María Cecilia  Villegas

Hoy es, oficialmente, el primer día de clases del 2025. Muchos alumnos irán a sus colegios a conocer maestros y reencontrarse con sus amigos. ¿Pero están nuestros colegios preparados para recibir a los estudiantes? El 51% del total de colegios públicos requiere la sustitución total de su infraestructura. Y otros 15.000 necesitan una sustitución parcial, reforzamiento o intervención contingente de sus edificaciones. Estos colegios recibirán diariamente a cerca de 4 millones y medio de estudiantes, ¿se imaginan qué sucedería si un techo o una pared se cae? En un país donde los puentes se caen, los aeropuertos internacionales no tienen acceso y donde nadie es responsable de nada, hemos dejado a nuestros niños a la deriva y les estamos permitiendo pasar seis horas al día en colegios que no brindan seguridad. Y no hemos mencionado la falta de carpetas, pizarras, infraestructura deportiva ni juegos.

En países como el Perú, la infraestructura educativa tiene especial impacto en el rendimiento escolar. Es, además, un factor que promueve la desigualdad socioeconómica. Así, un estudiante de una familia adinerada obtendrá mejores resultados no solo porque pertenece a dicho estrato, sino porque su colegio tendrá un impacto positivo. Mientras que para los alumnos de los estratos socioeconómicos más bajos ocurrirá lo opuesto, no solo tienen el problema del efecto negativo de su condición, sino que las características de su colegio los perjudican. En el Perú, solo el 13% de los colegios públicos tiene acceso a los cuatro servicios básicos: electricidad, agua, saneamiento e Internet. Y, pese a que el presupuesto del sector aumentó en 50% entre el 2015 y el 2024, el acceso a servicios básicos en los colegios públicos a nivel nacional disminuyó.

Ningún país ha logrado llegar al desarrollo sin priorizar la educación. Por esta razón necesitamos enfocarnos en construir sistemas de educación exitosos. Para lograrlo estos deben estar en constante mejora y centrados en brindar las mismas oportunidades para todos los estudiantes. En nuestro país solo 19 de cada 100 estudiantes de segundo de secundaria entienden lo que leen y solo el 12% puede resolver problemas matemáticos. Y existen enormes diferencias por región. En Loreto, por ejemplo, solo 5 de cada 100 estudiantes entienden lo que leen y solo el 2% tiene resultados satisfactorios en matemáticas. Los aprendizajes perdidos no son recuperados y esos alumnos ven frustrado su futuro.

¿Sabía que en el Perú no hay, realmente, educación gratuita? Los padres de familia, incluso los más pobres, tienen que asumir costos que se convierten en barreras para que los chicos sigan estudiando: transporte, uniforme escolar, útiles escolares y loncheras. A inicios del 2024, solo el 88% de los jóvenes entre 12 y 18 años que debían estar matriculados en algún grado de secundaria lo estaba. Y 1 de cada 4 jóvenes entre 17 y 18 años no ha logrado concluir la secundaria. Necesitamos revertir la deserción escolar y regresar a los estudiantes a las aulas. Eso implica llevar educación sexual integral porque el embarazo adolescente es una de las principales causas por las que las adolescentes abandonan los estudios. En las regiones de la Amazonía, 1 de cada 5 estudiantes ya es madre o está embarazada.

En el Perú existe una clara desigualdad en las oportunidades que tienen los niños dependiendo de su lugar de origen, lengua, nivel socioeconómico y educativo de sus padres. Y esto es algo que tenemos que cambiar porque sin educación de calidad para todos el Perú no será viable.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

María Cecilia Villegas es CEO de Capitalismo Consciente Perú

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