Obed Dionisio del Pino es el sexto de siete hermanos, que no solo están unidos por un lazo de sangre, sino también por la empresa que dirigen.
Es, quizá, la razón por la que suele hablar de manera grupal al comentar los logros y avances de Satelital Telecomunicaciones. “Soy solo la punta del iceberg”, recalca el CEO de la empresa, que actualmente da trabajo a 400 personas en el país, pero que se inició como una idea entre dos hermanos que empleaban a dos personas más.
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En Huancayo, de donde es originario, Obed, que estudiaba Economía, y su hermano Eisten, que seguía la carrera de Ingeniería de Sistemas, querían “hacer algo diferente”. Así surgió la idea de vender el servicio de conexión de Internet en casas y departamentos, hace 16 años.
“Yo estudiaba en una universidad estatal, los recursos eran limitados, y Eisten trabajaba para costearse una privada. Decidimos acudir a nuestro hermano mayor, Alan, y nos prestó un monto que era menos de US$500. Así empezó este largo viaje”, cuenta el ejecutivo de 36 años, reconocido en la categoría Joven Empresario de los Premios LEC 2021.
Rápidamente se hicieron conocidos, se enfocaron en el sector corporativo y comenzaron su expansión a otras zonas.
—Una mala racha antes del impulso—
Actualmente, Satelital Telecomunicaciones es proveedora de empresas del sector con diversos servicios como construcción de enlaces satelitales y de fibra óptica, entre otros, dejando atrás los servicios residenciales. Pero para llegar a este punto, tuvieron que atravesar momentos críticos en los que la empresa incluso estuvo a punto de desaparecer.
“Nos estaba yendo muy bien y decidimos hacer inversiones adicionales en Yanahuanca. Nos prestamos dinero de los bancos y [dimos] todo lo que teníamos para llegar a Cerro de Pasco. Y pasó que tuvimos una racha realmente mala: un alud cae en Yanahuanca, se lleva casas, deja muertos y parte de nuestra infraestructura se ve afectada”, relata el empresario.
Esa racha, además, estuvo acompañada de robos de paneles y equipos de la compañía en la zona.
“Llegamos a un punto en que le pregunté a Eisten: ‘Ya terminamos la universidad, ¿qué hacemos? ¿Dejamos la empresa y trabajamos en lo que estudiamos, y pagamos las cuentas que debemos, que no son para nada bajas? ¿O tomamos el camino de seguir, cambiamos el rumbo y nos reinventamos?’”, recuerda.
Tomaron la decisión más complicada y reformularon la compañía. Eso marcó la senda de crecimiento.
Para Obed, es fundamental que la sede central de la firma permanezca en Huancayo. Es un constante recordatorio del logro de ser una empresa que nació en provincia y continúa ahí.
Ahora, trabajan en llevar fibra óptica a Loreto: el único departamento en el país que no cuenta con este tipo de conexión. El joven empresario infla el pecho al contar que este proyecto no solo llevará comunicación a Loreto, una de las regiones más golpeadas por la pandemia. También permitirá hacer uso de la telemedicina y teleeducación.
CABLE A TIERRA
- La gestión de la empresa no se debe medir solo por resultados económicos y financieros, considera el empresario.
- “Cuando haces las cosas con mucha pasión, obtienes grandes conocimientos, recompensas y tal vez llegas primero”, reflexiona.
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