San Martín de Porres: el tenaz distrito que mueve a Lima
San Martín de Porres: el tenaz distrito que mueve a Lima

El viernes último se conmemoraron 65 años de la creación de San Martín de Porres, el distrito pionero de Lima norte.

De ser una zona predominantemente pobre, que se creó en base a los barrios obreros y a la migración hacia la capital, la tenacidad de sus pobladores –al igual que la del santo que lleva su nombre– hizo que hoy este distrito sea un polo económico que engloba a una clase media mestiza, pujante y emprendedora que le ha cambiado el rostro a la ciudad de Lima.

EL BARRIO OBRERO

San Martín de Porres es una zona emblemática no solo por ser la primera barriada que se convirtió en un distrito, sino porque hoy representa un punto medio entre la Lima tradicional y la nueva Lima. Para el antropólogo José Matos Mar, en entrevista exclusiva con El Comercio, “su historia es fascinante y siempre ligada a la política”. Y para entender su desarrollo es importante remontarse a los años cuarenta. 

Este distrito nació durante el gobierno de Óscar R. Benavides, quien dispuso la construcción de barrios obreros para atender a las fábricas que se ubicaban en la antigua Panamericana Norte. 

Así, el gobierno creó en la actual avenida Caquetá una urbanización modesta de módulos de un piso que terminaría siendo el comienzo de un distrito que cambiaría la historia de la capital.  

Es así que los primeros migrantes provincianos que durante el gobierno de Bustamante y Rivero habían ocupado los cerros San Cosme y El Agustino empezaron a trasladarse a la zona de Piñonate, Zarumilla y Pedregal. Esto resultaba conveniente, pues estaban muy cerca de la ciudad y frente a la zona industrial de las avenidas Argentina y Colonial.

De manera estratégica para no ser desalojados, los dirigentes de la zona lo bautizaron como 27 de octubre, fecha del golpe que llevó al poder al general Manuel Odría, lo que le generó satisfacción y decidió, el 22 de mayo de 1950, crear oficialmente el Distrito Obrero Industrial 27 de Octubre. 

Seis años después, en 1956, el distrito cambió de nombre a Fray Martín de Porres para luego, en 1962, después de la canonización de dicho santo, convertirse finalmente en San Martín de Porres.

SECUELAS DE LA REFORMA AGRARIA

El distrito de San Martín de Porras siguió creciendo de manera orgánica, pero no es hasta el proceso de la reforma agraria que toma un rumbo inesperado.  

Como consecuencia de las políticas redistributivas del general Juan Velasco Alvarado se expropiaron haciendas como Chuquitanta, Pro, Infantas, Naranjal, Garagay Alto y Bajo, para entregárselas a los campesinos.

Estas tierras, sin embargo, fueron entregadas con fuertes restricciones, pues debían ser preservadas para la agricultura. Los agricultores estaban prohibidos de transferir sus tierras o de enajenarlas sin autorización de la Dirección de Reforma Agraria.

Sin embargo, a medida que la población seguía creciendo, pues los hijos crecían y se casaban y familiares venían de otras partes del país, se incrementó la demanda por más tierras.  

Es así que los campesinos, de manera informal, decidieron vender sus tierras a los promotores de asociaciones pro vivienda, asociaciones de vivienda y cooperativas de vivienda, lo cual dio origen a un crecimiento sobre la base de subdivisiones y habilitaciones informales. 

Por otro lado, a diferencia de las personas que eran parte de asociaciones y cooperativas que no se consideraban invasores –puesto que habían pagado por la tierra en la que vivían–, San Martín de Porres también ha tenido una ampliación considerable a partir de la invasión de las laderas de los cerros, vías del tren y el lecho del río, lo que contribuyó más al crecimiento populoso y desordenado. Para Bobby Mattos, actual alcalde de San Martín de Porres, quien llegó al distrito desde el norte del país hace más de 46 años, “el gran problema siempre ha sido el tema urbano, que no ha respetado las normas básicas”.

TODAS LAS SANGRES

El crecimiento del distrito se aceleró aun más con la segunda ola de migración desde diversas provincias que experimentó la capital a partir de los años ochenta por la violencia y el terrorismo en el interior del país. 

Las migraciones hacia esta parte de la ciudad han hecho que San Martín de Porres sea un distrito predominantemente mestizo. Este es el tercero con mayor cantidad de migrantes internos provincianos en la capital. Curiosamente San Martín de Porres era hijo natural del caballero español Juan de Porres y de una india panameña libre, llamada Ana Velásquez. Hoy, en Estados Unidos y en otros países, el santo es conocido como el patrono de la armonía entre las razas y la justicia interracial.

Juan Ramírez, quien llegó a Lima de Huarmey en 1966 y fue regidor de la municipalidad distrital, comentó: “Hoy en San Martín de Porres puedes encontrar una gran cantidad de centros culturales; por ejemplo, donde yo vivía estaban los hijos de Lampa y todos los fines de semanas hay fiestas o reuniones donde se junta la gente de un mismo pueblo”. 

LOS EMPRENDEDORES

Lo interesante de este desarrollo es que hoy, San Martín de Porres no solo es importante porque da origen a todo el norte de la ciudad como Los Olivos, Comas e Independencia, sino que también es el segundo distrito más poblado después de San Juan de Lurigancho, con aproximadamente 700.000 habitantes. En la actualidad, es impensable que un candidato a la Alcaldía de Lima o a la Presidencia de la República no tome en cuenta esta zona en su campaña electoral.  

Pero no solo la cantidad de gente convierte a San Martín en un distrito estratégico, sino porque gracias a las reformas institucionales de formalización y simplificación administrativas establecidas a principios de los años noventa, los habitantes han logrado aprovechar los mecanismos facilitadores de la actividad empresarial para prosperar. 

Para Matos Mar, San Martín de Porres es “una cuna de emprendedores, es la base y el eje de la moderna Lima norte”. 

Lo cierto es que el distrito es sede de distintas actividades de comercio y servicios: es el distrito con mayor cantidad de panaderías y establecimientos de hospedajes y el segundo con más peluquerías (San Martín de Porras es considerado el patrono de los barberos), ferreterías, farmacias y bodegas.  

Según cifras del Instituto Libertad y de Democracia (ILD), presidido por el economista Hernando de Soto, mientras que en 1990 existían 19 empresas por cada 1.000 habitantes, en el 2012 ya había 35 empresas en todo el cono norte.  

Para el economista Richard Webb, San Martín de Porres “ostenta hoy su propio Wall Street”, con múltiples instituciones financieras que atienden a la población empresarial de bajos ingresos de esa parte de la ciudad.

Como consecuencia de este crecimiento, hoy la mayoría de las familias que habitan en el cono norte están clasificadas como pertenecientes al estrato socioeconómico C (clase media). 

Prueba de este crecimiento es que mientras que en 1990 menos de 33.000 familias pertenecían a la clase media, en el 2012 aproximadamente 240.000 ya eran parte de este estrato social. Juan Ramírez comentó: “Cuando yo llegué a San Martín, no había nada. Ahora uno ve cómo la gente ha prosperado. Hay grandes empresarios, los jóvenes estudian, viajan. Mi hija, por ejemplo, vive en Estados Unidos”.  

No sorprende, por tanto, que los pobladores de San Martín de Porres tradicionalmente hayan votado por partidos que promueven la empresa y las oportunidades de desarrollo.

LOS RETOS

Si bien gran parte del distrito ha crecido económicamente, San Martín de Porres aún tiene mucho por hacer. 

Un problema sigue siendo la informalidad en las viviendas y la tugurización. El distrito, pues, ha ido creciendo hacia arriba de manera informal. 

Es común ver en la avenida Perú casas que en el primer piso tienen el negocio-taller, en el segundo la sala y comedor, en el tercero los dormitorios, en el cuarto un departamento para los hijos y en el quinto uno para alquilar. 

Según Rolando Arrellano, a diferencia de Los Olivos, “en San Martín de Porres existen muchas casas que no han sido terminadas por afuera. Las fachadas no están listas”. Para Ángel Ayala, experto en organizaciones de base, “esto se debe a los impuestos. Al tener tu casa con mejores acabados, el autovalúo se incrementa”.  

Además hay muchas calles que no están terminadas y el 20% de los vecinos no cuenta con agua ni desagüe.  El recojo de basura también es un problema de todas las administraciones, al punto que el actual alcalde fue citado al Congreso la semana pasada para explicar esta situación.

Por otro lado, está la inseguridad. El año pasado se consideraba la zona más peligrosa de la ciudad y hoy está en quinto lugar. Solo cuenta con 12 cámaras de seguridad, lo que dificulta que la gente pueda vivir tranquila y muchos vecinos opten por mudarse a Los Olivos o Independencia.

* En colaboración con Ariana Lira y Elody Malpartida.

LOS LÍMITES

El 22 de mayo de 1950: Se creó el distrito de San Martín de Porres, con un territorio de 94 km2.

En 1956: Cedió 34 km2 como consecuencia de la ampliación del Callao y perdió su salida al mar.

En 1989: Se escindió un terreno de 19 km2 para crear el distrito de Los Olivos, lo que generó un conflicto limítrofe con el distrito de Independencia por una importante zona de 2,44 km2 llamada industrial, sede del centro comercial Plaza Norte, el Mercado Central, el terminal Plaza Norte, Metro y Plaza Vea. Como consecuencia de la disputa, las municipalidades de ambos distritos se consideran competentes para ejercer sus funciones en el territorio.

En setiembre del 2010: El Tribunal Constitucional exhortó a las autoridades a someter la zona a consulta vecinal para que los pobladores elijan el distrito al que desean pertenecer. Esto nunca se realizó.

En marzo del 2014: Ollanta Humala envió al Congreso un proyecto de ley que otorga a Independencia la zona en disputa. De aprobarse, el territorio de San Martín de Porres quedaría reducido a 39 km2, 55 menos que al momento de su creación.

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