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A medida que avanzan las negociaciones para alcanzar un tratado de libre comercio (TLC) con Turquía salen a flote los temas más difíciles. En este caso, Silvia Hooker, gerenta de comercio exterior de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), ha identificado dos sectores que presentan dificultades para que las tratativas avancen más rápido: el metalmecánico y el rubro textil-confecciones.
“Turquía es un país industrializado, es el octavo productor de acero y es considerado la fábrica de Europa”, dice Hooker. El país euroasiático produce más de 34 millones de toneladas de acero crudo al año, según la Asociación de Productores de Acero de Turquía, lo que lo convierte en un importante proveedor de maquinaria y bienes intermedios para la industria.
Por su parte, el Perú produce al año 1,14 millones de toneladas de acero crudo al año, según la Asociación Mundial del Acero.
En cuanto al sector textil-confecciones, Turquía tiene costos bajos de producción y alta tecnología no solo en maquinaria, sino también en las llamadas fibras inteligentes que hacen más competitiva su industria.
Según la guía de mercado de Turquía, elaborada por Prom-Perú, este sector genera cerca del 40% de las exportaciones del país. “Con todas estas características, las oportunidades de aprovechamiento del acuerdo para el sector manufacturero son escasas”, menciona Hooker.
ALTERNATIVA
La representante gremial señala que una alternativa para aprovechar un TLC con Turquía es que el equipo negociador peruano cree el marco para que se generen encadenamientos productivos y juntos venderle a la Unión Europea (UE).
“Para ello es necesario pedirle a Turquía que inicie el trámite ante la UE para que permita la acumulación de origen con el Perú. Creo que este trámite no sería muy complejo, porque al formar parte de una unión aduanera con el bloque europeo hay mucha cercanía a sus autoridades de comercio”, dice Hooker.
Esta complementariedad ya ha sido vista por los ministros de Comercio de ambos países y están promoviendo una misión comercial y tecnológica del Perú a Turquía –en forma paralela a la ronda de negociaciones– para que el sector privado encuentre puntos en común y hagan negocios.
