El crecimiento personal no nace de lo simple, sino cuando eliges avanzar aunque tu mente te grite “no puedo”. (Foto: iStock)
El crecimiento personal no nace de lo simple, sino cuando eliges avanzar aunque tu mente te grite “no puedo”. (Foto: iStock)

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Abraza la incomodidad: el camino real hacia la felicidad
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Abraza la incomodidad: el camino real hacia la felicidad

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Vivimos en una cultura que abraza la comodidad. Queremos la vida fácil, sin fricciones, sin esfuerzo, como si eso garantizara la ruta correcta. Buscamos el atajo, la receta mágica, el camino más corto. Pero la verdad es otra: la felicidad no se encuentra en lo cómodo, sino en lo incómodo.

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La incomodidad es ese territorio donde aparecen el miedo, la resistencia y la duda. Es el espacio donde sudas, tiemblas e incluso piensas en rendirte. Sin embargo, es ahí donde ocurre la transformación. El crecimiento personal no nace de lo simple, sino cuando eliges avanzar aunque tu mente te grite “no puedo”. Es al cruzar ese puente de inseguridad cuando descubres que el suelo no se rompe y que eres más fuerte de lo que imaginabas.

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Juan Carlos Fangacio

Si lo piensas, los momentos más significativos de tu vida seguramente nacieron de la incomodidad: esa decisión que te asustaba y cambió tu destino, ese reto físico que parecía imposible y luego te llenó de orgullo, o esa conversación difícil que abrió la puerta a una relación más auténtica. Cada incomodidad superada es un salto hacia una vida más grande.

Lo incómodo entrena tu resiliencia y tu flexibilidad mental. Te recuerda que tu identidad no está fija, que puedes reinventarte. Cada vez que eliges incomodarte, expandes tu percepción de quién eres y de lo que eres capaz. Y en ese proceso, la felicidad deja de ser un golpe de suerte para convertirse en un estado entrenado.

El problema es que hemos aprendido a huir de la incomodidad como si fuera un enemigo, cuando en realidad es un maestro. Hoy te invito a cambiar tu relación con ella: no la esquives, abrázala. Atrévete a incomodarte y observa lo que sucede.

Del otro lado no solo hay logros: estás tú, en tu mejor versión. //

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