Permanecer soltero en China es todo un drama
Permanecer soltero en China es todo un drama
Redacción EC

Por: Adrián Foncillas
(Desde Beijing)
 
Un joven arrodillado entrega un arreglo floral recién hecho a una azorada chica mientras docenas de solteros aplauden su arrojo. Es una de las actividades de la fiesta organizada en las cercanías del lago capitalino de Houhai por Miral Circle, una de las agencias matrimoniales que han proliferado en en los últimos años para resolver un acuciante problema social: las jornadas laborales extenuantes estrangulan el espacio para socializar y la soltería es un oprobio. Solo en , la ciudad más poblada del país, existen censadas unas 130 agencias.

“Mis padres ya me arreglaron citas con pretendientes tan pronto regresé de estudiar en . No voy a los bares, ahí los hombres solo buscan sexo. Aquí la agencia ha filtrado a buenos hombres y hay más posibilidades de éxito”, señala Lu Ya, de 26 años y empleada en un banco estatal chino. “Cuando veo a mis amigas casadas y con hijos, me pregunto por qué yo estoy sola”, añade.
 
"CÁSATE YA"
Es usual que los padres chinos desaconsejen a sus hijos ennoviarse durante sus estudios para evitar distracciones y se lo exijan el día luego de graduarse. En las grandes urbes hay parques donde los padres arreglan citas a sus vástagos tras intercambiar información como si de figuritas de álbum se tratara. Temen que sus hijas acaben sin descendencia ni sustento en un país que ha perdido la red de seguridad maoísta. Hasta los gobiernos locales organizan actos para que los solteros dejen de serlo. Uno reciente en Shanghái atrajo a 20.000 personas.

Un fragoroso e hiperactivo maestro de ceremonias se esfuerza por romper la timidez de los congregados, todos con un número en una calcomanía en forma de corazón. Terminada la cena, llega la hora de las presentaciones. Cada uno se levanta y dice su nombre, edad y profesión. Algunos toman nota en sus libretas. La hora de la evidencia que muchos no han pisado en su vida una pista de baile.

 ¿QUIÉNES LO SUFREN MÁS?
La soltería es más preocupante para las mujeres. Las desparejadas son llamadas ‘shengnu’ (“mujeres sobrantes”) a partir de los 27 años. El término despectivo empezó a usarse durante la década pasada en la prensa nacional. Incluso la web de la Federación de Mujeres de China, de inspiración , incluyó artículos dirigidas a las ‘shengnu’ hasta que el alud de críticas aconsejó borrarlos. “Vamos shengnu”, “El precio de ser shengnu” o “También las shengnu hacen locuras” son programas televisivos que muestran a mujeres en busca de un hombre. También las tiendas online ofrecen productos para facilitar la vida de las ‘shengnu’.

Una de cada cinco chinas de entre 25 y 29 años es soltera. En 1950, las mujeres urbanas se casaban antes de los 20 años; en 1980, a los 25. Hoy lo hacen  a los 27, y el porcentaje de casadas de 35 años supera el 90%. Las solteras sufren el estigma social y la presión del tiempo.

Wang Min, directora de Miral Circle, revela que los hombres lo tienen más fácil porque incluso los viejos encuentran parejas, mientras el mercado expulsa a las mayores de 35. “Ellos buscan que sean guapas, mientras ellas quieren un marido en quien confiar”, juzga.
 
CHOQUES DE GÉNERO
 
SON ELLOS LOS QUE SOBRAN
La paradoja del término ‘shengnu’ reside en su error. Quienes sobran en China son los hombres. Con uno de los desequilibrios de género más acusados del mundo, se calcula que en el 2040 habrá un excedente de 44 millones de hombres.
 
SUSTANCIAL DIFERENCIA
Los solteros son a menudo pobres campesinos sin mucho que ofrecer, mientras que la mayoría de solteras son profesionales urbanas reacias a bajar sus exigencias. “Honesto. Responsable. Cariñoso. Entre 35 y 50 años. Con carrera universitaria”, enumera una mujer de 40 años sus requisitos para los candidatos. “Es que yo he estudiado en Estados Unidos…”, explica.

ELLAS SE REBELAN
Existe un incipiente movimiento de orgullo ‘shengnu’ en China. Una representación teatral llamada “Diálogos de shengnu” fue un éxito meses atrás. En esta, mujeres relataban en primera persona sus experiencias y la lucha contra el estigma sin atisbo de vergüenza.

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