El dióxido de cloro es presentado como una cura milagrosa para diversas enfermedades, desde el cáncer hasta la diabetes. Y en los últimos meses, sus defensores han añadido a esta larga lista al COVID-19, sin presentar evidencia alguna.
Así, en medio de la expectativa y desesperación de miles de personas que enfrentan al nuevo coronavirus, muchos recurren al dióxido de cloro (ClO2) para intentar curarse. La información en internet al respecto abunda, al igual que gran cantidad de casos de personas con secuelas por consumir la llamada Solución Mineral Milagrosa (MMS).
El Comercio conversó con especialistas en química y bióloga molecular para conocer qué es el dióxido de cloro, cómo puede afectar el organismo y cuáles serían los efectos adversos que puede generar.
MIRA: Dióxido de cloro | No hay evidencia de que este compuesto sea efectivo contra el COVID-19 ni se justifica su investigación en humanos
¿En realidad libera oxígeno?
Los defensores del dióxido de cloro aseguran que tiene una acción terapéutica pues al ingresar al organismo su supuesto efecto disociativo [división] actúa, es decir, la molécula ClO2 se separaría en oxígeno (O) y cloro (Cl). Ese oxígeno liberado, afirman, ayuda al cuerpo porque el SARS-CoV-2, que causa el COVID-19, provoca problemas de oxigenación.
Este parece un proceso simple, pero no existe evidencia científica que muestre que efectivamente este efecto químico se dé al interior del organismo una vez que la persona consume dióxido de cloro. Una reciente revisión sistémica de investigaciones científicas sobre la efectividad del CIO2 para tratar el COVID-19 determinó que no hay ningún estudio publicada ni por publicar al respecto. Por lo tanto, no se puede afirmar que este compuesto libere oxígeno en el cuerpo de esta manera.
Por el contrario, según explica Badhin Gómez Valdez, doctor en química del Centro de Investigación en Ingeniería Molecular de la Universidad Católica de Santa María, el ClO2 es un compuesto que no se disocia [separa] fácilmente. Es cierto que puede liberar oxígeno y cloro cuando se disocia, pero esto ocurre cuando la molécula es sometida a cargas eléctricas muy grandes, algo que el cuerpo humano no podría soportar.
“Los defensores dicen que el dióxido de cloro va a llegar directamente a los glóbulos rojos y va a empezar a liberar ahí el oxígeno. ¿De dónde saca la energía para quebrarse, para convertirse en ion cloruro, ion oxigeno? Es poco creíble desde el punto de vista científico”, explica a El Comercio.
MIRA: Los ‘dealers’ del dióxido de cloro: así se mueve en Lima este polémico brebaje
Un desequilibrio en las células
Otro factor a considerar es que el CIO2 y los derivados del cloro son agentes oxidativos, es decir, quitan electrones a otros elementos. El proceso de oxidativo crea radicales libres en nuestras células, que son necesarios para mantener un buen estado de salud, pero “en grandes proporciones, los radicales libres pueden causar daño a las células”, según explica el Centro de Excelencia en Ciencias de Salud Ambiental de la Universidad de Michigan.
Entonces, este compuesto puede crear estrés oxidativo, que “ocurre cuando hay un desequilibrio en nuestras células debido a un aumento en los radicales libres y/o una disminución en los antioxidantes. Con el tiempo, este desajuste en el equilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes puede dañar nuestros tejidos”, detalla la entidad.
“Al ser un agente oxidante, le quita un electrón a todo y lo desestabilizada y se produce una cascada de reacciones: mata bacterias, destruye la cápside de un virus y sus proteínas que la recubren”, explica Gómez Valdez.
En ello coincide Alejandra Burela, bióloga molecular y autora principal de una revisión de la evidencia científica sobre el dióxido de cloro y el COVID-19:
“Lo que hace cualquier agente oxidante es una reacción Redox (reducción y oxidación) al capturar electrones se desnaturaliza la molécula a la que se le quita los electrones. Y justo esto pasa en moléculas orgánicas, que tienen nitrógeno, azufre, etc. Por eso es un desinfectante que funciona porque logra matar bacterias, etc., pero el tema es que nuestras células también tienen este tipo de moléculas”.
Este proceso químico sustenta la efectividad del dióxido de cloro para el tratamiento del agua, como blanqueador, desinfectante y pesticida, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de EE.UU.
Sin embargo, no se puede considerar que funcione de la misma manera en el organismo, ya que lo estudiado respecto al CIO2 es su efectividad en procesos industriales y no en humanos, advierte Burela.
“Hay mucha teorización sobre lo que sucedería en el cuerpo [cuando se toma dióxido de cloro] y quizá no se sabrá totalmente porque no es ético estudiarlo en humanos. Hay que entender que este es un desinfectante; no está pensado para el consumo humano”, añade la especialista.
[Revisa este informe sobre por qué no es ético arriesgar a personas en ensayos clínicos que prueben la eficacia del dióxido de cloro].
Efectos en el organismo
Este compuesto ya no suele ser vendido listo para consumir. Las personas que lo comercializan venden clorito de sodio y un “activador” (un ácido cítrico) por separado; al mezclar ambos componentes se obtiene dióxido de cloro. Con ello logran evadir los controles en algunos países, porque en la práctica no proporcionan CIO2, cuya venta como medicamento ha sido prohibida en países como Argentina. En el Perú, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) recomendó a las personas no consumir este compuesto, pero no se ha prohibido explícitamente su venta.
Los efectos adversos del dióxido de cloro han sido reportados por entes reguladores y de vigilancia como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés): “Recientemente, la FDA recibió nuevas denuncias de personas que experimentaron vómito intenso, diarrea severa, una presión arterial baja potencialmente mortal causada por la deshidratación y fallos hepáticos fulminantes después de beber estos productos”, y graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemolisis, etc.), cardiovasculares y renales.
La Organización Mundial de la Salud advierte que además de su consumo como solución, su inhalación a través de nebulizadores “puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis e incluso producir la muerte si las exposiciones están por encima del valor límite de exposición profesional. La exposición prolongada puede dar lugar a bronquitis crónica y erosiones dentales”.
En el Perú, EsSalud ha reportado que solo en Arequipa el 30% de pacientes hospitalizados con COVID-19 consumieron dióxido de cloro y también hay reportes de casos graves en otras regiones del país.
VIDEO RELACIONADO
TE PUEDE INTERESAR
- COVID-19 | ¿La vitamina D puede ayudar a prevenir cuadros graves de coronavirus?
- China asegura que su vacuna contra el COVID-19 estará disponible para el público en noviembre
- Vacuna contra el coronavirus: ¿a quién le llegará primero?
- COVID-19 | La OMS establece los corticoides como la terapia estándar para pacientes graves y críticos
- Coronavirus | Por qué la existencia de un quintillón de virus en la Tierra es una buena noticia
- ¿Qué es la mielitis transversa?
- El manejo domiciliario del COVID-19, por Elmer Huerta
- AstraZeneca y Oxford reanudan los ensayos de su potencial vacuna contra el coronavirus
- COVID-19 | Estudio señala a los restaurantes y bares como focos de contagio de coronavirus
- AstraZeneca dice que potencial vacuna es aún posible este año pese a interrupción de ensayos
- COVID-19 | Rusia prueba su vacuna candidata en 40.000 ciudadanos de Moscú
- COVID-19: ¿qué tan habitual es la suspensión de ensayos clínicos? (y por qué puede ser una buena noticia)
- COVID-19 | La potencial vacuna china ya se aplica en el Perú a voluntarios de entre 18 y 75 años
- Potencial vacuna de AstraZeneca no tuvo efecto adverso grave en Brasil, dice regulador Anvisa
- COVID-19 | ¿Es posible saber qué país está haciendo lo correcto en la lucha contra la pandemia?
- COVID-19 | Las teorías conspirativas detrás de los antimascarilla
- COVID-19: ¿qué tanto debemos preocuparnos por la gripe estacional?
- Esa información sobre el COVID-19 que nos falta conocer, por Elmer Huerta
- COVID-19 | Los peligros de aprobar una vacuna antes de que terminen los ensayos clínicos
- COVID-19 | ¿Cómo distribuir equitativamente las futuras vacunas en el mundo?
- Asintomáticos por COVID-19: contagio, enfermedad y riesgos (lo que sabe la ciencia sobre estos casos)
- COVID-19 | Los países ricos han acaparado las primeras dosis de la posible vacuna, advierten expertos
Síguenos en Twitter: