Una de las muestras virtuales proporcionadas por el ICPNA. (Captura de pantalla: ICPNA)
Una de las muestras virtuales proporcionadas por el ICPNA. (Captura de pantalla: ICPNA)
Czar Gutiérrez

La idea consiste en que el entorno digital se incorpore al imaginario material hasta que la distancia entre ambos sea igual a cero. Es decir, que el internauta crea que efectivamente está rodeado de colecciones de arte. Que cada una de esas piezas están efectivamente colgadas en las paredes de la . Porque utilizando las mismas herramientas con las que opera la ficción —suspensión del juicio de realidad, implicación emocional en el teatro épico de la irrealidad—, la magia de la informática deberá hacer posible que el espectador se desplace con la mayor verosimilitud posible a través de ambientes donde se puede ver, explorar, adelantar o retroceder a discreción.

Se trata, claro, de un pacto ficcional entre el espectador y el galerista, a quien este súbito distanciamiento social le ha obligado a buscar el último software, crear nuevos contenidos, reconfigurar su portal. A tono con la oferta de los mejores museos y galerías del mundo entero, cuyos sitios en Internet empiezan a mutar saludablemente hacia una realidad virtual altamente sensible a todo tipo de visores y pantallas. Solo se trata de posicionar bien el giroscopio y empezar a moverse dentro de esa rutilante esfera compuesta por aplicaciones tan inmersivas y fotorrealistas que permiten hasta interactuar con los objetos.

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Ocurre con el montaje simultáneo de cuatro obras que estuvieron físicamente expuestas hace tres años en diferentes galerías del ICPNA en la capital. El recorrido empieza con los “Mundos encantados” de Javier Chávez-Ferrer, fotógrafo franco peruano radicado en Barcelona especializado en licuar foto y pintura: al convertir los positivos en óleos, saltan detalles inimaginables y efectos surreales con la espontaneidad que la noche induce al sueño. Son verdaderas expediciones técnicas a la llamada foto-pintura. Luces, formas y texturas se amalgaman a la manera de los iluminadores de fotos del siglo XIX con la cuota justa de transgresión.

En los “Mundos encantados” de Javier Chávez-Ferrer, fotógrafo franco peruano radicado en Barcelona especializado en licuar foto y pintura: al convertir los positivos en óleos. (Foto: Javier Chávez-Ferrer)
En los “Mundos encantados” de Javier Chávez-Ferrer, fotógrafo franco peruano radicado en Barcelona especializado en licuar foto y pintura: al convertir los positivos en óleos. (Foto: Javier Chávez-Ferrer)

En probable referencia a Aca Larentia, esa bella romana convertida en la loba que amamantó a Rómulo y Remo, Emilio Longhi presenta una serie de esculturas en madera recubierta por alambres de cobre como significantes de una voracidad sexual que termina consumiendo a los propios protagonistas. Por su parte, “Las edades de la piedra” devino en una de las muestras más emblemáticas de Silvia Westphalen, que logró domesticar la piedra en una ondulante amalgama de formas vibrátiles sobre un material aparentemente duro, monolítico e intratable. Todo un duelo de superficies, juegos de luz y paisajes líquidos sobre mármol gris, mármol lioz, mármol blanco, mármol rosa, travertino y ónix.

La emblemática escultora Johanna Hamann, fallecida en 2017, vuelve a estar entre nosotros con una visita virtual a su muestra del 2016. (Foto: Difusión)
La emblemática escultora Johanna Hamann, fallecida en 2017, vuelve a estar entre nosotros con una visita virtual a su muestra del 2016. (Foto: Difusión)

Y si de revivir muestras antológicas se trata, resulta gratificante volver a estar dentro de ese universo enigmático y multiforme que hacia 2016 montara la emblemática escultora Johanna Hamann. Como se recuerda, aquella vez reunió en la Galería Kruger Espantoso cuatro décadas de su trabajo en madera, bronce, fierro, cera y mármol. Hace tres años que la artista ya no está con nosotros, pero el recorrido digital transmite perfectamente la descarga metafísica que supuso caminar entre aquellos cuerpos desmembrados en su tránsito hacia la muerte como evento liberador, el gran sustento metafórico que gobernó su arte.

“Las edades de la piedra” de Silvia Westphale. (Foto: Silvia Westphale)
“Las edades de la piedra” de Silvia Westphale. (Foto: Silvia Westphale)

ZOOM AL CORAZÓN

Estructurada a partir de una temática que compromete a la geometría, la arquitectura y la memoria de los objetos, el portal de la galería Impakto también presenta un interesante trabajo multimedia. No podía ser de otra manera, tratándose de un espacio que privilegia la experimentación visual. Razón por la cual resulta bastante entretenido recorrer su primera sala atiborrada de objetos y acercarse a sus texturas en alta definición. Sin presentar la misma movilidad, las galerías Revólver, Forum, Ginsberg, Vigil-Gonzales, La Galería, Mansión Eiffel, Yvonne Sanguineti y el MAC de Barranco también ofrecen tours virtuales en HD.

Visita virtual a la Galería Impakto. (Captura de pantalla: Galería Impakto)
Visita virtual a la Galería Impakto. (Captura de pantalla: Galería Impakto)

Sin embargo, la tecnología especializada en digitalización aun no alcanza entre nosotros los más altos parámetros en calidad y resolución. Esto es, la posibilidad de ampliar los detalles hasta, por ejemplo, 40 veces en la medición de su superficie real para que los grados de enfoque lleguen a niveles que el ojo humano normalmente no percibe. Los grandes museos del mundo ofrecen la posibilidad de ver detalles milimétricos, huellas del dibujo, naturaleza de los pigmentos y otros movimientos técnicos. Para repetir la experiencia de un museo vivo, ese que ofrece la oportunidad de rozar el corazón de su creador.

DE PASEO CON EL MOUSE

He aquí algunos enlaces que permiten recorrer virtualmente las galerías de Lima:

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