La obra se presentará en el Centro Cultural de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón el 24, 25 y 26 de abril. (Foto: Difusión)
La obra se presentará en el Centro Cultural de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón el 24, 25 y 26 de abril. (Foto: Difusión)
Ángel Navarro Quevedo

Desde los frescos de la Capilla Sixtina hasta las pantallas de Hollywood, es una figura recurrente en el imaginario colectivo. Lo hemos visto convertido en mármol por Miguel Ángel, flotando en un cesto por las aguas del Nilo o empuñando las tablas de la ley mientras las nubes retumban a su alrededor.

Apareció en óperas, frescos, vitrales, pero también en el cine, donde su figura fue retratada una y otra vez con distintas intenciones: desde el Moisés patriarcal de “Los Diez Mandamientos” (1956), con Charlton Heston al frente, hasta el héroe dubitativo de “Éxodus: Dioses y Reyes” (2014), interpretado por Christian Bale bajo la dirección de Ridley Scott.

La obra mostrará la obra de Moisés, incluida la apertura del Mar Rojo. (Foto: Difusión)
La obra mostrará la obra de Moisés, incluida la apertura del Mar Rojo. (Foto: Difusión)

La televisión tampoco fue ajena a su magnetismo: ahí están “Moisés y los diez mandamientos”, telenovela brasileña que lo convirtió en personaje de horario estelar, o las versiones animadas para público infantil. En teatro, su historia ha sido llevada a Broadway, al West End de Londres y ahora, en una versión nacional donde nos sigue hablando del poder, el destino y la libertad.

“Es atractivo su figura porque es ver a un hombre con una misión, a la persona que se enfrenta contra dificultades y que busca la justicia; es una historia que conmueve a muchos porque muchas veces queremos pensar que uno solo puede cambiar el mundo”, dice Marcelo Rodríguez, director de la obra “El Príncipe de Egipto” que se presenta en el Centro Cultural de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (Unifé).

La obra busca transmitir los valores de Fe, Esperanza y Valentía y el mensaje de que todos estamos en el mundo con un propósito. (Foto: Difusión)
La obra busca transmitir los valores de Fe, Esperanza y Valentía y el mensaje de que todos estamos en el mundo con un propósito. (Foto: Difusión)

Una historia épica

La adaptación toma como punto de partida el musical homónimo presentado en el Dominion Theatre de Londres, que fue llevado con éxito a escenarios internacionales. Pero aquí no se trata solo de repetir fórmulas extranjeras: esta versión está trabajada para que el público peruano viva su propia experiencia de redescubrimiento con la historia de Moisés, con una lectura sensible y cercana a los tiempos actuales.

Y lo hace con un despliegue que sorprende: 80 jóvenes artistas de los colegios Villa Caritas y San Pedro —entre actores, músicos, cantantes y bailarines— toman el escenario para encarnar esta historia. Con efectos de sonido y música ejecutados completamente en vivo, el espectáculo se propone como una experiencia inmersiva. La escenografía transporta al espectador al antiguo Egipto, con todo el esplendor, el misterio y la tensión de la época: pirámides, carreras de carruajes, desiertos, tronos y el mar que se abre como promesa y amenaza.

La obra nos muestra la lucha de Moisés por cumplir con su misión lo llevará a enfrentar no sólo al Faraón de Egipto, sino a un destino que cambiará el rumbo de la historia para siempre. (Foto: Difusión)
La obra nos muestra la lucha de Moisés por cumplir con su misión lo llevará a enfrentar no sólo al Faraón de Egipto, sino a un destino que cambiará el rumbo de la historia para siempre. (Foto: Difusión)

“La historia de esta adaptación parte del musical de la película de DreamWorks, y también de la necesidad de que el teatro peruano tenga una versión propia de esta gran historia, de una forma en la que todos puedan disfrutar de la historia de Moisés en el escenario”, menciona Rodríguez.

Pero más allá del despliegue visual y sonoro, la obra se construye sobre una base clara: transmitir valores como la fe, la esperanza y la búsqueda del propósito. Moisés, como figura trágica y heroica, es también un espejo para los jóvenes en escena. Es el esclavo salvado que termina siendo guía. El príncipe que descubre que su mayor poder no está en su linaje, sino en su convicción.

Así, entre cánticos, luces y columnas egipcias, el escenario se convierte en desierto y revelación. Y Moisés vuelve, como siempre lo hace, no para que creamos en milagros, sino para recordarnos que la libertad, la verdadera, siempre empieza con un paso firme hacia lo desconocido.

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