La última encuesta de expectativas macroeconómicas del Banco Central de Reserva (BCR) reveló que agosto fue el peor mes del año para la confianza empresarial a corto plazo, al ubicarse en la zona de pesimismo con 45 puntos. Esta cifra es similar a la obtenida en verano del 2017, cuando estalló el Caso Lava Jato.
Los niveles de crispación política alcanzados en los últimos días podrían generar un debilitamiento adicional, dice Francisco Grippa, economista principal para Perú del BBVA Research.
“Difícil decir en este momento cuánto será el debilitamiento [de la confianza empresarial]. Pero si este clima persiste, es probable que haya algún debilitamiento”, subraya.
Para Enzo Defilippi, exviceministro de Economía, la agudización de la crisis política implica mayor incertidumbre, lo cual genera la ralentización de la inversión privada. “Los proyectos de inversión que se habían previsto realizar probablemente sean pospuestos hasta tener un panorama político más claro”, indica.
Por otro lado, resalta Grippa, el deterioro que muestra la confianza empresarial en los últimos meses responde a varios factores, entre los que se encuentran las diferencias entre el Ejecutivo y el Congreso, las bajas tasas de crecimiento de la economía registradas en abril y mayo, y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
INVERSIÓN PRIVADA
El BCR actualizó la semana pasada sus proyecciones sobre el crecimiento de la economía para este año. La entidad estimó que el PBI registraría un crecimiento de 2,7% , inferior en 0,7 puntos porcentuales al que proyectó en junio de este año, y en 0,3 al crecimiento estimado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
El motor que impulsaría la producción nacional, según el BCR, sería la demanda interna. Esta aumentaría en 3% al cierre del 2019. El dinamismo que ha registrado y continuará registrando la inversión privada explicaría el fortalecimiento de este indicador. La entidad monetaria prevé que la inversión privada crezca 4,4% este año.
“[El aumento de las tensiones políticas] puede tener impacto sobre las variables reales. En concreto, sobre la inversión privada; pero va a depender mucho de cómo se desentrampe esto y de cuánto tiempo tome desentramparse. Eso no lo sabemos. Eso lo vamos a ir viendo en los próximos días o semanas”, aseguró Grippa.
A su turno, Defilippi señala que la actual situación política podría ralentizar la inversión privada en los próximos meses.
SALIDAS
Sobre cómo salir de una posible ralentización de la economía, Grippa señala que se puede hacer mediante la política monetaria y la fiscal.
“El BCR redujo la tasa de interés. Eso favorece la demanda de crédito y por lo tanto, el gasto del sector privado. Eso podría continuar. Todavía el BCR tiene espacio [para reducirla más], sobre todo, considerando que la inflación está en niveles reducidos”, afirma.
En cuanto a la política fiscal, indica que se puede implementar estímulos para que los diferentes niveles de gobierno, ejecuten sus proyectos. Pero el problema, precisamente, está en agilizar la ejecución.
Al respecto, Defilippi explica que para salir de una ralentización se necesita mayor gasto de parte del gobierno.
“Lo que hemos visto es una ralentización de la capacidad de gasto, con lo cual no es esperable un aumento en el gasto público”, subraya.