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Por supuesto que esto puede ser motivo de discusión, pero tal vez no haya rol más memorable en la prolífica carrera de que el de Mónica de Altamira en la inolvidable telenovela “Corazón Salvaje” (México, 1993), ello junto a otro inmortal como fue el actor Eduardo Palomo. Aquel protagónico le dio la consagración internacional que tanto buscaba desde que se hiciera conocida a los 17 años tras su participación en “Los ricos también lloran” (¿se acuerdan? La hija falsa de Verónica Castro). Y desde ahí no pararía llegando a grabar proyectos en diversos países de América Latina.

La historia, escrita por Caridad Bravo Adams, ha sido, de hecho, una de las que más vendió Televisa a otras televisoras del mundo entero, significándole millones de dólares en ganancias. En esta, ella interpreta a una señorita de la alta sociedad de fines del siglo XIX y principios del XX que tiene una explosiva historia de amor con Juan del Diablo, un pirata e hijo ilegítimo de un terrateniente de la ciudad costera de Puerto Vallarta.

La telenovela, considerada ya de culto y aún retransmitida a la fecha, fue un fenómeno de audiencias en su momento por numerosos factores. El primero tenía que ver con el guion en sí, brillantemente escrito, de época. Otro por el elenco, integrado estelarmente también por Ariel López Padilla, Ana Colchero, Claudia Islas y Enrique Lizalde. Sin embargo, sería la extraordinaria química entre los protagonistas la que haría de Mónica y Juan una legendaria pareja de la ficción. Si a eso suma la carga erótica que el proyecto tuvo, atípico en los relatos televisivos mexicanos, boom.

Contó la misma Edith González en entrevistas que ella tuvo que pasar un proceso de casting para conseguir el papel, pues este estaba pensado inicialmente para la actriz Erika Buenfil. De la misma manera ha relatado que Palomo fue casi de los últimos en ser elegidos, luego que el cantante Ricardo Arjona declinara el ofrecimiento del rol. En ese momento él estaba en la picota de la popularidad.

“Antes de entrar a escena, todo el tiempo nos besuqueábamos Eduardo y yo. No andábamos... pero era un gozo y un placer besuquearnos. Nos besuqueábamos riquísimo”, confesaría González pícaramente en conversaciones con la prensa años después de que Palomo falleciera de un paro cardiaco en el 2003 en la ciudad de Los Ángeles. “Era un gran actor, muy comprometido con su trabajo. Tan metido en su papel que él hablaba y a una se le caía la baba. Era Juan, tal cual”.

Lo más triste para los seguidores de la telenovela – aún hoy hay importantes clubes de fans en Italia- fue conocer que se gestaba la segunda parte de esta poco tiempo antes de que él muriera súbitamente. En una entrevista con Cristina Saralegui, él y González habían confirmado que se estaba en conversaciones y que ambos estaban muy interesados en el proyecto. Lamentablemente este nunca pudo concretarse.

Y como recordar es volver a vivir, algunas de las escenas románticas de aquella emocionante historia de amor.

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