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Las iglesias de Chabuca Granda

Fue un jueves 16 de enero de 1969 que Teresa Fuller contrajo matrimonio con Gustavo Becerra Martens en la iglesia Santa María Magdalena, en Pueblo Libre. Nada tendría de raro si no fuera porque la misa celebrada por el sacerdote Ricardo Wiesse sonó a vals y tondero, a festejo y marinera. Ese día se estrenó la "Misa criolla de bodas" que durante 1968 compuso la madre de la novia, una tal , y que "con los arreglos musicales hechos por Jorge Madueño y Luis Gonzales, fue cantada a seis voces con acompañamiento de guitarras y laúd por Fernando Bacigalupo, Rubén Flores, Ernesto Pollarolo, Julio Poggi, Johnny Román y Enrique Álvarez Moncloa", según reportó por entonces El Comercio. Un regalo de nupcias que cumplirá 50 años y que ha quedado como legado extraordinario de nuestra música.

El próximo 31 de octubre, fecha criollísima, el cineasta Luis Enrique Cam estrenará el documental "Cantar la misa con Chabuca", que se sumerge en esta ambiciosa producción que –inspirada en la reconocida "Misa criolla" del argentino Ariel Ramírez– se propuso revalorar manifestaciones musicales de la costa de nuestro país, como alternativa a temas clásicos como la "Marcha nupcial" de Felix Mendelssohn o el "Danubio azul" de Johann Strauss.

Pero es, a la vez, una forma de sacar a relucir una obra que aún permanece en la sombra. Y es que se trata de una obra algo accidentada, que en los años siguientes a su estreno incluso enfrentó un litigio: la disquera colombiana que se encargó de editar y publicar el disco alteró el orden de los temas, decisión que no dejó conforme a Chabuca Granda. El 'impasse' motivó un juicio que determinó que se detuviera su distribución."La 'Misa criolla de bodas' fue un regalo de Chabuca al pueblo del Perú. Aunque mucho lo desconocen, fue su voluntad expresa que los novios la usen gratuitamente para celebrar este acto religioso", explica Cam sobre la composición.

Para desarrollar su documental, Cam ha recurrido como fuente de primera mano a la propia Teresa Fuller, hija de Chabuca y agasajada con la obra, además de diversos músicos, artistas y varias fuentes documentales que dan cuenta del proceso de composición de la obra. Un trabajo de investigación que comenzó hace dos años y medio y ya afina sus últimos detalles.

CANTO Y DEVOCIÓN
El vínculo de Chabuca Granda con lo religioso no es gratuito. De acuerdo con Cam, quien ha entrevistado a varias personas cercanas a la artista, esta mantuvo una devoción particularmente fuerte hacia tres figuras: la Virgen María, la cruz de Cristo y Santa Cecilia, patrona de los músicos.

Por eso no es una sorpresa que más allá de componer la "Misa criolla de bodas" como obsequio para su hija, la obra permita trazar una conexión más amplia de Granda y Larco con diferentes iglesias de nuestra capital. Como la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (o iglesia de los Huérfanos), donde fue bautizada; o la parroquia de Santo Toribio-La Inmaculada, en la cuadra 3 de la avenida Nicolás de Piérola, donde ella misma se casó en 1943; e incluso la iglesia del Convento de los Descalzos, en el Rímac, que dispuso su baptisterio para que el cuerpo de Chabuca Granda fuera velado tras su muerte, en marzo de 1983.

"Se puede rastrear más de una iglesia con la que Chabuca ha tenido una relación especial –señala Cam–. Y todas están ubicadas en diferentes partes de Lima, como el Cercado, el Rímac, Pueblo Libre y Barranco. Yo incluso veo una interesante posibilidad para desarrollar un recorrido de ligado a la artista". Y con ello redescubrir el encanto de cuando la fe universal y las tradicionales locales se encuentran.

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