"Debemos mirar la posición que tienen las mujeres en las actividades científicas y en la academia".
"Debemos mirar la posición que tienen las mujeres en las actividades científicas y en la academia".
/ Thomas Barwick
Gisella Orjeda

Con ocasión del Día de la Mujer, es oportuno reflexionar sobre la situación de esta en la ciencia y en la academia. ¿Tenemos las mujeres igualdad de oportunidades? ¿El ente rector está haciendo lo necesario para asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres, la igualdad de oportunidades y su liderazgo, como lo indica la meta 5 de los objetivos de desarrollo sostenible?

¿Hemos aprobado y fortalecido instrumentos que promuevan la igualdad de género en el ámbito científico?

Estas preguntas son particularmente importantes pues si bien la igualdad de género es una manera de promover el mejoramiento de las oportunidades para las mujeres, es también un muy buen mecanismo para impulsar la excelencia científica y tecnológica, pues es conocido que tener diversidad de científicos mejora los resultados y el uso de los mismos.

Analicemos primero la participación plena y efectiva de las mujeres en la ciencia. Según el Censo Nacional de Investigación y Desarrollo del 2015, realizado por Concytec, en el Perú existen en promedio 2,1 investigadores hombres por cada mujer investigadora. Este 30% de investigadoras mujeres es uno de los más bajos en América Latina. Colombia tiene 38%; Costa Rica 44% y Uruguay tiene paridad, por citar algunos ejemplos.

Las proporciones muestran más desigualdad de participación si miramos algunas áreas de conocimiento con solo una mujer por cada 4,2 hombres, en ingenierías y tecnologías, o 2,2 hombres por cada mujer en ciencias agrícolas.

¿Qué hace que existan tan pocas mujeres en las áreas de ciencias naturales y exactas? ¿Son acaso diferencias en el cerebro de las mujeres que nos impiden dedicarnos a materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés)? Es claro que no, pero para los aún incrédulos de nuestro país, digámoslo de nuevo: la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en su estudio “Beyond Bias and Barriers: Fulfilling the Potential of Women in Academic Science and Engineering” del 2007, demostró que el desempeño de chicas y chicos de colegio en Matemáticas es el mismo.

Las personas planeamos nuestra dedicación influenciadas por nuestras expectativas y nuestros roles sociales. Según Ceci y Williams, las jóvenes optan por carreras que no se contrapongan a responsabilidades familiares y actividades de cuidado familiar a pesar de tener iguales o mejores notas que los chicos en cursos STEM en el colegio. La pregunta que debemos hacernos es si en el Perú el ente rector de la ciencia ha diseñado instrumentos para producir un cambio en la perspectiva de niñas y jóvenes sobre lo que pueden hacer (autoeficacia) y lo que obtendrán (expectativas de resultados) en relación con las oportunidades de carrera y el rango de posibilidades como futuros profesionales de STEM. La amarga respuesta es que no.

En cuanto al liderazgo, debemos mirar la posición que tienen las mujeres en las actividades científicas y en la academia. En el Perú, las mujeres estamos concentradas en la parte baja de la jerarquía y estamos ausentes en las posiciones de toma de decisión. Según un estudio hecho por la Sunedu, a pesar de iguales calificaciones en cuanto a grados académicos, hay una mayor proporción de docentes mujeres contratadas temporalmente mientras que los nombrados principales son mayormente hombres. Esta situación se agrava si miramos la proporción de decanos en Ciencias Básicas e Ingeniería, entre los cuales, 89% son hombres; este porcentaje es parecido en las Ciencias Sociales, que tiene 84% de decanos hombres.

¿Qué políticas ha fortalecido Concytec como ente rector para resolver el problema del número de mujeres estudiando carreras STEM? ¿Qué instrumentos ha diseñado para que participen de la toma de decisiones? ¿Poner medio punto extra a mujeres investigadoras en los proyectos de investigación resuelve estos problemas tan importantes de participación plena y liderazgo? Es claro que es hora de cambiar esta situación reflexionando e implementando diversos instrumentos para el empoderamiento y liderazgo de las mujeres en la ciencia.

Instrumentos, que hoy no hay, para realizar actividades con niñas escolares de cuarto y quinto de secundaria, y mostrarles que pueden tener una vida profesional plena y satisfactoria en actividades STEM, llevándoles modelos de vida que quieran imitar. En cuanto al liderazgo, deben crearse instrumentos de fomento –como el código de buen gobierno–, que incluyan la paridad en espacios de toma de decisión. Sunedu los ha propuesto para las universidades, pero también tienen que aplicarse en los institutos públicos de investigación. No podemos esperar.

*La autora fue presidenta del Concytec del 2012 al 2017.

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