Como nombre del baile, marinera representa el triunfo, excepcional en el lenguaje, de la iniciativa individual. En efecto, esta danza –que data del Virreinato– tenía varios nombres, entre ellos mozamala y zam(b)acueca. En el siglo XIX, tropas del general San Martín llevan la danza del Perú a Chile, donde zamacueca se abrevia en cueca. Posteriormente, la danza regresa al Perú con el nombre de chilena. En 1879, el escritor Abelardo Gamarra, El Tunante, rebautiza el baile como marinera en homenaje a la Marina de Guerra del Perú.