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Este domingo 25 de mayo, Lima será testigo —y protagonista— de una fiesta que va mucho más allá del deporte. Ese día, miles de personas se despertarán al alba y se pondrán las zapatillas para correr el evento de running más importante de la ciudad: la . Algunos irán por sus primeros 10K, otros por su mejor marca en 21K, o 42K, y muchos simplemente lo harán por esa experiencia que combina sudor, comunidad, emoción y una dosis enorme de propósito personal. Pero detrás de cada paso hay algo más profundo: una preparación física, mental y también nutricional que merece ser celebrada.

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CORRER: ¿SOLO UN DEPORTE?

El ‘boom’ del running no es casualidad. Cada vez más personas están encontrando en correr una forma de reconectar con su cuerpo, liberar el estrés del día a día y construir constancia. Para muchos, el entrenamiento se ha convertido en una terapia activa que les devuelve claridad mental, mejora el ánimo y enseña una lección vital: lo importante no es ser el más rápido, sino no rendirse. Pero en una ciudad tan caótica como Lima, correr es un acto de autocuidado. Y aquí es donde la nutrición también corre contigo; no hay zancada bien hecha sin energía, ni recuperación sin nutrientes. La nutrición en el running no es solo cuestión de carbohidratos antes de la carrera y un gel energético a mitad de camino. Es una estrategia diaria que involucra una alimentación equilibrada donde se combinan los nutrientes (o la gasolina, como yo le digo) que el cuerpo necesita para estar en su mejor performance. Y no solo eso, la hidratación consciente, la importancia de una suplementación personalizada y el factor clave —el sueño— se unen para que cada corredor pueda lograr su objetivo: ¡cruzar esa meta! Es ahí cuando entiendes que correr una maratón no es solo lograr la distancia, es cuidar cada detalle en el camino, y eso incluye lo que pones en tu plato (y en tu mente) todos los días.

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Nora Sugobono
De igual modo, las maratones reúnen a personas de diferentes edades, profesiones, etc., lo cual crea un ambiente de apoyo y amistad. (Foto: Julio Reaño/GEC)
De igual modo, las maratones reúnen a personas de diferentes edades, profesiones, etc., lo cual crea un ambiente de apoyo y amistad. (Foto: Julio Reaño/GEC)
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > JULIO REAÑO

LIMA, ¡PONTE LA CAMISETA!

Vamos a decirlo sin rodeos (pero con cariño): Lima no es precisamente la ciudad más ‘deporte-friendly’ del mundo. A veces pareciera que correr por sus calles —entre veredas rotas, pistas con huecos y conductores que creen que están en la Fórmula 1— es casi un acto de rebeldía. A pesar de esto, el running sigue creciendo, y también lo están haciendo sus eventos deportivos, lo cual abre una gran oportunidad que las autoridades deben abrazar. Es momento de entender que mejorar calles, veredas, ciclovías y parques no es un favor que se le hace al runner de turno, es una inversión en salud pública. La maratón puede ser el ‘wake-up call’ para reparar rutas clave, asegurar iluminación adecuada y crear espacios seguros a fin de moverse sin miedo. Porque si una ciudad es buena para correr, también es buena para vivir. Y es que una ciudad que respeta el deporte, lo celebra. Desde campañas que informen sobre las rutas y horarios, hasta activaciones culturales y educativas alrededor de la maratón. Lima tiene la chance de cambiar el chip: dejar de ver al running como un fastidio que tranca calles, y empezar a entenderlo como una terapia masiva que mueve cuerpos, emociones y comunidades enteras.

Las maratones promueven un estilo de vida saludable y activo, con un impacto positivo en la salud pública. (Foto: Lima 42K)
Las maratones promueven un estilo de vida saludable y activo, con un impacto positivo en la salud pública. (Foto: Lima 42K)

Así que este 25 de mayo no solo corren los runners: corre toda una ciudad que quiere demostrar que se puede construir bienestar colectivo desde el movimiento. Cuando una ciudad se convierte en escenario de esfuerzo, salud, inspiración y comunidad, lo mínimo que se puede hacer es facilitar y participar del show. Como siempre digo: no hay mejor shot de energía —ni siquiera el mejor gel con cafeína que exista— que escuchar a la gente alentando. La maratón de Lima no es solo una carrera, es un recordatorio de lo que somos capaces de lograr cuando nutrimos nuestro cuerpo, escuchamos nuestra mente y nos sostenemos como comunidad. Y eso, definitivamente, ¡hay que celebrarlo! //

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