No hay amor más sincero que el amor por la comida, y eso lo saben bien George Bernard Shaw (autor de la famosa frase, por supuesto), los lectores de esta página y una peruana de nombre Nil Cabrera que decidió dejar su carrera como ingeniera industrial para empezar de cero y dedicar toda su existencia a la repostería. En específico, al delicioso y satisfactorio mundo de la chocolatería. Si eso no es amor, realmente nada lo es.
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