tenerme en su domicilio por el cariño que tienen a su presidente, también he decidido tener un domicilio en Lima con la finalidad de contribuir con este proceso ¿Cuántos hermanos quisieran que viva en su casa en Lima, en cualquier espacio del Perú?”, aseguró.
Hasta el cierre de esta nota, no se conoce la decisión del juez Juan Carlos Checkley frente a este pedido. No obstante, el magistrado ya rechazó hace poco un pedido similar, sustentado por otro abogado, para que se declare el cese de esta misma prisión preventiva.

Del entorno a la defensa
Para entender los motivos detrás de los cambios en los abogados de Pedro Castillo es vital conocer quiénes han ido integrando el entorno más cercano del expresidente. Sus primeras dos defensas estuvieron ligadas al exministro Aníbal Torres, quien luego se alejaría al ser comprendido en el mismo proceso judicial.



Luego llegarían los ligados al cerronismo (Guillermo Olivera) o al congresista Guillermo Bermejo (Raúl Noblecilla y Ronald Atencio). También hubo defensas de penalistas ajenos a su círculo político, como Miguel Pérez Arroyo, Sandro Balvín y Paulino Loa, quienes durarían poco tiempo, en medio de discrepancias con letrados de un perfil más político; y dos abogados públicos que lo defendieron de oficio en su primera audiencia de prisión preventiva.


Abogado de oficio de la Defensa Pública ante la negativa de Pedro Castillo y sus entonces abogados, Ronald Atencio y Raúl Noblecilla, de presentarse a la audiencia de prisión preventiva en su contra por el proceso de reblión.

Otros tuvieron un rol más ligado a lo mediático y al activismo, como los argentinos Eugenio Zaffaroni y Guido Croxatto. Otros lo representaron en una o dos ocasiones ante el Congreso, como Llissett Garrido Ortiz, o ante el Tribunal Constitucional, como Carlos Huerta Escate.




En lo penal, otros han sido sus abogados solo para presentar, eventualmente sin éxito, recursos puntuales con los que buscaba lograr la libertad del expresidente. Entre ellos Juan Walter Sifuentes o David Mayta. Y según pudo conocer El Comercio, ese parece ser el rol que de los dos abogados que presentó esta semana.




El único de todos estos abogados que también representó a Pedro Castillo cuando aún residía en Palacio de Gobierno es el penalista Eduardo Pachas. Sin embargo, renunció el año pasado, en medio de discrepancias con el vocero del expresidente: el exministro Iber Maraví.





Su lugar fue tomado por Luis Medrano Girón, quien es hoy el principal abogado de Pedro Castillo en su proceso por rebelión. Fue quien lo representó durante el control de acusación y, según dijo Iber Maraví a este Diario, es quien lo representará durante el juego.


Iber Maraví, exministro de Trabajo de Pedro Castillo, es un personaje clave en su entorno. Se trata de sus más frecuentes visitantes en el penal de Barbadillo y el último martes, protagonizó un plantón de decenas de simpatizantes frente al Palacio de Justicia para pedir la libertad del exmandatario.
El exministro dijo a este Diario que Luis Medrano sigue siendo el principal abogado de Pedro Castillo en sus procesos por rebelión y por organización criminal, mientras que sus dos nuevos letrados solo apoyan con su pedido para la vigilancia electrónica.
También refirió que Wilfredo Robles ve un proceso ligado al delito de negociación incompatible y que el exministro Walter Ayala está cargo de denuncias presentadas a nombre de Pedro Castillo y de recursos de amparo en la vía constitucional. En ese sentido, pese a los múltiples nombres, considera que no hay distintas estrategias detrás de la defensa, ya que los “abogados principales” están definidos.
“Son diferentes abogados. Cada acción de amparo, cada habeas corpus lo hace un abogado. Son varios, algunos ya han llegado al TC. Es por eso que hay muchos abogados, pero en los casos principales son pocos. Walter Medrano ve rebelión y organización criminal; Wilfredo Robles ve lo de negociación incompatible”.

"Como moscas al panal"
Uno de los nombres más llamativos dentro de la lista de abogados de Pedro Castillo es el de William Paco Castillo, más conocido por haber ejercido la defensa de otro exinterno del penal de Barbadillo: Alberto Fujimori.
Fue presentado por el propio Pedro Castillo como su abogado a mediados del año pasado. Luego también fue referido, así como Iber Maraví, como su vocero.
Consultado por su rol, Iber Maraví dijo a este Diario que William Paco Castillo ya no es abogado del expresidente y dijo que “tuvo a su cargo el tema de organización poco tiempo, poco tiempo”.
Sin embargo, reconoció que “sí conversa con él”. “Y como es abogado, seguro le da opiniones, consejos. Pero ya no es abogado en ningún expediente ni es vocero”, afirmó.
William Paco Castillo tiene otra versión de los hechos. Consultado por El Comercio sobre si seguía ejerciendo la defensa de Pedro Castillo, respondió que sí: “Hasta hoy soy su abogado consultor y su vocero”.
“Soy un abogado atípico de Pedro Castillo. No ejercito su defensa en la práctica. Es una cuestión hasta rara para mí, pero la circunstancia hace que desempeñe bajo esta situación. Más que nada, soy su abogado consultor, creo que soy la última instancia de consulta como defensor a la que apela. Él me llama, nos sentamos, me pide que le explique, le doy una explicación y mi opinión. Pero no ejerzo su defensa en la práctica”.
La descripción que hace William Paco Castillo de Pedro Castillo como defendido rima con lo que se conocía de él como presidente: la de una persona que le dice sí a varias personas de su entorno, por más que le den consejos contradictorios entre sí, lo que termina desconcertando a los que lo rodean.

El letrado sostiene que hay distintos colegas suyos que rodean a Pedro Castillo “como moscas al panal, con sus propios intereses, con su propia agenda. Si son intereses buenos o malos, dependerá de ellos. Pero tiene una cantidad de abogados que desean defenderlo, sea con las mejores intenciones o con intereses de otro tipo, políticos probablemente”.
Añadió que son estos abogados los que le hacen distintas sugerencias para sumarse a su defensa y lograr su libertad. “Entonces, él a veces se desconcierta y me llama. Normalmente, me llama cuando ya ha hecho las cosas. Yo tengo una idea totalmente distinta a todos los abogados. Incluso me he peleado con casi todo ellos (...) De esta vulnerabilidad que él tiene se aprovechan todos aquellos que se acercan a prometerle lo que, desde mi punto de vista, es difícil que logre”.
En esa línea, considera que hacer pedidos como el del cese de la prisión preventiva o la vigilancia electrónica son inútiles y no tendrán éxito. “Se presta, hasta cierto punto, al ridículo”, advirtió.
William Paco Castillo indica que le ha dicho a Pedro Castillo que si quiere que él ejerza formalmente su defensa, debe retirar a todos los otros abogados para que él pueda aplicar su estrategia. Esta consiste en que renuncie a litigar ante el Poder Judicial y que, más bien, apele a posicionarse como un líder de oposición al gobierno.

“Es un hombre sometido a prisión, desde mi punto de vista injusta. Considero que está sometido a una persecución política. Yo creo que debería renunciar a defenderse, que debería ser el líder político. La coyuntura lo ha puesto en una situación que debería aprovechar. Si él recusó al sistema siendo presidente, debería ser un rebelde frente a este sistema que lo va a terminar condenado. No debería legitimar al sistema defendiéndose”, sostuvo.
El abogado, quien en declaraciones previas a El Comercio contó que se acercó a Pedro Castillo por el pedido de un “amigo” en común, asegura que el expresidente lo escucha e incluso llega a convencerlo. Sin embargo, añade que días después, otras personas lo convencen de lo contrario. Según dijo, su principal influencia es el propio Iber Maraví.
“Lo tiene a su lado permanentemente. Es el que dirige a esos asesores. Mi enfrentamiento, de naturaleza jurídica, es contra la cabeza de esos defensores, que es él. Creo que puede tener las mejores intenciones, pero que, jurídicamente, es lo más nocivo que tiene a su lado (...) Cada vez que llego a un acuerdo con Pedro Castillo, al día siguiente llega Maraví, no sé qué le dice, y me encuentro con otra decisión”.
William Paco Castillo también aseguró que no recibe ningún pago por su defensa de Pedro Castillo. En eso, Iber Maraví coincide: según dijo, los único de todos estos abogados a quienes se les ha pagado por sus servicios con Eduardo Pachas y Luis Medrano.
Respecto a lo dicho por William Paco Castillo, Íber Maraví respondió que Pedro Castillo coordina su estrategia de defensa con sus abogados principales y “cualquier cosa que le diga el doctor Paco Castillo es una añadidura. Es un abogado que le da una opinión, pero el presidente no tiene por qué darle la razón”.

“Hay muchos abogados interesados en hacerle llegar sus opiniones a Pedro Castillo. A veces lo hacen, entran. Él escucha, a veces las sugerencias son interesantes. Ahora, un abogado que es escuchado puede creer que su opinión es la que se va a aplicar, pero ese es un error. Él todavía lo somete ante su abogado principal, que puede descartarlo o no”
En esa línea, consideró que William Paco Castillo “hace mal en referirse así a otros abogados”. “Está cometiendo un error. Tiene que aceptar que él o cualquier otro que le hace sugerencias puede ser tomado en cuenta o no. No tiene por qué sentirse desairado”.
Finalmente, consideró que hay varios factores que han llevado a que Pedro Castillo haya tenido casi una treintena de abogados desde el 7 de diciembre del 2022. Señaló que el expresidente ha cambiado de abogado cuando considera que su estrategia “no lo va a llevar al objetivo que él quiere”, algo que ha “sucedido varias veces”.
Otro factor es el económico: sostuvo que no puede contratar a un estudio y que casi todos, salvo los casos mencionado, han trabajado sin recibir pagos. Finalmente, volvió a coincidir con William Paco Castillo en algo: los casos de quienes pudieron haberse acercado a él por motivaciones políticas.
“Probablemente también haya eso. Si el presidente se da cuenta que el abogado no tiene la intención de defenderlo bien, sino la notoriedad, que quiere aprovechar la circunstancia de defender a un presidente hasta como un trampolín electoral, puede haber tomado la decisión de prescindir de algunos de ellos”.
Finalmente, consideró que Pedro Castillo siempre ha tenido claro, en el caso de rebelión, que es inocente. Sin embargo, al no ser abogado, distintos letrados se le acercaron para darle consejos a lo largo de este tiempo. “Pero poco a poco, ha encontrado la claridad”, afirmó.










