El cordón umbilical es el puente vital entre madre e hijo. Tras el nacimiento, deja como huella el ombligo: una cicatriz única en cada persona.
El cordón umbilical es el puente vital entre madre e hijo. Tras el nacimiento, deja como huella el ombligo: una cicatriz única en cada persona.

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¿La forma del ombligo de tu bebé dice algo sobre su salud? Esto opinan 3 expertos peruanos
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¿La forma del ombligo de tu bebé dice algo sobre su salud? Esto opinan 3 expertos peruanos

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El ombligo de tu bebé es uno de los primeros signos visibles de la que existe entre durante el . Ese pequeño detalle, tan natural y aparentemente simple, es mucho más que una cicatriz: es el testigo silencioso de un momento profundamente emocional. Básicamente, con un corte, diste el primer paso hacia una vida juntos fuera del útero, marcando el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Ese instante, cargado de emoción y de miradas que lo dicen todo, convierte este acto como un símbolo tangible del amor que ahora se manifiesta en el mundo real.

Sin embargo, más allá de esa carga emocional, el de los bebés despierta curiosidad, dudas e incluso creencias populares que se han transmitido de en generación. Aunque pueda parecer algo trivial, la forma de su ombligo ha sido objeto de mitos y conceptos erróneos que vale la pena aclarar.

Un órgano vital que marca el inicio de la vida independiente

Durante el embarazo, el cordón umbilical es el vínculo entre el feto y la placenta, funcionando como una especie de “puente” para transportar oxígeno y nutrientes esenciales para el bebé, explicó la doctora Ajita Prabhu, cirujana general de Cleveland Clinic a Además, se encarga de eliminar los desechos hacia el cuerpo de la madre. Este órgano, aunque es temporal, es absolutamente vital para el ya que sin él, la vida intrauterina no sería posible.

Tras el nacimiento, el cordón umbilical se corta, y lo que queda es un pequeño muñón que se seca y cae en las semanas siguientes, dejando como huella el ombligo. Aunque ya no cumple una función biológica como la que desempeñaba el cordón, conserva su valor como un punto anatómico de referencia, incluso sirviendo en algunos procedimientos médicos como punto de acceso.

El ombligo es una cicatriz única en cada individuo, ya que su proceso de cicatrización es diferente en cada Es una marca especial que todos compartimos, pero con una huella personal que varía según cómo se desarrolle esa cicatrización. Por eso, cada ombligo es diferente, una característica que, aunque parezca simple, refleja la singularidad de cada persona”, aseguró Víctor Garay, pediatra neonatólogo de Clínica Internacional.

La forma del ombligo no depende del parto ni de la técnica de corte, sino de cómo cicatriza el muñón y se cierra la pared abdominal.
La forma del ombligo no depende del parto ni de la técnica de corte, sino de cómo cicatriza el muñón y se cierra la pared abdominal.

¿Qué factores influyen en la forma del ombligo?

De acuerdo con la doctora Prabhu, la forma final del ombligo de tu bebé está determinada principalmente por la cicatrización del muñón umbilical y por cómo se cierra el anillo en la pared abdominal. “Si el cierre es incompleto, puede formarse una hernia umbilical que altera la apariencia del ombligo. Sin embargo, contrario a las creencias populares, es importante aclarar que factores como el , la técnica de corte del cordón umbilical, la genética o la contextura del bebé no influyen de manera determinante”, puntualizó la experta.

Además, la apariencia del ombligo puede cambiar a medida que el bebé crece. A medida que el abdomen se expande y la musculatura abdominal se fortalece, la cicatriz umbilical se ajusta a estos cambios, lo cual es completamente normal.

En algunos bebés, la presencia de una hernia umbilical puede causar que el ombligo se vea diferente, aunque muchas de estas se cierran por sí solas durante los primeros años de vida. En caso de que la hernia persista más allá de los 5 años, un podría recomendar una cirugía para corregirla.

Mitos populares sobre el ombligo

Existen numerosos mitos sobre la forma del ombligo que se han transmitido a través de generaciones, pero la realidad es que muchos de estos carecen de base científica. Como advirtió el pediatra neonatólogo de Clínica Internacional, “ninguno de esos métodos cambia la forma del ombligo ni evita la aparición de hernias”, y lo que es aún más importante, pueden ser peligrosos”.

Entre los más comunes están:

  • Colocar una moneda en el ombligo o usar fajas: Además de ser ineficaces, pueden causar irritaciones, retrasar la cicatrización o provocar
  • Aplicar alcohol de forma rutinaria: En la mayoría de los casos basta con mantener el área limpia y seca.
  • Evitar bañar al bebé hasta que el muñón se caiga: Esto también es falso: sí se puede bañar al bebé, siempre que se seque bien la zona.

Entonces, ¿por qué persisten estas prácticas? Según Ajita Prabhu, muchas de ellas nacen del deseo de “hacer algo” para que el ombligo quede de cierta forma, lo que genera ansiedad en los padres durante el cuidado del cordón umbilical.

Además, se transmiten de buena fe de padres a hijos, pero como bien subrayó Garay, “hoy sabemos que esos métodos no ayudan y, a veces, pueden hacer daño”.

Monedas, fajas o alcohol en el ombligo son mitos peligrosos. Lo mejor es mantener la zona limpia, seca y sin remedios caseros.
Monedas, fajas o alcohol en el ombligo son mitos peligrosos. Lo mejor es mantener la zona limpia, seca y sin remedios caseros.

¿Cómo es el proceso de cicatrización?

El proceso es natural y suele ser indoloro. Como detalló la especialista de Cleveland Clinic, el muñón se seca gradualmente después del nacimiento, pasando de un color amarillento a marrón y, finalmente, a negro, hasta que se desprende por sí mismo. Este proceso suele ocurrir entre 1 y 3 semanas.

Es normal que, al caer, haya un pequeño sangrado o que quede un tejido cicatricial. En algunos casos, puede aparecer un granuloma, que generalmente no representa un problema grave. Estos cambios forman parte de la evolución natural de la cicatrización, por lo que no suelen ser motivo de preocupación, añadió la pediatra Martha Jaimes, de SANNA Clínica San Borja.

“Si el muñón no ha caído después de tres semanas, podría haber un retraso en la cicatrización o incluso una infección. En tales situaciones, es recomendable consultar al pediatra para asegurarse de que todo esté en orden y descartar posibles complicaciones”, recomendó la doctora Prabhu.

Señales de alerta

El ombligo del bebé es una zona que requiere atención especial, sobre todo durante los primeros meses de vida, ya que su cicatrización puede presentar ciertos desafíos. Por eso, como explicó Víctor Garay, es fundamental acudir al pediatra si aparecen:

  • Enrojecimiento alrededor del ombligo.
  • Presencia de pus o mal olor fuerte.
  • Sangrado excesivo.
  • .

En esta misma línea, la pediatra de SANNA agregó que si, después de los tres primeros meses de vida, el ombligo sigue sobresaliendo o no muestra signos de cicatrización adecuados, también debe ser evaluado. Aunque es común que el ombligo de los bebés sea algo prominente en las primeras semanas, si persiste podría ser un signo de una hernia umbilical u otro problema.

“Es importante estar atentos a la omfalitis, una infección del ombligo caracterizada por enrojecimiento, secreción amarillenta con mal olor, sensibilidad y fiebre, que constituye una urgencia médica. Otras condiciones posibles son el granuloma umbilical, que se presenta como un pequeño bulto húmedo y puede requerir una cauterización. Las hernias umbilicales, por su parte, se muestran como una protuberancia en el ombligo, y si se endurecen o se vuelven dolorosas, pueden tratarse de una complicación grave”, precisó Prabhu.

El ombligo suele sanar solo, pero si hay pus, mal olor, fiebre o sangrado excesivo, es importante acudir de inmediato al pediatra.
El ombligo suele sanar solo, pero si hay pus, mal olor, fiebre o sangrado excesivo, es importante acudir de inmediato al pediatra.

Cuidados básicos para el ombligo de tu bebé

El ombligo de tu bebé es una parte delicada que necesita cuidados especiales para asegurar que cicatrice correctamente. Según los especialistas, es importante seguir ciertas pautas para evitar infecciones y garantizar una recuperación rápida.

Lo que sí debes hacer:

  • Baños de esponja hasta que el muñón caiga completamente.
  • Lavar con agua y un poco de jabón neutro, y secar con toques suaves (sin frotar).
  • Dejar la zona al aire para facilitar una cicatrización más rápida.
  • Doblar el pañal hacia abajo para evitar que cubra el ombligo y así permitir la circulación de aire.

Lo que no debes hacer:

  • No aplicar alcohol ni otros antisépticos. Estos productos pueden retrasar la cicatrización y causar irritación.
  • No tirar del muñón, aunque parezca que está a punto de desprenderse. Forzar su caída puede generar sangrado e infecciones.
  • Evitar remedios caseros. No pongas monedas, fajas ni cintas alrededor del ombligo. Estas prácticas no son efectivas y pueden generar complicaciones médicas.
  • No usar cremas, polvos ni otros productos en el área. Estos pueden interferir con la cicatrización y causar irritación.

Hernias umbilicales: Frecuencia, diagnóstico y tratamiento

Las hernias umbilicales son bastante comunes en bebés y niños pequeños, especialmente en aquellos o con bajo peso. “De acuerdo con el National Institutes of Health, más del 90% de estas hernias se cierran por sí solas antes de los dos años, y rara vez presentan complicaciones. De hecho, en la mayoría de los casos, no requieren intervención médica y desaparecen de forma natural”, indicó el pediatra neonatólogo.

Sin embargo, la doctora Ajita Prabhu mencionó que, aunque la mayoría de las hernias umbilicales se resuelven espontáneamente antes de los 5 años, es importante observar su evolución. Si persisten o si la hernia es grande, dolorosa o cambia de color, es esencial buscar atención médica. En esos casos, se recomienda una cirugía reparadora.

“Si no se corrige una hernia grande o complicada, existe el riesgo de encarcelamiento o estrangulación, lo que constituye una urgencia médica. Por eso, el seguimiento pediátrico es fundamental para asegurarse de que el niño no enfrente riesgos adicionales y para decidir si se requiere una intervención quirúrgica”.

Algunas recomendaciones finales

Es comprensible que los padres se preocupen por la apariencia del ombligo de su bebé, ya que es un área visible y sensible. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la forma del ombligo no tiene implicaciones sobre la salud del niño. Lo más importante es:

  • Vigilar una cicatrización adecuada sin dolor ni infección.
  • Reconocer los signos de alerta como pus, fiebre o sangrado excesivo.
  • Consultar al pediatra ante cualquier duda.

Recuerda: Es normal que el cordón se seque y caiga en pocos días, que pueda sangrar un poco al desprenderse o que el ombligo quede algo salido o plano. Eso no es motivo de alarma.

Sin duda, entender estos aspectos te permitirá estar más tranquilo y enfocado en el bienestar general de tu bebé. La mayoría de las preocupaciones son infundadas, y un sencillo chequeo con el pediatra puede aclarar cualquier duda. ¡No olvides que cada bebé es único, y su ombligo también lo es!

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