(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Alonso Cueto

En estos meses de incertidumbre, cuando sabemos quién será nuestro próximo presidente, pero no cómo será nuestro próximo gobierno, algunos libros nos traen otras noticias. Una de las lecturas más atractivas de estos tiempos viene de las novelas “Terra alta” y la reciente “Independencia” de Javier Cercas. En el inicio de la primera, el policía Melchor Marín llega a la escena de un crimen: los propietarios de una empresa millonaria, Gráficas Adell, aparecen descuartizados, con señas de haber sido torturados. Melchor, hijo de una prostituta, que ha entrado a la policía para averiguar quién mató a su madre, se hace cargo de encontrar los culpables. El mismo Melchor reaparece en “Independencia”, donde la alcaldesa de Barcelona recibe amenazas de chantaje por unos videos eróticos que protagonizó en su juventud. Lector de “Los Miserables” de Víctor Hugo, Melchor es un solitario, un escéptico, un idealista. Vive enamorado solo de su hija. Perseguidor de la verdad, conoce las miserias del alma.

El alma y sus infinitos y perversos laberintos es también el tema de “Y libranos del mal”, la novela de Santiago Roncagliolo. En esa historia, Jimmy ha decidido viajar de Nueva York al Perú, donde va a conocer los secretos de la familia y de su padre. El protagonista de la novela de Roncagliolo abre la caja de Pandora de su familia y se redescubre a sí mismo. La familia es también el marco del retrato “Gabo y Mercedes. Una despedida” que el cineasta Rodrigo García ha escrito sobre sus padres. Los relatos de los últimos días de García Márquez en el hospital, de sus confidencias y secretos, de la fortaleza de su madre, ofrecen una lectura maravillosa. Entre las historias, temas de posibles películas, que cuenta García Márquez a su hijo, aparece la de una esposa que descubre que su marido le es infiel. Cuando lo sigue a la casa de su amante, la esposa descubre que la otra mujer es exactamente igual a ella.

Y García Márquez es uno de los protagonistas de la edición de “Dos Soledades”, la gran conversación que tuvo con Mario Vargas Llosa en setiembre de 1967. El libro incluye testimonios de testigos del evento, así como una galería fotográfica y una valoración actual de Vargas Llosa sobre la obra de García Márquez. Un documento memorable.

La memoria es el motor de “Seis capítulos perdidos” de Fernando Ampuero, que rescata a personajes y artistas admirados. Estas crónicas son también ensayos y testimonios, relatos reales, partes de una autobiografía. El libro incluye estupendas lecturas de Dostoievski, Wilde, Camus y otros. Hay también un “vago homenaje” a un pecado, cuya identidad dejaré en blanco. A propósito de la blancura, la colección de cuentos “Geografía de la oscuridad” es una revelación de la madurez y la brillantez de Katya Adahui. En estos relatos alrededor de la paternidad, escritos con una concisión y ambigüedad, los misterios de la familia resplandecen. Quien huye de la familia es Pablo, el protagonista de la novela “La Buena Suerte” de Rosa Montero. Pablo se baja de un tren en un lugar desconocido (“Pozonegro”) para empezar una nueva vida o huir de la anterior.

Hay otras buenas noticias sobre el libro. Una es la feria del libro de Magdalena. Otra es la librería nueva “La Rebelde” de Barranco. Otra es la reedición de Augusto Higa de “Que te coma el tigre”, una consagración literaria del lenguaje popular. Y hay más.

Algunos pensarán que esta es una columna que olvida la coyuntura. No es verdad. Creo que si los peruanos leyéramos más libros, nuestra vida política sería mejor. Y mucho.