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La fibra: el hilo invisible que equilibra tu salud
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La fibra: el hilo invisible que equilibra tu salud

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Cuando hablamos de , pensamos en el azúcar, el colesterol o los triglicéridos. Pero pocas veces pensamos en la fibra, ese componente vegetal que no se digiere, pero que tiene un poder enorme para regular y equilibrar casi todos los sistemas del cuerpo. es, literalmente, el hilo invisible que une tu metabolismo, tu digestión y tu bienestar. Existen dos tipos principales de fibra: la soluble y la insoluble, y ambas son esenciales.

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La fibra soluble se disuelve en agua formando una especie de gel que ralentiza la digestión y la absorción de los carbohidratos. Esto evita los picos bruscos de glucosa en la sangre, estabiliza la insulina y mejora la sensibilidad de las células a esta hormona. Por eso, incluir alimentos como la linaza, la chía, la manzana —y sus pectinas—, así como las menestras, puede ayudar significativamente a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Además, ese mismo gel que forma la fibra soluble atrapa parte del colesterol y los ácidos biliares en el intestino, ayudando a que se eliminen por las heces. El resultado: una reducción del colesterol LDL (el “malo”) y una mejora en el perfil lipídico general. De hecho, diversos estudios muestran que una dieta rica en fibra puede disminuir hasta un 10% los niveles de colesterol.

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Por su lado, la fibra insoluble no se disuelve ni forma gel, pero es clave para el tránsito intestinal. Aporta volumen a las heces y estimula el movimiento del colon, previniendo el estreñimiento y ayudando a eliminar desechos metabólicos. Este buen funcionamiento y limpieza regular también tiene un impacto indirecto sobre la salud del hígado, la piel y la microbiota intestinal.

La chía y la linaza son dos importantes aliadas para sacar los beneficios del mucílago, fibra estupenda para…
La chía y la linaza son dos importantes aliadas para sacar los beneficios del mucílago, fibra estupenda para…
/ Luis Echeverri Urrea

Y es justamente en la microbiota donde la fibra muestra su magia más profunda. Aunque nuestro cuerpo no la digiere, las bacterias intestinales la fermentan y la transforman en ácidos grasos de cadena corta como el butirato, propionato y acetato. Estas moléculas no solo nutren las células del colon, sino que tienen efectos antiinflamatorios, mejoran la sensibilidad a la insulina y fortalecen la barrera intestinal. Una microbiota alimentada con suficiente fibra es una microbiota diversa, estable y protectora (y claro, ¡feliz!). Por el contrario, la falta de fibra debilita este ecosistema, favoreciendo la inflamación, la resistencia a la insulina, el colesterol alto y la disbiosis intestinal. Es decir, sin fibra no solo se altera la digestión, también el metabolismo entero.

Entonces, ¿cuánta fibra necesitamos? La recomendación general es entre 25 y 35 gramos al día, pero la mayoría de las personas no llega ni a la mitad. No se trata solo de sumar salvado o suplementos, sino de llenar tu plato con alimentos reales y variados: frutas, verduras, cereales integrales, semillas y legumbres. Lo importante es hacerlo de forma gradual y con buena hidratación para que el intestino se adapte sin molestias. Te dejo cinco formas sencillas de sumar fibra a tu día:

Tan solo un puñado de almendras tiene aproximadamente 3,5 gramos de fibra. Intenta añadirlas a tu dieta.
Tan solo un puñado de almendras tiene aproximadamente 3,5 gramos de fibra. Intenta añadirlas a tu dieta.
/ towfiqu ahamed

1. Agrega legumbres a tus comidas: media taza de lentejas o garbanzos cocidos contiene entre 7 y 8 gramos de fibra.

2. No peles la fruta en la medida de lo posible: una manzana con cáscara tiene unos cuatro gramos de fibra, mientras que sin cáscara se reduce casi a la mitad.

3. Verde que te quiero verde: una taza de brócoli cocido aporta cerca de cinco gramos de fibra, además de compuestos azufrados que alimentan bacterias beneficiosas.

4. Cambia los snacks ultraprocesados por reales: un puñado (30 g) de almendras tiene 3,5 gramos de fibra, mientras que de una rebanada de pan blanco se espera casi cero.

5. Las semillas de chía y linaza son tus aliadas: una cucharada de cada una, remojada, ayuda a sacar los beneficios del mucílago, una fibra que tu microbiota ama.

Además…
El Tip

¿Cuánta fibra necesitamos consumir? La recomendación general es entre 25 y 35 gramos al día, pero la mayoría de las personas no llega ni a la mitad de esa cifra aconsejable.

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