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Come, entrena y duerme para vivir más (y mejor): la receta real para la longevidad
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Come, entrena y duerme para vivir más (y mejor): la receta real para la longevidad

Come, entrena y duerme para vivir más (y mejor): la receta real para la longevidad

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A puertas de terminar el año, todos empezamos a ponernos metas y el famoso “este nuevo año será mi año” suena por todos lados. Pero antes de que escribas “bajar 5 kilos” o “entrenar todos los días”, quiero invitarte a cambiar el foco. No se trata de enfocarnos en el corto plazo y solo hacer cambios para una temporada anual, sino más bien de jugar nuestras cartas estratégicamente para llegar a los 50, 60, 70 y más, con fuerza, con independencia, con un cerebro despierto y con un cuerpo que te acompañe, no que te frene. En otras palabras: , entrenar y dormir (sí, lo leíste bien) para la lon-ge-vi-dad. ¿Como hacerlo? ¡Te cuento!

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Movimiento: el mercado ‘antiaging’

Olvídate del mito de que “el cardio es lo único que quema”. Si hablamos de longevidad, el entrenamiento de fuerza es rey, reina, y todo el imperio completo. ¿Por qué? Porque el músculo es un órgano metabólicamente activo. Produce miocinas que regulan la inflamación, la sensibilidad a la insulina, la función inmune y hasta tu estado de ánimo. Por eso, mantener tu masa muscular significa un mejor balance hormonal, menos riesgo de caídas (y fracturas) a futuro, un metabolismo más activo y estable, y una mejor postura, movilidad y calidad de vida. Y no, no tienes que vivir en el gimnasio. Tres sesiones por semana con peso progresivo, movimientos básicos y buenos descansos ya empiezan a hacer su magia. Súmale caminatas diarias y un poco de movilidad, y tienes el combo ganador para un cuerpo que envejece más lento y más fuerte.

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Juan Carlos Fangacio

Alimentación: el combustible de un cuerpo que quiere durar

Aquí viene la parte que más nos gusta: comer. Y para nuestra buena suerte, comer para la longevidad no significa restricción, sino abundancia nutritiva. Contrario a lo que se piensa, menos comida no es la solución a un cuerpo más sano, pues el cuerpo necesita nutrientes. Lo que debemos hacer es enfocarnos en comida real; color, fibra, proteínas suficientes y grasas de calidad. Eso es lo que mantiene estable tu glucosa, regula tus hormonas, alimenta tu microbiota y protege tus órganos.

Tres sesiones de ejercicio por semana, sumadas a caminatas y otros movimientos, bastan para que empieces a notar buenos resultados en tu salud. (Foto: iStock)
Tres sesiones de ejercicio por semana, sumadas a caminatas y otros movimientos, bastan para que empieces a notar buenos resultados en tu salud. (Foto: iStock)
/ Inside Creative House

Hay cinco puntos clave: Proteína suficiente: indispensable para mantener músculo, saciedad y reparación. Antioxidantes (frutas, verduras, hierbas, especias): tus defensores contra el estrés oxidativo que acelera el envejecimiento. Fibra y prebióticos: porque una microbiota sana regula inflamación, inmunidad y hasta tu estado emocional. Grasas saludables: omega-3, palta, nueces, semillas. Tu cerebro las ama. Menos ultraprocesados: porque inflaman, alteran hormonas y afectan tu calidad de vida más de lo que crees. Así que no se trata de comer menos: se trata de comer lo que tu cuerpo realmente puede utilizar para reparar, construir y permanecer fuerte.

Sueño: el hábito más subestimado de todos

Si hay un ‘antiaging’ real, ese se llama dormir. Mientras duermes, cosas maravillosas pasan:

  • Se regulan tus hormonas.
  • Se limpia tu cerebro.
  • Se reparan y recuperan tus tejidos.
  • Mejora tu sensibilidad a la insulina.
  • Se regula tu apetito al día siguiente.
No te mates comiendo menos: es mucho mejor alimentarte con lo que tu cuerpo puede usar para repararse a sí mismo. Tu organismo te lo agradecerá. (Foto: iStock)
No te mates comiendo menos: es mucho mejor alimentarte con lo que tu cuerpo puede usar para repararse a sí mismo. Tu organismo te lo agradecerá. (Foto: iStock)
/ Tijana Simic

Si duermes mal, comes mal y entrenas peor, entonces te estresas más, tu cuerpo vive en modo alerta y sí, envejece más rápido. Es importante priorizar tu sueño y para ello una rutina nocturna es tu aliada. Tener un hábito regular para dormir, que haya oscuridad real en tu habitación, bajarle al uso de pantallas antes de acostarte, limitar la cafeína (no consumirla pasada las 3 p.m.) y cenar ligero son estrategias claves.

La longevidad no es genética solamente. Es intencionalidad diaria. Por eso, entrena para sostenerte, come para nutrirte y duerme para repararte.

Créeme, tu yo del futuro te lo va a agradecer.//

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