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“Se está volviendo muy difícil producir en Broadway”
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“Se está volviendo muy difícil producir en Broadway”

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Cuando tenía seis años, su abuela Hilda lo llevó al teatro. “Vas a ver a los artistas que salen en la televisión”, le dijo. Era la obra Los ojos llenos de amor, producida por Osvaldo Cattone, con las actuaciones de Regina Alcóver y Camucha Negrete. El pequeño quedó entonces impresionado por las luces y la magia del escenario. Tiempo después, presenció el musical Mi muñeca favorita y descubrió que las canciones y los bailes también podían formar parte de una historia. Al final de la función, vio cómo los actores bajaban a la platea para entregar flores al público y quedó maravillado. “Después de haber vivido esa experiencia —recuerda— el teatro se quedó en mi corazón”.

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Con los años, Arana se fue a vivir a Estados Unidos y ahora es uno de los productores más reconocidos de Broadway, con tres premios Tony por obras como La Cage aux folles, Pippin y Skylight. Hace una semana, estuvo de paso por Lima para anunciar el I Encuentro de Teatro Musical en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), y para conversar con estudiantes y público sobre los desafíos de producir en la meca del teatro mundial.

―Esa fascinación por el teatro que sintió de niño no lo llevó a ser actor o director, sino productor, ¿cómo fue ese proceso?

Yo creo que el teatro es muy colaborativo. O sea, si no hay un buen productor, un buen director y un buen actor, no funciona esto de contar historias. Pero la visión general de crear el proyecto es del productor… Y todo es muy complicado, porque imagínese: está la parte financiera, la parte de obtener los derechos internacionales, si es una obra internacional, la parte de escoger el equipo, quién va a ser el director, quiénes van a ser los actores, cuándo vamos a estrenar, cómo va a ser la campaña de marketing. Hay mucha gente involucrada para que una obra sea un éxito, y todo tiene que estar muy coordinado.

Vista exterior de un teatro cerrado después de que Nueva York cancelara todas las reuniones de más de 500 personas debido a la COVID-19 el 13 de marzo de 2020 en la ciudad de Nueva York, NY. El presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia nacional el viernes. Más de 1600 personas dieron positivo en la prueba de COVID-19 y 41 fallecieron. (Foto: Getty Images)
Vista exterior de un teatro cerrado después de que Nueva York cancelara todas las reuniones de más de 500 personas debido a la COVID-19 el 13 de marzo de 2020 en la ciudad de Nueva York, NY. El presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia nacional el viernes. Más de 1600 personas dieron positivo en la prueba de COVID-19 y 41 fallecieron. (Foto: Getty Images)
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―¿En qué cree que radica el secreto de su éxito?

Bueno, lo primero que siempre he dicho es que nunca hay que olvidarse de la suerte, porque nadie que yo conozca no te va a decir que un poquito de suerte hay que tener. ¿Dónde radica el éxito? Yo creo que en trabajar consistentemente. Es saber escoger y observar el ambiente para intuir qué le va a gustar a la gente, y ser persistente. La primera obra que yo hice en el Perú (El chico de Oz), me tomó nueve años poder llevarla a cabo, desde conseguir los derechos, conocer al actor que pudiera interpretarla (Marco Zunino), trabajar con Preludio, conseguir el Teatro Municipal, y en todo ese camino se presentaron muchas dificultades. Es un proceso largo y estresante, porque finalmente nadie tiene la fórmula de qué va a funcionar y qué no. No hay una varita magica aquí.

―¿Cómo sobrevivir en Broadway, en la meca del teatro mundial?

Yo creo que más que sobrevivir es hacer lo correcto y tener como un sexto sentido de los proyectos. Si algo no me gusta, yo no me involucro, porque en Broadway no es que haya un solo productor, sino somos, en realidad, un grupo de productores porque los costos son demasiado altos… Hay productores que son completamente financieros, solo les importa saber si van a vender todas las entradas, pero hay productores creativos que quieren contar una historia, yo me inclino más ahí. Yo quiero que la gente salga feliz del teatro, así haya visto un drama. Cuando hicimos Skylight la gente salía y decía: “¡Qué tal obrón!”. Cuando hice en Lima El discurso del rey, en el restaurante la gente me paraba y me decía: “Por favor, siempre ven y haz obras en el Perú”. Eso para mí es un orgullo.

―Con las políticas migratorias del presidente Trump se ha visto afectado el turismo en Nueva York, ¿esto ha repercutido en Broadway?

Hasta ahora no sé si por política ha habido alguna diferencia. Lo que está pasando en Broadway, que es un problema, son los altos costos... Cualquier cosa que se hace en Nueva York es más caro que en otra parte del mundo: las agencias de publicidad, el alquiler del teatro, los pagos a los actores, a los carpinteros que diseñan el escenario, todo es carísimo. Entonces llega un punto en que si uno no sube las entradas para cubrir todos esos gastos no funciona como negocio. Y si uno sube las entradas como las tiene que subir, la gente no va a pagar esos precios, a menos que tengas a George Clooney en el escenario. Por eso, últimamente se está volviendo muy difícil producir en Broadway. Durante una época, después de la pandemia, tuvimos ayuda del Gobierno, pero hasta ahora nadie ha encontrado la solución a esto.

―Cuénteme sobre su presencia en Lima, ¿cómo ve las posibilidades del musical en el Perú?

Bueno, vine por invitación de la UPC para contar a los alumnos de Artes Escénicas un poco lo que yo he hecho en Estados Unidos… No se trata simplemente de estudiar por estudiar, sino pensar que los sueños pueden hacerse realidad. Y eso sucede por el trabajo, la dedicación, por saber rodearse de las personas adecuadas. Yo siempre he dicho que los peruanos somos muy teatreros. Nos gusta el teatro, pero lo que falta es infraestructura y el sistema no te da para hacer una temporada de seis meses o un año, como ocurre en otras partes.

―Eso porque los directores y actores se ven obligados a realizar diversas actividades

Acá los actores están desde las ocho de la mañana haciendo una telenovela. Terminan la telenovela a las cuatro y media, a las cinco tienen que lidiar con el tráfico para llegar al teatro y dar todo de si en una función. Igual el director es, generalmente, profesor en una universidad, está haciendo otras actividades, y entonces todo se vuelve más difícil para todos… Yo he visto aquí muy buenos directores, actores, técnicos. Lo difícil es ponerlos a trabajar a todos juntos por los horarios. Por ahí, quizás faltan áreas específicas. Por ejemplo, la iluminación es bien difícil. El iluminador, generalmente, tiene que sentarse con el director desde el principio para conocer su visión y cómo va a desarrollar la obra. Acá se ve como algo solo técnico, pero una iluminación puede cambiarte totalmente una obra.

―¿Qué obra le gustaría realizar en el Perú?

Si tuviera todo lo que necesitaría, me gustaría hacer Miss Saigon, una obra cantada de los mismos autores de Los miserables. Pero es una obra tan grande que como productor me demoraría dos o tres años en planificarla, pero ese es mi sueño.

Más información

El I Encuentro de Teatro Musical está proyectado para el próximo 14 y 15 de noviembre, organizado por la carrera de Artes Escénicas de la UPC. Reunirá a docentes, estudiantes y profesionales del medio nacional. El programa contará con mesas de diálogos, clases maestras y funciones. 

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