Nelson David Sancon, chef de El batán del Tayta, en el nuevo local del restaurante en Chachapoyas.
Nelson David Sancon, chef de El batán del Tayta, en el nuevo local del restaurante en Chachapoyas.

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Nuevo espacio, misma esencia: El Batán del Tayta se muda en Chachapoyas para “soñar más grande”
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Nuevo espacio, misma esencia: El Batán del Tayta se muda en Chachapoyas para “soñar más grande”

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Desde su apertura, hace más de una década, se ha consolidado como una parada obligada para quienes buscan sabores con identidad en . Su propuesta, basada en insumos regionales, técnicas tradicionales y un espíritu innovador, le ha valido reconocimiento y una clientela fiel que, con el tiempo, exigía más espacio y mayor comodidad. Por ello, en junio de este año se mudaron. El restaurante dejó su acogedor local en el Jr. La Merced para trasladarse a una nueva sede ubicada en el Jr. Ortiz Arrieta, a solo unas cuadras de la plaza principal. La mudanza, sin embargo, no fue una decisión tomada de la noche a la mañana.

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“Queríamos mantenernos en el corazón de la ciudad para que nuestros clientes locales y visitantes puedan llegar caminando desde la plaza”, explica Sancon. “Fue una búsqueda exigente y me alegra contar que finalmente dimos con el lugar ideal”.

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En busca del nuevo hogar

La nueva ubicación no solo responde a una necesidad operativa; también obedece a una visión más amplia. El inmueble elegido conserva el estilo colonial que caracteriza al centro histórico de Chachapoyas: muros de adobe, techos altos, vigas de madera y una ventilación natural que aporta frescura y autenticidad. “Desde el inicio priorizamos locales con el tipo de construcción colonial que caracteriza al centro histórico. Esas características no solo transmiten identidad, sino que crean una atmósfera auténtica y segura para nuestra gastronomía”, señala el chef.

El nuevo local del Batán del Tayta se ubica en una casa de estilo colonial, típica de Chachapoyas.
El nuevo local del Batán del Tayta se ubica en una casa de estilo colonial, típica de Chachapoyas.
/ Difusión/ El Batán del Tayta

El nuevo espacio —más amplio, ventilado y con ambientes distribuidos entre salones y terrazas interiores— tiene un nuevo impacto entre quienes visitan el restaurante. “Ofrece una experiencia más cómoda para nuestros comensales y nos permite operar con mayor tranquilidad y confort”, dice Sancon. “El resultado es un espacio que mantiene la esencia de nuestro antiguo local, típico, cómodo, bien ubicado, pero ahora más espacioso y ventilado para acompañar el crecimiento del proyecto”.

Detrás del cambio de local hubo un proceso minucioso. Sancon invirtió tiempo en visitar inmuebles, conversar con propietarios, revisar normativas municipales y buscar condiciones técnicas adecuadas para garantizar seguridad jurídica y sostenibilidad en el tiempo. Para Sancon fue una mezcla de “cuidadosa paciencia” y diálogo constante con vecinos y autoridades.

Sueños por cumplir

Pero más allá de lo logístico, lo que impulsa esta nueva etapa es un deseo profundo de seguir creciendo sin perder el rumbo. “Desde hace mucho tiempo sentía que el Batán del Tayta necesitaba un espacio que nos permita no solo atender mejor, sino también soñar más grande”, confiesa el chef. “Ofrecer una experiencia gastronómica más completa, tener una cocina más equipada, poder recibir a más visitantes de la región, del Perú y del extranjero y seguir apostando por la innovación sin perder nuestra esencia”.

El crecimiento, añade, también pasa por un compromiso reforzado con los productores locales y con la formación de nuevos talentos. “Este nuevo espacio nos permite fortalecer nuestro compromiso con los productores locales, con la formación de nuevos talentos y con el desarrollo sostenible de la gastronomía de Chachapoyas. No se trata solo de crecer por crecer, sino de hacerlo con propósito, con visión y sobre todo con humildad”, afirma. “Cada paso que damos es con los pies en la tierra, pero con los ojos puestos en todo lo que todavía podemos construir”.

Los sabores del batán

La carta del restaurante también ha evolucionado. Sin dejar de lado los clásicos que lo hicieron famoso —como el Tayta campesino, que reúne cecinas, chorizos locales, sarza criolla, humita frita, plátanos y el infaltable ucho de papas—, la propuesta se ha refinado con nuevas técnicas, reinterpretaciones de recetas tradicionales y una coctelería que destaca por su uso de ingredientes nativos.

Algunos de los platos de El Batán del Tayta. A la izquierda: shutito con Lomo fino lacado. A la derecha: leche de caimán.
Algunos de los platos de El Batán del Tayta. A la izquierda: shutito con Lomo fino lacado. A la derecha: leche de caimán.
/ Difusión/ El Batán del Tayta

Una de las estrellas del restaurante es la caspiroleta de hormigas, hecha con hormigas domblos maceradas, provenientes de San Juan de Ocumal, en la provincia de Luya. Un trago que, más allá de lo exótico, rescata saberes ancestrales y biodiversidad local.

Coctelería de El Batán del Tayta. A la izquierda: su famosa caspiroleta de hormigas. A la derecha: Kuélap a 3000 msnm.
Coctelería de El Batán del Tayta. A la izquierda: su famosa caspiroleta de hormigas. A la derecha: Kuélap a 3000 msnm.
/ Difusión/ El Batán del Tayta

“Esta evolución refleja nuestra visión. Ser un restaurante que respeta la tradición con innovación y que impulsa la experiencia gastronómica siempre vinculada con nuestra tierra y nuestra cultura del mundo Chachapoyas”, sostiene Sancon.

El cocinero también destaca el momento especial que vive la escena gastronómica local. “La escena gastronómica en Chachapoyas está viviendo un momento muy emocionante. Yo diría que estamos en una etapa de despertar”, comenta. “Los empresarios, chefs, productores locales estamos reconociendo el enorme valor de nuestra biodiversidad, nuestras tradiciones culinarias y la sabiduría de nuestros pueblos originarios”.

Parte de ese despertar, dice, se refleja en los jóvenes que apuestan por los insumos de la región, en el respeto renovado hacia las cocineras tradicionales y en el orgullo con el que los propios chachapoyanos empiezan a valorar lo suyo. “Chachapoyas tiene una voz única y poco a poco se está escuchando más fuerte dentro y fuera del Perú”, subraya.

“Cocinar bien no es suficiente. Nuestro trabajo como empresarios y chefs también es contar historias, proteger nuestros ingredientes nativos, trabajar de la mano con los agricultores y ganarnos la confianza de nuestra comunidad”, reflexiona. “Si seguimos en esa línea, no tengo dudas de que nuestra gastronomía se consolidará como un referente nacional”.

Hoy, con las puertas abiertas de su nuevo local, Nelson David Sancon vuelve a poner sobre la mesa su apuesta por una cocina con profundo amor por su tierra. “Esta nueva etapa es una oportunidad para seguir creciendo, pero sobre todo aportando desde lo que mejor sabemos hacer: cocinar con identidad”, concluye.

Además…
Nueva sede

El Batán del Tayta se ubica en el Jirón Ortiz Arrieta 798, Chachapoyas.

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