Nora Sugobono

Muchas decisiones trascendentales se toman impulsadas por el amor. Algunas resultan más acertadas que otras, claro, pero todas son sostenidas en la pureza de un motivo más fuerte que cualquier otro. Cada día, millones de personas en el mundo cambian el curso de sus vidas persiguiendo dicho anhelo. El peruano Ricardo `Richi’ Goachet lo entiende muy bien. En 2019, volvió al Perú tras pasar buena parte de su vida en España para hacer dos cosas: casarse y abrir un restaurante. Lo primero resultó bastante más fácil que lo segundo, teniendo en cuenta que poco después llegó una pandemia que frenó sueños y paralizó proyectos, y puso al mundo de cabeza en los años que le siguieron.

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La historia de Richi comienza bastante antes. A los 19 años decidió partir a Valencia junto a su padre, todavía indeciso por lo que estudiaría. La cocina llegó sin mucho esfuerzo, y la elección se hizo obvia: entraría a los restaurantes más premiados del país ibérico, en búsqueda de sabores que pudiesen saciar su curiosidad culinaria. Eso hizo. Goachet logró pasar por las cocinas de Juan María Arzak y Martín Berasategui —entre otros — sin haber pisado jamás una escuela. Primero quería aprender en la cancha. Más adelante, terminó su formación desde las aulas, mientras continuaba con su aprendizaje gastronómico desde adentro. Esa era su vida hasta que en una visita a Lima conoció a quien sería su esposa, y ahí este viaje toma un giro inesperado, pero maravilloso.

Nunca llegó a abrir oficialmente las puertas del primer local de Verbena, en San Isidro, porque con la pandemia todo se congeló. Sin conocer a nadie en el rubro —había estado fuera demasiado tiempo— Richi Goachet logró hacerse un nombre con su propuesta de delivery y sus `pop-ups’ en restaurantes que compartían su misma filosofía: cocina y creatividad van de la mano. Cuando por fin pudo atender al público, lo hizo ofreciendo cenas para grupos en una casa familiar en Monterrico, en conformidad con una ordenanza municipal de aquel momento.

Desde hacer algunos meses podemos encontrarlo oficialmente en la planta baja de un pequeño centro comercial de la avenida Conquistadores, en un local sin cartel, que empezó sin carta (hoy ya tienen opciones para elegir) pero con un ambiente `cool’ y casi clandestino. La suya es una experiencia totalmente fresca y vibrante, que remite a los locales de autor de Londres o Nueva York. Realmente fascinante.

Comenzaron ofreciendo dos clases de menú degustación (ambos con tarifa plana) que se mantienen, con platos que son parte del repertorio del local y pueden ir variando. A parte se piden las bebidas o selección de vinos por copa. Recientemente, Goachet ha introducido una carta para elegir platos o tapas, ideales para quienes quieren ir a probar algo y tomar una copa. Además, acaban de introducir una carta de almuerzos con platos pensados para compartir. Lo idóneo para garantizar que sea la mejor experiencia posible, es reservar nuestra visita.

Los sábados son de puertas abiertas con el concepto “Sábados de Taberna”, donde no se requiere reserva. Este espacio invita a disfrutar de platos para compartir, vinos por copa y la presencia de invitados especiales.

Dirección

Av. Los Conquistadores 396, San Isidro

Además…

Horarios de atención:

• Martes a Viernes

• Almuerzos: 12:30 – 15:30

• Cenas: 19:00 – 23:00

• Sábados de Taberna: 17:00 – 00:00

• Domingo y Lunes: Descanso

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