En los últimos días, el limón ha presentado un aumento en su precio debido a que la labor de los agricultores se vio afectada a nivel nacional. Eso ha sido así por las fuertes lluvias generadas durante el fenómeno El Niño Costero. Ante el incremento del valor de este insumo, el presupuesto diario del hogar y de los restaurantes peruanos se ha visto perjudicado.
En distintas cadenas de supermercados de la capital, el precio del limón por kilo es de hasta 13 soles aproximadamente. A raíz de ello, personas inescrupulosas han tratado de sacar provecho de esta situación para estafar a aquellos ciudadanos que buscan una forma más accesible de comprar el insumo. Sin embargo, las víctimas pueden terminar perdiendo cientos de soles.
Un pedido que nunca llegó
El 31 de agosto, María, a quien llamaremos así para proteger su identidad, decidió comprar limones a un presunto proveedor independiente a través de Facebook. El hombre le dijo que estaba trayendo 100 sacos de este insumo a Lima, y el precio era de 6 soles el kilo. Para la ciudadana, esto significó una gran oferta, por ello, decidió adquirir 40 kilos.
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Además, también compró una caja de mangos y otra de plátanos, teniendo que pagar un total de 563 soles. El trato era que ella abonaría 200 soles al señor a través de su cuenta BCP, y el resto del dinero lo depositaría luego de que se haya realizado el envío.
Después de hacer el primer pago, la usuaria espero más de una semana para recibir los productos. Sin embargo, esto nunca pasó, pese a que le dijeron que, luego del primer depósito, ya podía empezar a coordinar dónde sería el punto de recojo. María se dio cuenta de que ya no tenía permitido mandarle mensajes al hombre, como si este la hubiera bloqueado.
El 2 de septiembre, le hizo saber de su problema al banco BCP. Luego de dos días, le respondieron. “Cuando nos reportó el incidente, hicimos las gestiones necesarias para recuperar el dinero. Sin embargo, lamentamos informarle que esto no fue posible debido a que la cuenta de destino ya no contaba con saldo disponible. Te confirmamos que ya hemos reportado dicha cuenta”, comunicó la entidad financiera.
Más denuncias sobre limones
El 4 de septiembre, Manuel Romero denunció en sus redes sociales que, al comprar limones en la capital, se dio con la sorpresa de que fue estafado, ya que eran “limones falsos” hechos de tecnopor.
Cuando se dispuso a partir sus insumos, todo parecía estar bien, hasta que de pronto su cuchillo no podía cortarlos. El joven estaba confundido y, cuando revisó bien, notó que los limones en realidad eran bolas de tecnopor forradas con un material de color verdoso, que se parecía a la cáscara de la fruta cítrica.
A otro ciudadano le pasó lo mismo, pero los limones que recibió eran de plástico.
Por su parte, el dueño de la cevichería Los Manglares de San Martín de Porres vivió una situación similar. Compró un costal de limones para poder preparar los clásicos platos de su restaurante. No obstante, tras abrir el saco y revisar la mercadería, se percató de que lo habían engañado.
El hombre se dio cuenta de que el costal estaba lleno de limones, pero estos habían sido combinados con manzanas verdes, las cuales pasaron desapercibidas. El emprendedor también decidió publicar su caso en redes sociales, recibiendo miles de vistas y cientos de comentarios.
En busca de los responsables
Juan Ñahue, abogado experto en protección al consumidor, comentó que las personas deben estar atentas a las ofertas que se realizan en Internet, ya que, si bien el producto ofrecido puede ser más barato, es importante comprar en sitios reconocidos en los que el proveedor pueda ser identificado. “Si no se identifica al proveedor, es complejo enfrentar a los delincuentes”, dijo.
Sobre el caso de María, explicó que, para seguir el rastro de un estafador informático, la policía tendría que intervenir. Como parte del proceso, la entidad deberá solicitar información confidencial y protegida por la ley a empresas como Facebook o Google. “Cuando se incurre en este tipo de escenarios, se está faltando al deber de idoneidad, es decir, cuando no se ofrece al usuario lo promocionado”, añadió.
Karina Olano, socia y jefa del área de Protección al Consumidor del Estudio BBGS Abogados, explicó que, sobre la ciudadana que depositó 200 soles a una cuenta bancaria sin recibir ningún producto, se ha vulnerado el deber de idoneidad tipificado en el artículo 18 del Código de Protección y Defensa del Consumidor. Respecto a los casos denunciados en redes, mencionó que también se ha vulnerado dicho deber
Mecanismos de denuncia
Juan Ñahue resaltó que los consumidores deben identificar al proveedor del producto y sus datos de contacto. De esa manera, podrán saber a dónde acudir en caso se incumpla el servicio. “Además, hay que exigir el comprobante de pago, y revisar los comentarios de la página web o redes del vendedor. Si tiene bajas calificaciones o no tiene habilitada la función de colocar comentarios, es mejor no comprar”, dijo.
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Exhortó a los ciudadanos a consultar en la página web “Mira a quién le compras” a fin de verificar si el vendedor se encuentra sancionado por infringir el código del consumidor. “Las personas afectadas pueden presentar un reclamo ante el Indecopi, siendo importante conservar el comprobante de pago y cualquier otro documento que servirá como prueba. Si no se encuentra conforme con la respuesta, puede interponer una denuncia administrativa o acudir a las autoridades penales”, sugirió.
Karina Olano agregó que en el primer caso el proveedor infractor sería una persona jurídica (Disprosio Sociedad Anónima Cerrada), a quien la ciudadana afectada realizó la transferencia bancaria. En ese sentido, habría que buscar cuál es su RUC a través de una consulta a la Sunat y con dicha información presentar la denuncia ante el Indecopi.
Debido a los montos involucrados, la experta señaló que correspondería un procedimiento sumarísimo, el cual tiene una duración de 30 días hábiles desde la notificación al proveedor denunciado. Se deberá emitir una resolución final que imponga una sanción al proveedor en caso se declare fundada la denuncia, así como una medida correctiva a favor del denunciante.
“Siempre es recomendable comprar a proveedores con una buena reputación en el mercado, no necesariamente supermercados, sino también vendedores en mercados tradicionales y bodegas”, dijo. Karina concluyó que hay que mantenerse alerta cuando una oferta no genera confianza. Especialmente cuando se trata de compras en redes sociales u otros medios electrónicos en los que resulte complicado determinar con certeza la identidad del proveedor.
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