
Algo perturba al joven Evan Hansen. Sus expresiones lo delatan: retraído, nervioso, inseguro de cada palabra que está por decir. Aun así, decide escribir una carta dirigida a sí mismo, como parte de una recomendación terapéutica. Lo que no imagina es que ese ejercicio privado dará inicio al conflicto central de Querido Evan Hansen, una obra que aborda con sensibilidad temas como la salud mental, el duelo, el aislamiento adolescente y la necesidad urgente de conexión humana.
“Muchos padres creen que porque ven los posteos de sus hijos en redes sociales los conocen, que están bien, que tienen éxito. Pero no saben que detrás de ese intento por mostrar cuán feliz se supone que uno es, puede esconderse una profunda soledad de la que no se habla”, explica Roberto Ángeles, director del montaje.

La puesta en escena combina momentos hablados con canciones que no solo acompañan, sino que encarnan el conflicto interno de los personajes. La dirección musical está a cargo de César Vega, mientras que la dirección vocal recae en Denisse Dibós, directora de Preludio Asociación Cultural. El elenco que interpreta este éxito de Broadway lo encabeza Ítalo Maldonado en el rol principal, junto a Paul Martin, Arianna Fernández, Rossana Fernández-Maldonado, Martín Velásquez, Matías Spitzer, Alexandra Graña y Alejandra Egoavil.
“Su impacto se extiende a los jóvenes que buscan ansiosamente pertenecer, muchas veces en busca de validación externa, pero también interpela a padres y maestros. Es un llamado urgente a estar más atentos a las señales, a escuchar, a abrir canales reales de comunicación”, añade Dibós.

Detrás del éxito
Antes de que Querido Evan Hansen llegue al Teatro NOS, hay un proceso largo y meticuloso que ocurre lejos del público. La adaptación del musical ganador del Tony no empieza con audiciones ni ensayos, sino con una traducción quirúrgica: cada palabra del libreto y de las canciones debe encajar con precisión en la melodía original, sin perder ni sentido ni emoción. Al mismo tiempo, se gestionan los derechos internacionales, que incluyen exigencias estrictas: la obra debe contar con músicos en vivo —nada de pistas grabadas—, un número exacto de instrumentistas y hasta el tamaño preciso del afiche oficial.
Solo cuando se cumplen todos esos requisitos, la producción puede avanzar a la etapa de convocatoria. No se trata solo de encontrar buenos actores: se necesita un elenco capaz de cantar, sostener armonías complejas y, sobre todo, transmitir la profunda carga emocional que exige esta historia. Una vez definido el reparto, se realiza la primera lectura, donde los actores se enfrentan al guion completo por primera vez. En ese momento se ajustan matices, se pulen expresiones y se verifica que la adaptación fluya con naturalidad antes de trasladarse al escenario.

Las siguientes semanas están dedicadas a los repasos. Son ensayos sin orquesta, sin escenografía, sin luces. Pero ahí se define el ritmo, el tono y el carácter de cada escena. En esos ensayos se trabaja la precisión vocal y se construye la base emocional de una obra que no solo exige técnica, sino también vulnerabilidad y entrega.
“El reto es para los actores, porque la obra es dramática y conlleva un desgaste emocional continuo. Es muy exigente en términos emocionales, por eso buscamos un equilibrio entre lo que ocurre en escena y la capacidad del actor para sostener esa intensidad”, sostiene Ángeles.

El ingreso de la orquesta marca un punto de inflexión. Con los músicos en escena, el montaje se transforma: todo lo que antes era ensayo se convierte en experiencia real. La puesta en escena —vestuario, escenografía, iluminación— se suma casi al final, cuando el trabajo actoral y musical ya está completamente afianzado.
Para cuando el telón se levante en Lima, Querido Evan Hansen será algo más que un musical: será una invitación a hablar de lo que cuesta decir en voz alta. Después de algunas funciones se realizarán dinámicas con el público, con el fin de abrir espacios de conversación sobre los temas que atraviesan la obra —salud mental, empatía, escucha— porque a veces, lo que más necesita decir alguien, es justamente lo que no sabe cómo poner en palabras.
Estreno: 10 de mayo
Horario: 8:00 p.m.
Entradas disponibles en Teleticket.