Los investigadores descubrieron que al final del tratamiento la persona con discapacidad fue capaz de realizar una contracción intencional de los músculos de la pierna, lo que le permitió no solo estar de pie, sino también caminar. (Foto: stevepb en Pixabay. Bajo licencia Creative Commons)
Los investigadores descubrieron que al final del tratamiento la persona con discapacidad fue capaz de realizar una contracción intencional de los músculos de la pierna, lo que le permitió no solo estar de pie, sino también caminar. (Foto: stevepb en Pixabay. Bajo licencia Creative Commons)
Daniel Macera

En el Perú, alrededor del 5,2% de la población tiene algún tipo de , lo cual representa a más de 1,7 millones de personas, según estimados del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En este sector poblacional, de acuerdo a los últimos datos publicados (2012), la tasa de desempleo ascendía al 12,1%, lo que coincide con las proyecciones realizadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que estima que esta cifra casi triplica al del a nivel nacional (4,3%).

Según información de la OCDE, en 27 países miembros las personas con discapacidad en edad de trabajar, en comparación con sus pares sin discapacidad, experimentaban desventajas significativas en el mercado laboral, tenían peores oportunidades de empleo y sufrían desventajas para la contratación.

“Lo primero que se tiende a hacer es subestimar a las personas con discapacidad, confundiendo la discapacidad con lo que es la incapacidad”, afirma Roberto Villamil, especialista en actividades para empleadores en la OIT, a Día1.

Según el experto, el prejuicio radica en que no pueden cumplir con ciertas tareas o generan altos riesgos para las empresas (por ejemplo, serían más propensos a tener accidentes), cuando en realidad “solo necesitan que existan algunos ajustes razonables, como adaptar algunas herramientas o contribuir a generar un ambiente seguro de trabajo”.

Dentro del panorama peruano, un porcentaje significativo de personas con discapacidad (61,4%) cuenta con más de una discapacidad, siendo física (59,2%), visual (50,9%) y auditiva (33,8%) las más comunes entre ellas. Las personas con discapacidad intelectual presentan la tasa de desempleo más alta (16,6%).

BENEFICIOS POR DESCUBRIR

De acuerdo con la normativa para las personas con discapacidad existente, las entidades públicas están obligadas a contratar personas con discapacidad en una proporción no inferior al 5% de la totalidad de su personal, y los empleadores privados con más de cincuenta trabajadores en una proporción no inferior al 3%.

Para Villamil, no obstante, se tiende a cumplir con lo mínimo indispensable, ya que hay prejuicios y desinformación sobre dónde buscar gente de estas características, lo que no promueve el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles a los cuales está comprometido el Perú.

Hay razones claras que han sido demostradas con experiencias, señala, que sustentan por qué la incorporación laboral de personas con discapacidad trae beneficios al negocio: mejora el clima laboral, cambia la actitud de los trabajadores, elimina estereotipos y disminuye el ausentismo, entre otras razones.

Tienen un alto grado de compromiso por la oportunidad que se les brinda y ese efecto se traslada al resto de trabajadores”, observa.

Así, la resolución de problemas y adaptación para enfrentar situaciones adversas –algo con lo que deben convivir estas personas día a día– se convierten en sus cualidades destacadas.

ALIANZA SOSTENIBLE

Para inspirar acción alrededor de los temas de sostenibilidad, la ONU, Perú 2021, KPMG y El Comercio lanzaron la iniciativa Perú por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (PODS). El proyecto busca impulsar la Agenda 2030, así como las 17 metas que la sustentan.

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