Luiz Eduardo da Rocha Soares, exdirectivo de la División de Operaciones Estructuradas, conocida como la ‘Caja 2′ de Odebrecht, se presentó este jueves para dar su testimonio en el juicio por las presuntas coimas de la constructora para hacerse con la licitación de la Línea 1 del Metro de Lima. Ante las preguntas del fiscal José Domingo Pérez, el testigo confirmó que la constructora envió dinero para la realización de pagos ilícitos en el Perú.
Da Rocha Soares es el tercer testigo brasileño que declara en este juicio, en virtud del acuerdo de Odebrecht con el Perú. Antes lo hicieron Carlos Nostre, exdirector de contrato del Metro de Lima; y Jorge Barata, el exjefe de la constructora en el Perú. Este último también dio cuenta de pagos para aportar a las campañas de políticos como Ollanta Humala, Keiko Fujimori, Alan García, Pedro Pablo Kuczynski y Susana Villarán.
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El Ministerio Público acusa a Jorge Cuba, viceministro de Comunicaciones durante el segundo gobierno de Alan García, y otras ocho personas por delitos de corrupción y lavado de activos. Esto en torno a los presuntos pagos de más de US$ 8 millones de Odebrecht para obtener ventajas ilícitas en la licitación de los tramos 1 y 2 del proyecto. En sus declaraciones como parte del juicio, Jorge Barata y Carlos Nostre ratificaron que se hicieron dichas entregas de dinero a pedido de este exviceministro, para quien la fiscalía pide 35 años de prisión.
El nuevo testimonio
Los testimonios de Jorge Barata y Carlos Nostre se habían enfocado en lo ocurrido en el Perú: los presuntos pagos solicitados por Jorge Cuba y el procedimiento para ganar la licitación del Metro de Lima. Sin embargo, no pudieron detallar cómo operaba la Caja 2 de la empresa. Ellos simplemente remitían la solicitud para el pago a su matriz en Brasil y la entrega del dinero era gestionada por el Departamento de Operaciones Estructuradas (DOE).
Así, el testimonio de Da Rocha Soares se centró en lo que ocurría desde Brasil a partir de una solicitud de pagos ilícitos en países como el Perú. Se trata del primer testigo en dar luces, como parte de un juicio en el Perú, sobre cómo operaba la sección de la constructora destinada a la entrega de coimas. Para la fiscalía, esto es clave porque ha quedado establecido como prueba ante la justicia peruana que el Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht servía para pagos ilícitos y se alimentaba de recursos ilícitos
Con la asistencia de una traductora al portugués, el Cuarto Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada dio inicio al interrogatorio alrededor de las 9:45 a.m de este jueves. El testigo se conectó a la audiencia virtual desde Brasil y comenzó respondiendo por unos 50 minutos las preguntas del fiscal José Domingo Pérez, del equipo Especial Lava Jato, quien está a cargo de la acusación.
Da Rocha Soares, brasileño de 61 años, detalló que es un administrador ya jubilado que trabajó para Odebrecht durante 28 años. Entre 1990 y 2006, fue tesorero internacional del grupo Odebrecht. Entre 2006 y 2014, años claves para el Caso Lava Jato en el Perú, fue directivo del Departamento de Operaciones Estructuradas (DOE) de la constructora, que estaba “encargado de los pagos no contabilizados de la empresa”. “[Eran] pagos hechos fuera del ambiente de contabilidad de la empresa. Porque eran pagos ilícitos”, detalló.
La función específica de Da Rocha Soares era “buscar alternativas en bancos para hacer los pagos”. Además de él, la DOE estaba conformada por el jefe o superintendente, Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho; su tesorero era Fernando Migliaccio y sus trabajadoras, encargadas del “día a día”, eran Maria Luisa Tavares y Angela Palmeira. Sus oficinas estaban en la sede central de Odebrecht en Sao Paulo, Brasil.
El procedimiento fue descrito así: un superintendente o jefe de Odebrecht en un país (Brasil, Perú o cualquier otro donde operaba) solicitaba el pago al DOE. Los datos se introducían al sistema encriptado My Web Day, cuyo servidor estaba alojado en Suiza; y finalmente, el DOE proveía el dinero. Sin embargo, precisó que ellos no conocían la identidad de los destinatarios finales del dinero, ya que usaban codinomes.
“El superintendente daba los codinomes para realizar los pagos. Estos se introducían en el sistema My Web Day y de ahí se pasaba para hacer los pagos”, explicó. Los codinomes eran “los nombres con los que eran conocidos los beneficiarios de los pagos”. El objetivo era siempre mantener el secreto, debido a la naturaleza ilícita de los pagos.
Por ello se usaban el referido servidor MyWebDay para registrar la solicitud el pago y luego el sistema Droussys para comunicarse con doleiros (cambistas) cuando eran entregas en efectivo, o con “operadores financieros” que se encargaban de los depósitos en cuentas bancarias. El testigo afirmó que el DOE trabajó con tres entidades bancarias: el Meinl Bank en Antigua, la Banca Privada de Andorra y el Credicorp Bank en Panamá.
El caso peruano
Como parte del interrogatorio, el fiscal José Domingo Pérez pidió al testigo señalar quién era la persona que solicitaba los pagos ilícitos a hacerse en el Perú. Su respuesta fue Jorge Barata. Agregó que el jefe de este, Luiz Eduardo Mameri, autorizaba la realización del pago solicitado por Jorge Barata. Mameri era “director de Odebrecht para América Latina, responsable de los países, incluyendo Perú”. Por encima de ambos estaba Marcelo Odebrecht, el CEO del grupo empresarial.
Consultado sobre cómo se hacían las operaciones para los pagos ilícitos en el Perú, declaró que “enviábamos a cuentas corrientes indicadas por el superintendente o utilizábamos un doleiro” para que la entrega pueda hacerse en moneda local. “No tenía contacto con ellos”, agregó. El que tenía conocimiento de a quién iban los pagos, reiteró, era el “superintendente Jorge Barata”.
Para el caso del Perú, allí entran en tallar los testimonios ya brindados por los exdirectivos de Odebrecht en el Perú, como el mencionado Jorge Barata y Carlos Nostre. Ambos han señalado a Jorge Cuba como la persona que pidió el pago de más de 8 millones por la licitación del Metro de Lima.
En otro momento, el testigo refirió que visitó el Perú hace “bastante tiempo”, sin recordar precisamente cuándo. Detalló que vino a pedido de Jorge Barata para gestionar unos pagos y que se reunió con “Gonzalo...Valverde, si mal no recuerdo”. Lo identificó como “un subcontratista nuestro que nos daba moneda local”. En declaraciones previas a la fiscalía durante la etapa de investigación, el testigo señaló en particular al hoy prófugo Gonzalo Monteverde como la persona cuyas empresas fueron usadas para ingresar dinero al Perú.
“Le dábamos dólares a él en una cuenta corriente y él nos daba soles, moneda local, aquí en el Perú”, explicó esta vez durante el juicio. El objetivo era usar ese dinero para “poder hacer pagos ilícitos” en el Perú. Si bien refirió que conoció las empresas usadas en el Perú con ese objetivo, no recordó sus nombres.
Sobre el cierre de su interrogatorio, el testigo respondió que el dinero para la ‘Caja 2′ se generaba mediante “operaciones financieras, sobrefacturación (sobrecostos) de obras”, de lo cual se encargaba otro nombre. La finalidad de estas eran “generar recursos libres para el Departamento de Operaciones Estructuradas”. Con esos “recursos libres” se hacían los pagos no contabilizados o pagos ilícitos.
Ante preguntas posteriores de las defensas del acusado, Da Rocha Soares precisó que se enteraban si los pagos habían llegado a su destinario a través de los superintendentes. En caso el dinero no hubiese llegado, explicó, estos les reclamaban. “Si no reclamaban, los pagos habían sido realizados” dijo.
La presentación del testigo culminó alrededor de las 11:11 de la mañana de este jueves. Minutos después, la audiencia del juicio concluyó. Las diligencias se reanudarán el próximo jueves 21 de septiembre con la declaración de otro testigo brasileño: Sergio Nogueira Panicola, ex secretario general de Conirsa, el consorcio formado por Odebrecht y las peruanas Graña y Montero, ICCGSA y JJC.
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