Víctor Gobitz

El pasado 22 de abril, por la tarde, en un accidente que está aún en investigación, perdió la vida mi amigo y colega, Edwin Colque Calisaya.

Lamento que las imágenes del accidente hayan sido difundidas y comentadas con escaso conocimiento de los hechos, y sin ninguna consideración hacia su familia y hacia todos quienes conocimos a Edwin. Lo que corresponde es que conozcan su historia de perseverancia y talento, atributos que lo caracterizaban y que conocí a través de nuestras tertulias a 4.500 msnm.

Nacido en Moquegua, Edwin me contó que conoció a Nancy, su esposa, cuando él tenía 19 años y ella tan solo 16. Es decir, estuvieron juntos 27 años. Realizó sus estudios escolares en esa misma región y postuló a estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. Al no ingresar, decidió postular a la Universidad Nacional Jorge Basadre de Tacna, a la especialidad de Ingeniería de Minas, para ‘asegurarse’ el ingreso y luego trasladarse a Ingeniería Civil. Sin embargo, una primera visita al campamento de una mina lo convenció de que su destino era ser minero.

Siendo aún estudiante universitario, nació su primer hijo, Fabián, lo cual le impuso más obligaciones pero, a su vez, más determinación para estudiar y destacar en la profesión que había elegido.

En una convención minera organizada por el Instituto de Ingenieros de Minas (IIMP), él ganó un concurso universitario con la mejor síntesis del evento. De alguna manera, a partir de esa fecha, su nombre comenzó a destacar en la industria. Su esposa me precisó recientemente que esa monografía ganadora -a diferencia de la presentada por sus competidores, que tenían acceso a una computadora- Edwin la escribió a mano y con letra de imprenta, confirmando que siempre el fondo es más relevante que las formas.

Edwin fue el hermano mayor de tres hermanos, y su destacado desarrollo profesional lo convirtió en el referente para los menores, quienes ahora trabajan en la minería cuprífera del sur de nuestro país.

Fue practicante en Minera Yanacocha, donde le renovaron su contrato laboral durante 3 años consecutivos; pero su espíritu inquieto y decidido lo llevó, junto con Nancy y el pequeño Fabián, a trabajar en la minería a tajo abierto de Chile; ello le permitió conocer también operaciones mineras en Canadá y Estados Unidos.

Trabajando en Chile, recibió una noticia familiar que venía anhelando junto con Nancy: su familia creció con la llegada de su segunda hija, Arianne, quien nació en las tierras vecinas del sur. Al poco tiempo, recibió otra noticia auspiciosa de índole laboral: le ofrecieron reincorporarse al equipo profesional de Minera Yanacocha, donde a lo largo de 15 años ascendió en la organización hasta alcanzar la posición número dos de esta importante mina. En dicho período, también estudió una Maestría en Gestión Minera.

Trabajando en Compañía de Minas Buenaventura, que era uno de los principales accionistas de Yanacocha, pude apreciar su conocimiento técnico y su capacidad para comunicar, de manera efectiva, la integración de la planificación de largo plazo con las decisiones operativas de corto plazo.

Más adelante, ante una propuesta formulada por Isidro Oyola, Edwin llegó a Antamina, primero como Gerente de Servicios Técnicos y luego fue promovido al cargo de Gerente Senior de Operaciones. Recuerdo de nuestras conversaciones en ese período la nostalgia que lo embargaba por tener que vender su casa en Cajamarca y mudarse a Lima.

Dentro de los distintos rasgos personales que distinguían a Edwin, además de su capacidad de análisis y síntesis, debo destacar su liderazgo basado en la sencillez, la empatía y su compromiso con su equipo de trabajo.

Todos sus amigos tenemos una congoja muy profunda, pero sabemos que no es comparable al pesar y tristeza que este momento acompaña a Nancy, Fabián y Arianne.

Querido Edwin, ante el epitafio corresponde decirte que tu historia de superación deja una huella indeleble en todos quienes te conocimos. Descansa en paz.

Víctor Gobitz es presidente de Quilla Resources

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