“¡qAIRa finalista mundial de 1776 Challenge Cup! Nos vamos para Washington D.C.”, anunció el jueves vía Facebook la ingeniera mecatrónica Mónica Abarca, cofundadora de “qAIRa drones”, la start-up peruana responsable del ensamblaje y la operatividad de un vehículo aéreo no tripulado (dron) que mide la contaminación ambiental a más de 5 mil msnm.
1776 es una aceleradora y un grupo de venture capitalists (capital de riesgo) que busca start-ups en todo el mundo a través de la competencia 1776 Challenge Cup. Mónica y su equipo fueron los ganadores del concurso local realizado en Lima en diciembre. Anoche participó en la final regional en México y qAIRa fue seleccionada para la final junto a otros cuatro proyectos latinoamericanos.
Para los emprendedores que buscan inversionistas, ser seleccionado por 1776 o cualquier otra aceleradora internacional es sumamente importante para impulsar sus incipientes negocios. Más allá de un potencial financiamiento, estas instituciones proveen de mentorías (asesorías) y contactos de todo tipo a los creadores de proyectos para potenciarlos.
Mónica Abarca junto a Fernando Cuellar y Carlos Saito.
La competencia 1776 Challenge Cup galardonará a los ganadores de la competencia global con premios superiores al millón de dólares, según indica su página web. Mónica explicó a El Comercio que los premios monetarios van desde los US$ 175 mil hasta el US$ 1 millón dependiendo de los inversionistas. “También hay oportunidad de inversiones para las startu-ps que no ganen el primer puesto”, apuntó.
A nivel mundial, 1776 realiza nueve eventos 1776 Challenge Cup y en cada una de ellas selecciona a 5 ganadores que competirán en la final de Washington DC el próximo 2 de junio. Serán 45 proyectos y start-ups de todo el mundo a las que este fascinante proyecto peruano se enfrente dentro de cinco meses y sus creadores tienen confianza en hacer un buen papel en la capital estadounidense.
“Estamos contentos por haber llegado a la final porque será una gran vitrina internacional. Por una parte, habrá mucha cobertura de medios de todo el mundo; y por otra parte habrá muchos inversionistas privados buscando dónde invertir. Pensamos además expandir nuestra red de contactos para potenciar el dron y desde luego ganar un fondo de inversión”, indicó Mónica desde México.
La joven ingeniera, junto a sus asociados Francisco Cuéllar y Carlos Saito, desarrolló un dron (vehículo aéreo no tripulado) compuesto de sensores y algoritmos capaces de detectar contaminación en el aire. En los últimos meses, el dron ha superado duras pruebas como sobrevolar un complejo minero en Cajamarca y un glaciar ubicado en Cusco a más de 4 mil y 5 mil metros de altura, respectivamente.