Como una de sus primeras acciones, el gobierno de Manuel Merino —nacido de la decisión del Congreso de vacar a Martín Vizcarra, medida que generó protestas en distintas ciudades— ha designado presidente del Consejo de Ministros a Ántero Flores-Aráoz. Se trata de un político de larga y conocida trayectoria, aunque con un reciente revés en cuanto a la preferencia ciudadana en las urnas: postuló a la presidencia en las elecciones del 2016, quedó en décimo y último lugar, y su partido Orden terminó perdiendo la inscripción.
Detrás de Flores-Aráoz está precisamente un historial como diputado, congresista constituyente y parlamentario entre los años 1990 y 2006. Ello a través de distintas organizaciones políticas, como Fredemo, Partido Popular Cristiano, Perú Posible y la Alianza Unidad Nacional. Además, fue presidente del Congreso entre el 2004 y 2005, durante el gobierno de Alejandro Toledo. Y en el segundo gobierno de Alan García ocupó el cargo de ministro de Defensa desde el 2007 hasta el 2009, saliendo poco después de los sucesos en Bagua.
Hasta hace días, el nuevo primer ministro tuvo una columna de opinión en el diario “Exitosa”. En un artículo del 20 de setiembre, consideró que el actual era “un Parlamento de menor calidad que el anterior” que “con sus medidas populacheras nos hará cultivar un desastre económico”. En tanto, este miércoles, en declaraciones a la prensa, aseguró: “Yo de racista no tengo nada”. Una frase que se suma a otras que Flores-Aráoz ha tenido en los últimos años para expresar sus posturas sobre distintos temas y opiniones respecto a otros políticos, como cuando se refirió a la excandidata presidencial Verónika Mendoza como “sumamente fachosa y guapa”. O como cuando indicó estar en contra de la unión civil y el aborto en casos de violación.
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Antes de jurar al cargo, en diálogo con Canal N, también dijo a título personal estar de acuerdo con una “segunda oportunidad” para las universidades que no fueron licenciadas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y se pronunció sobre las protestas: “Espero que ustedes ayuden en el plan de no estar haciendo como si fuera la protesta muchísimo más grande de lo que es. Una cosa es informar y otra cosa es exacerbar ánimos. Tenemos que tratar de solucionar las cosas, sacar al país adelante”.
En base a ese escenario y, en general, la trayectoria de Ántero Flores-Aráoz, el politólogo e investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Jorge Aragón; el secretario general de la Asociación Civil Transparencia, Iván Lanegra; y el periodista y analista político Pedro Tenorio evalúan la decisión de Manuel Merino de Lama y el nombramiento del nuevo primer ministro.
1. ¿Qué señal da Merino de Lama con la designación de Flores Aráoz?
Jorge Aragón:
Hay una contradicción con el discurso de un Gabinete de ancha base, convocador y la convocatoria de un político que ni cerca se ubica en el centro de un espectro político. En el Perú los políticos no se jubilan fácilmente, pero Ántero Flores-Aráoz era un político en vías de jubilación. Eso demuestra la dificultad que tiene [Merino] para conseguir gente. Es una mala señal para el propio gobierno y el país.
Iván Lanegra:
Ántero Flórez-Aráoz no pertenece a ninguno de los partidos que han tenido participación política en las últimas elecciones. De hecho, los grupos en los cuáles ha participado ni si quiera tuvieron la votación mínima para ser parte del Congreso. Es una persona que no está acompañada de ninguna organización política, para empezar. Está ubicado en el lado derecho del espectro. Si la idea es dar cierta señal de confianza respecto al evidente malestar que hay en la ciudadanía sobre lo ocurrido, su solo nombre no ayuda. Podría conocerse más con el nuevo Gabinete. Las condiciones bajo las cuales está llegando el gobierno son débiles. Un gobierno débil siempre tiene dificultades para conformar equipos. Esa situación vemos ahora, pasa en todo el mundo.
Pedro Tenorio:
Es una clara señal de que Merino está optando por un ‘viejo zorro’ de la política, alguien que suscita críticas y respaldos, pero que calza en lo que se espera de un primer ministro en este momento: que es buscar consensos y apoyo para un ejecutivo que tiene dos labores, controlar la pandemia y acompañar a los organismos electorales en las elecciones del 11 de abril.
Probablemente, Merino necesitaba acercarse más a la población con alguien que tuviera un discurso mucho más vigente que el de Ántero Flores-Aráoz, pero es altamente probable que ello haya sido difícil. Es probable que alguien con un discurso mucho más moderno o cercano a la gente no hubiera aceptado.
2. ¿Puede Flores-Aráoz conjugar distintas posturas en pro del país?
Jorge Aragón:
Nunca ha tenido una posibilidad convocante. Sus posiciones son conservadoras, excesivamente tradicionales, que representan a esa forma de hacer política. Más allá de poco tiempo que podría estar en el cargo, no le veo mayores recursos para revertir la situación. En términos personales es mucho más conocido por sus opiniones fuertes y tajantes, que por una apertura.
Iván Lanegra:
Sus antecedentes están ubicados hacia un sector del espectro. Su trayectoria muestra a una persona claramente comprometida con ciertas ideas y visión, con la cual ha estado muy identificado. Es una visión que no ha tenido presencia política en las últimas elecciones. De allí no vendría algún recurso útil para esta coyuntura tan compleja y difícil. Quizá se pueda tener una idea más acabada viendo en conjunto al equipo de ministros, pero su solo nombre no da esa claridad.
Pedro Tenorio:
Más que representar, el rol de Flores-Aráoz es tratar de empujar una concertación o encontrar un punto medio entre las distintas posiciones que hay en este momento. Dentro de las opciones que puede haber tenido Merino de Lama, que imagino no han sido muchas, esta es la que le garantiza tener un equipo ministerial y tratar de buscar apoyo en otras fuerzas políticas que no ven en Ántero Flores-Aráoz algún tipo de celo político, es un hombre cerca del retiro.
3. ¿Cuál debería ser el perfil de Flóres-Aráoz como conductor del Gabinete y vocero de un gobierno nacido de un proceso de vacancia?
Jorge Aragón:
Está complicado. El encargo que le están haciendo no tiene mucho margen de acción. Tratará de completar el gobierno. Está pendiente quiénes lo van a acompañar como ministros, tal vez exista un poco más de balance entre las personas convocadas. Pero su margen es muy estrecho. Estamos viendo simplemente la necesidad de formar un Gabinete por temas legales, pero no creo que tenga mayor trascendencia. Y no sé si tendrá la capacidad de hacer un contrapeso al presidente, creyera que no, porque el presidente lo designa.
Iván Lanegra:
Estamos ante una situación excepcional, en el que ante la carencia de personas elegidas por el voto popular acudimos a esta figura excepcional de un gobierno interino hasta que haya elecciones. Siendo esa la naturaleza del encargo, la tarea central debería limitarse a asegurar las elecciones bien hechas y garantizar que ninguno de los derechos esenciales se vea afectado. Luego, no tomar decisiones de fondo para las cuales se requiere una legitimidad mayor. Hacerlo podría agravar el problema de confianza. Hacer modificaciones en distintas áreas de las políticas públicas no teniendo una legitimidad ni proveniente de los votos ni del apoyo popular es muy riesgoso. Lo mismo el Parlamento. En esas circunstancias, no se adoptan decisiones como si fuera un gobierno ordinario, sino interino a fin de llegar al 11 de abril y empezar un proceso de transferencia de poder.
Pedro Tenorio:
Probablemente necesitábamos un jefe de Gabinete con otros atributos, pero es la decisión que ha tomado Merino. Flores-Aráoz no va a cambiar de ahora en adelante, sino que va a continuar un poco en la línea que todos le conocemos, con sus pro y contras, luces y sombras. Para ocho meses, en medio de una crisis económica, de salud y política no hay tantas personas dispuestas a aceptar, pero Flores-Aráoz seguramente va a apelar a viejos conocidos. A personas que han trabajado antes con él, que coinciden con su línea de pensamiento, que es conservadora. Merino requiere de alguien que le dé un soporte hacia la opinión pública y también hacia los partidos.
4. ¿Qué tipo de relación se vislumbra entre Ántero Flores-Aráoz y el Congreso?
Jorge Aragón:
Tiene la posibilidad de tener una relación menos tormentosa. El tema es que este Congreso es impredecible. En este minuto se han puesto de acuerdo. Flores-Aráoz está mucho más cercano a los grupos más tradicionales. Eso también es una fuente mayor de inestabilidad, porque bien podríamos ver un cambio en la correlación de fuerzas en el Congreso.
Iván Lanegra:
Es un gobierno surgido de una coalición de grupos en el Parlamento que han decidido la vacancia. Al menos con ese grupo, habrá inicialmente algún acuerdo. Ya dependerá de los temas o cuestiones concretas que se vayan viendo si hay discrepancias. Esto se aleja de un gobierno presidencial. Tenemos a un gobierno designado por el Parlamento.
Pedro Tenorio:
Hay una señal preocupante. Los partidos han encontrado la excusa ideal: vamos a dejar en libertad al presidente Merino para que forme Gobierno y haya división de poderes. Pero en realidad no se quieren comprometer en medio de una campaña electoral ante la posibilidad que haya problemas, se ahonde la crisis o haya dificultades en el combate a la pandemia. No quieren cargar con el costo político que va a traer la vacancia.
5. ¿Qué mensaje da el primer ministro con sus declaraciones sobre las universidades y las protestas?
Jorge Aragón:
Es preocupante. Asumamos el beneficio de la duda, que no va a ser un gobierno para defender y hacer avanzar intereses particulares, que no le convienen al país. Una declaración de ese tipo es ir formando la posición de nuevo gobierno para repensar la reforma universitaria, hacerle perder peso a la Sunedu. En cuanto a las protestas, tiene que hacer eso porque es representante del gobierno. Pero le gana su propia concepción de la política: muy distante del derecho de los ciudadanos a protestar y de ser protegidos en su derecho a la protesta. En conjunto, preocupa mucho más y no ayuda.
Iván Lanegra:
Lo que están haciendo los medios es cubrir la molestia y acciones de la ciudadanía en las calles. El motor de esto no son los medios, claramente, sino lo que ha ocurrido en el Parlamento. Desconocer eso es empezar mal en una relación que debería empezar por reconocer la debilidad del gobierno. Sobre la política universitaria, en la misma línea. Son políticas que se deben cambiar por autoridades que gocen de la posibilidad del mandato popular directamente. Un gobierno interino está para gestionar el país hasta que haya elecciones, ese es todo su mandato.
Pedro Tenorio:
Son declaraciones del momento que podemos criticar o comprender, pero que una vez juramentado se tienen que contrapesar con las acciones. Sería un error enorme ir en contra de la Sunedu. Tiene un pasado como abogado de alguna de esas universidades, pero ya no lo es en este momento. Como dice el viejo adagio: por sus obras los conoceréis. Lo que importa más allá de las declaraciones, que pueden responder al momento o a ir fijando una posición que vaya a ir adecuando en el camino, lo que importa son las acciones concretas. Es decir, a quién se nombrará en el sector Educación, qué medidas se van a tomar. Las declaraciones son preocupantes, pero vamos a ver cómo se traducen en acciones.
6. En un clima de crisis, ¿su designación le suma o resta al gobierno?
Jorge Aragón:
Resta en una operación matemática que ya venía a la baja. Un grupo de gente ha tenido la oportunidad de hacerse del gobierno. No hay un escenario positivo de muchas cosas por ganar, y menos para el país. Lo que más preocupa es que entramos a ocho meses de un manejo muy discrecional del poder, de la política, las finanzas públicas y de hacer avanzar agendas particulares. Podría haber alguna suma en el sentido de no seguir polarizando y no crear más inestabilidad, pero volvemos a sus declaraciones iniciales y no hay mucha coherencia entre ese rol más mediador, conciliador, y lo que finalmente comenta.
Iván Lanegra:
Hay que evaluar al Gabinete completo y las declaraciones que se vayan haciendo. Su solo nombre no ayuda a saber exactamente si se va a poder enfrentar los tremendos desafíos que vienen en estos meses. El hecho de que hasta el momento no sepamos quién más lo va a acompañar es un indicador de esa situación de intranquilidad. Han pasado dos días sin conformar el Gabinete.
Pedro Tenorio:
No sabemos cuáles eran las otras opciones, es bien fácil decir que ha sido un error del presidente Merino si de pronto no había nadie más dispuesto a aceptar el cargo. Pero sin menoscabar el derecho que tienen las personas a estar en contra y reclamar, en este momento político de ocho meses de gestión, si ha sido una decisión acertada o la menos mala, va a depender de lo que encaren Merino y Flores-Aráoz en los próximos meses. La vacancia presidencial fue el error de origen y a partir de ahí es fácil cometer errores. Flores-Aráoz estaba prácticamente en el retiro político, estaba más como observador que agente activo. Vamos a tener una mejor idea en función a cuál es el Gabinete que logra articular y cuáles son las medidas que se tomarán de forma concreta.