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Nutrición, hábitos y prevención: el poder silencioso frente al cáncer de mama
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Nutrición, hábitos y prevención: el poder silencioso frente al cáncer de mama

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Octubre siempre se pinta de rosa, y con él llega un recordatorio que va mucho más allá de los lazos y las campañas: la prevención sigue siendo nuestra herramienta más poderosa. El es hoy uno de los más frecuentes en mujeres, pero también uno de los más estudiados. Y si bien hay factores que no podemos controlar —como la genética o la edad—, hay otros que sí están en nuestras manos: la nutrición, los hábitos y el estilo de vida.

Nuestro cuerpo es un ecosistema que responde a lo que comemos. Una dieta alta en ultraprocesados, azúcares y grasas trans genera un ambiente inflamatorio y oxidativo que puede favorecer el desarrollo de enfermedades crónicas, incluido el cáncer. Por otro lado, una alimentación basada en alimentos reales —como verduras, menestras, semillas y frutas—, rica en antioxidantes, fibra y fitonutrientes, ayuda a proteger las células y mantener un equilibrio hormonal más saludable.

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Juan Carlos Fangacio
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Frutas rojas, verduras crucíferas —el brócoli, la coliflor y el kale—, legumbres, granos integrales y grasas buenas, como las de la palta, las nueces y el aceite de oliva, no son solo parte de una dieta balanceada: son tu ejército de defensa celular. Además, cuidar la salud intestinal —esa conexión silenciosa pero determinante— contribuye a eliminar el exceso de hormonas y toxinas. Por eso, comer bien no es solo nutrir el cuerpo: es crear un entorno interno que les permita a tus células funcionar en armonía y protegerte mejor.

Una alimentación basada en verduras, menestras y frutas ayuda a proteger las células y mantener un equilibrio hormonal saludable.
Una alimentación basada en verduras, menestras y frutas ayuda a proteger las células y mantener un equilibrio hormonal saludable.
/ ozgurcankaya

Del mismo modo, el ejercicio no solo cambia tu cuerpo, también cambia tu biología. Moverse reduce los niveles de estrógenos circulantes, mejora la sensibilidad a la insulina y fortalece tu sistema inmune. Caminar, levantar pesas, bailar o correr: no importa tanto el qué, sino el cuánto y la constancia. Lo importante es que el movimiento se convierta en parte de tu rutina, no en un castigo ocasional.

Y así como la alimentación y el ejercicio son clave, el sueño es pieza fundamental. Vivimos en una cultura que glorifica el cansancio, pero el descanso también es prevención. Dormir mal, vivir estresada y correr en modo automático altera el cortisol, la insulina y otras hormonas que influyen directamente en la regulación celular. Por eso, aprender a pausar, a decir “no”, a desconectarte, también forma parte del cuidado. Porque no hay salud metabólica —ni emocional— sin descanso.

Bailar, correr y ejercitarte en general fortalece tu sistema inmune.
Bailar, correr y ejercitarte en general fortalece tu sistema inmune.
/ FatCamera

Ahora, los chequeos médicos y de laboratorio son una herramienta clave para conocerse y actuar a tiempo. En las mujeres, deberían realizarse al menos una vez al año y adaptarse a cada etapa de la vida. No se trata solo de medir colesterol o glucosa, sino de evaluar marcadores que reflejan el equilibrio metabólico y hormonal, como la ferritina, la vitamina D, el perfil tiroideo, los niveles de estrógenos y progesterona, o la hemoglobina glicosilada. Estos exámenes permiten detectar deficiencias, sobrecargas o disfunciones antes de que se manifiesten en síntomas más complejos.

Hábitos como el buen descanso también significan prevención. Recordemos que el cáncer de mama es uno de los más frecuentes en mujeres, pero también uno de los más estudiados. Hay muchas formas de enfrentarlo.
Hábitos como el buen descanso también significan prevención. Recordemos que el cáncer de mama es uno de los más frecuentes en mujeres, pero también uno de los más estudiados. Hay muchas formas de enfrentarlo.

En este sentido, cuidar tu cuerpo no debería ser un acto de miedo, sino de amor. El estilo de vida —desde lo que comes hasta cómo duermes o gestionas tus emociones— influye en cómo tu cuerpo responde, se repara y se defiende. Comer bien, moverte, dormir y vivir con conciencia no son lujos: son actos de resistencia, amor propio y salud.

Y sí, hacerte tus chequeos, conocerte, explorar tus mamas y consultar ante cualquier cambio no te quita fuerza; es parte de ese estilo de vida y te da poder. La prevención es una herramienta sumamente poderosa; y si la usamos a nuestro favor, llega a ser una ventaja. //

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