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Guatemala (EFE)
Una comunidad judía ortodoxa, en su mayoría extranjeros, abandonaron la población indígena de San Juan la Laguna, en el oeste de Guatemala, luego de recibir amenazas si no se marchaban del lugar, confirmó hoy uno de sus integrantes.
El grupo, integrado por 230 personas provenientes de Estados Unidos, Israel, el Reino Unido y Rusia, así como 40 guatemaltecos, se habían asentado en abril pasado en la población ubicada a la orilla del Lago de Atitlán, en el departamento de Sololá, a unos 145 kilómetros de la capital.
Uno de los miembros de la comunidad judía, el guatemalteco Misael Santos, aseguró hoy que decidieron dejar la población ante las amenazas que recibieron en los últimos días y con el fin de garantizar su seguridad, principalmente la de los menores.
“Dijeron que si no salíamos iba a correr sangre y que el pueblo se levantaría, por eso decidimos abandonar San Juan la Laguna”, afirmó.
Santos agregó que el grupo, entre ellos 110 niños, están por ahora en un lugar más seguro, pero evitó dar detalles por razones de seguridad.
Comentó que hace dos días mantuvieron, sin ningún éxito, una reunión con el Consejo de Ancianos y el Concejo de la Municipalidad para llegar a un acuerdo que les permitiera seguir en la población.
“A ellos no les gustaba nuestra vestimenta (negro) y nuestra cultura, decían un montón de mentiras y entonces por seguridad salimos”, enfatizó.
La Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) criticó hoy la decisión de las autoridades indígenas y municipales de expulsar a los judíos ortodoxos de San Juan la Laguna.
“Nadie en Guatemala puede ser discriminado ni maltratado por vestirse de negro, tener muchos hijos y no responder a un saludo. Es alarmante que se profirieron amenazas si no cumplía la comunidad judía con irse del municipio”, dijo la institución en un comunicado.
Según la PDH, además de incitar al odio, a la violencia y causar daño, “estas expresiones constituyen actos prohibidos por la ley y sus autores pueden ser perseguidos penalmente”.
Agrega que la libre determinación de los pueblos indígenas esgrimida por la comunidad para expulsar a los judíos “no puede servir de base para faltar el respeto a las libertades y derechos fundamentales de las personas y grupos, el cual está siendo mal interpretado y tergiversado”.
La Procuraduría rechazó las amenazas, lamentó que la comunidad judía se haya visto forzada a abandonar su domicilio y aseguró que ninguna persona, autoridad o grupo tiene derecho a fijar plazos para que extranjeros salgan de alguna área del territorio nacional.
“Bajo ninguna justificación, sea esta religiosa, política, ética o moral, persona alguna puede arrogarse el derecho de formular amenazas y expulsar extranjeros del territorio guatemalteco o decidir sobre su desplazamiento”, sostuvo.
Los hechos acaecidos en San Juan La Laguna “son humillantes y discriminatorios y no pueden ser tolerados por esa comunidad”, dijo la institución.