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Tu hígado también necesita vacaciones
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Brindamos porque es viernes. Porque estamos felices. Porque estamos tristes. Porque hay algo que celebrar, o algo que olvidar. El brindis —y no necesariamente con agua con limón— se ha vuelto parte de la vida adulta funcional. Pero hay un órgano silencioso que no sabe de excusas sociales, y que trabaja 24 horas durante los siete días de la semana para mantenernos con vida, energía y equilibrio: te presento a tu amado .

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Sí, ese hígado en el que rara vez pensamos hasta que aparece algún resultado alterado o una resaca de esas que te hacen prometer “nunca más” volver a tomar. Y aunque tu hígado no habla, sí grita con señales muy claras cuando está sobrecargado. Así que hoy vamos a hacerle justicia a ese órgano olvidado, empezando por contarte qué hace y por qué es importante.

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Juan Carlos Fangacio
Las verduras son importantes en una dieta saludable para el hígado. Entre las más beneficiosas están espárragos, cebolla, col, brócoli, alcachofas y zanahorias. (Foto: iStock)
Las verduras son importantes en una dieta saludable para el hígado. Entre las más beneficiosas están espárragos, cebolla, col, brócoli, alcachofas y zanahorias. (Foto: iStock)
/ Brothers91

Tu hígado es como tu laboratorio personal: filtra toxinas, metaboliza hormonas, transforma los nutrientes de los alimentos, produce bilis para digerir grasas, almacena glucógeno para darte energía, y ayuda a mantener tus niveles de azúcar en sangre estables. También convierte el exceso de hormonas como el estrógeno para que puedan ser eliminadas, lo cual es clave para la salud hormonal femenina (#anótalo).

Entonces, imagínate todo eso funcionando mientras brindas con tres chilcanos “porque te lo mereces”. Créeme, tu hígado lo intenta, de verdad que sí, y es noble, pero también tiene un límite. Y no, ese jugo verde détox que sabe a pasto y que te costó S/25 con la promesa de “desintoxicarte” no es la solución. El hígado ya tiene su propio mecanismo de détox, y lo hace solito, pero necesita herramientas reales, no solo apio, piña y buena vibra. ¿Cuáles son esas herramientas? Nutrición real como le digo yo: vitaminas del complejo B, magnesio, selenio, zinc, colina, proteínas, vegetales ricos en azufre como el brócoli y la cebolla, y una microbiota feliz que le dé soporte. ¿Qué no contribuye? El alcohol frecuente, exceso de azúcar ultraprocesada, estrés crónico, poco sueño y dietas bajas en proteínas.

La acumulación de grasa puede ser causada por el exceso de calorías en azúcares y carbohidratos refinados, así como grasas saturadas y trans. El hígado tiene un papel crucial aquí, por lo que su correcto funcionamiento es esencial.

Entonces, ¿cuáles son esas señales que tu hígado está mandando cuando está pidiendo una pausa? Existen varias, pero por lo general las más comunes son:

  • Cansancio constante y esa falta de energía que sientes que no mejora cuando duermes.
  • Antojos de dulce o salado todo el tiempo.
  • Aumento de peso y acumulación de grasa abdominal.
  • Digestión lenta y pesada.
  • Piel opaca o con brotes sin explicación.
  • Orina oscura o heces pálidas.
¿Antojo de chocolate? Siempre es mejor elegir el chocolate negro, con más del 70% de cacao, ya que tiene menos grasa y será más beneficiosos para el hígado. (Foto: iStock)
¿Antojo de chocolate? Siempre es mejor elegir el chocolate negro, con más del 70% de cacao, ya que tiene menos grasa y será más beneficiosos para el hígado. (Foto: iStock)
/ Eva-Katalin

Ahora, no tienes que esperar a que alguna de estas aparezca. Si sabes que se te ha ido un poco la mano, entonces nunca está de más hacerte un perfil hepático.

La pregunta es: ¿brindamos o no brindamos? Como siempre les digo, no se trata de vivir en restricción ni en culpa, sino en conciencia. El hígado, como tú, necesita equilibrio. Así como no vas al gimnasio todos los días de tu vida, tampoco deberías exigirle a tu hígado una maratón metabólica siete días a la semana. Aprende a nutrirlo, a darle descanso y a reconocer cuando esté pidiendo ayuda. Come bien, duerme, muévete, bájale un poco a la ansiedad y súbele a los vegetales. Sé que no suena muy sexy, pero es la verdadera forma de hacerle un détox (de los buenos) a tu cuerpo. //

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