¿Por qué es clave enfrentar el déficit de habilidades blandas?
¿Por qué es clave enfrentar el déficit de habilidades blandas?
Gustavo Yamada

Para lograr una adecuada inserción al trabajo y una vida plena, ya no basta acumular habilidades cognitivas durante el proceso educativo. El consenso académico indica que igualmente importante es desarrollar un conjunto de  –llamadas también competencias blandas–, que tienen que ver con aspectos como la perseverancia, la determinación, el autocontrol, la necesidad de logro, la apertura a nuevas experiencias, la extroversión y la empatía. 

Con Juan Francisco Castro, Pablo Lavado y un equipo del CIUP hemos medido el impacto de algunos de estos rasgos en la población adulta peruana, gracias a una encuesta pionera del Banco Mundial. Así, un bajo nivel de habilidades socioemocionales afecta tanto la decisión de continuar con la educación superior como las condiciones laborales y posibilidades de éxito en el primer empleo posuniversitario. 

¿Cómo compararnos con otros países si no existen pruebas internacionales en estas áreas? El reporte de la CAF “Más habilidades para el trabajo y la vida”, presentado en la Universidad del Pacífico, utiliza la metodología Borghans-Schils y PISA (pruebas estandarizadas de lectura, matemática y ciencias) para captar déficits relativos en habilidades socioemocionales, a través del porcentaje de alumnos cuyo rendimiento decae durante la prueba. 

En países líderes, como Finlandia y Singapur, los porcentajes de estudiantes que responden correctamente las preguntas disminuyen en cuatro a cinco puntos entre la primera y última (de 88% a 84% en el primer caso, y de 83% a 78% en el último). Pero en el Perú la pendiente negativa es cinco veces mayor: va desde 54% de aciertos en la primera pregunta a solo 29% en la última. En proporción, somos con Colombia los países latinoamericanos con mayor tasa de decaimiento en este indicador. Ello denota falta de persistencia y motivación. 

Hugo Ñopo coincidió en destacar estos déficits en áreas socioemocionales como una restricción para nuestro desarrollo. Comparó estos resultados con nuestro desempeño en otras facetas como el fútbol. Somos el seleccionado sudamericano que menos sostiene un marcador favorable en los últimos diez minutos del primer o segundo tiempo de un partido (¡esperamos que el histórico 4-1 ante Paraguay de esta semana, remontando un marcador adverso, sea el inicio de un cambio de tendencia!). 

¿Cómo hacer frente a estos déficits? No hay todavía recetas mágicas desde el sistema educativo, pero un enfoque transversal que incluya la buena crianza, el deporte, el arte y la tutoría permanente parece imprescindible (la presencia de tres ministros en la presentación demuestra la importancia del tema). 

La noticia alentadora es que expertos mundiales, como Heckman y Duckworth, señalan enfáticamente que sí se puede invertir en mejorar estas competencias desde temprano y que su retorno privado y social está por demás asegurado.