Elaine de Kooning: Es difícil retratar un mundo de hombres
Elaine de Kooning: Es difícil retratar un mundo de hombres

Audaz e imbatible, Elaine de Kooning se hizo conocida como la feroz promotora de su marido, el genial Willem de Kooning (1904-1997). Sin embargo, su propia obra –celebrada por determinados grupos de conocedores– quedó oculta para los grandes públicos.

Hoy, The National Portrait Gallery de Washington D.C. presenta una exhibición única y capaz de acercarnos al genio de una mujer como pocas. "Elaine de Kooning: Portraits" nos conduce a una de las obras más inesperadas de una artista del siglo XX. Porque aunque sus seguidores sabían que Elaine había realizado retratos de sus amigos y que incluso el presidente Kennedy había posado para ella, nadie había sido capaz de considerarla una retratista y la relacionaban más bien con el expresionismo abstracto. Pero el conjunto de obras que se presentan en la exposición supera las expectativas. A partir de una atenta mirada es claro que Elaine de Kooning era capaz de conjugar sus ideas artísticas con la capacidad de captar la esencia de las personalidades que posaron para ella. Especialmente de los hombres.

COMPETENCIA DE PAREJA
Elaine Marie Catherine Fried (1918-1997) nació y creció en Brooklyn, Nueva York. Hija de un hogar católico disfuncional, supo encontrar su camino hacia el arte. Pagó sus estudios trabajando como modelo para clases de arte y desde joven frecuentó El Club de Nueva York. Era una de las pocas mujeres que participaron de ese círculo, compuesto por artistas e intelectuales, y fue allí que conoció a Willem de Kooning.

Fue un encuentro crucial para ambos. Pero no todos sus biógrafos se ponen de acuerdo a la hora de evaluar los pros y los contras de aquella unión. Uno se nutrió del otro, y lo que comenzó como una seducción habría de impactar en la escena artística norteamericana. Lo cierto es que después de años de lucha y aprendizaje, fue ella misma quien eligió ser conocida más como una crítica de arte, profesora y escritora de la revista “Art News”. Y se dedicó a promover la obra de su marido.

Pero no fue una historia de a m o r convencional. Ambos c o m p e t í a n en la vida diaria y mientras el mundo contemplaba con admiración el arte de Willem, dejaba de lado el de Elaine. Con el tiempo los respectivos temperamentos, las infidelidades de ambos lados y el alcohol los separó. Aunque volvieron a vivir juntos ya mayores.

KENNEDY, PELÉ Y LOS DEMÁS
"Elaine de Kooning: Portraits" es también una oportunidad de entrar al terreno más privado de la artista porque podemos compartir con ella su visión de las personalidades retratadas. Un Frank O’Hara de cuerpo entero y sin rostro es muy revelador, como el desafiante Merce Cunningham en mallas. Los mismos retratos que hizo de su marido, con la mirada directa, inquisitivo y cómplice a la vez. Son imágenes que hablan por sí solas, creando una tensión entre el observador y el modelo.

"Lo que pasa con la gente a la que uno conoce tan íntimamente es que ya no tienes que mirarla", comentó sobre el retrato del escritor Frank O’Hara. "Primero pinté la estructura completa de su rostro; entonces, borré la cara. Y cuando la cara desapareció, era más Frank que cuando la cara estaba ahí".

Por supuesto, uno de los grandes atractivos de la muestra es el conjunto de retratos, bocetos y dibujos del presidente John F. Kennedy. Elaine viajó a Palm Springs para conocerlo y realizar los bocetos. Comentó a sus amigos lo difícil que había sido debido a los pocos momentos en que el presidente estuvo quieto. Siempre alguien entraba con un papel para ser revisado, o una llamada de teléfono interrumpía la sesión. Al volver a Nueva York se aisló durante meses para terminar el retrato. Y, de pronto, la terrible noticia: Kennedy había sido asesinado. La tragedia confinó a Elaine a casi un año en el retiro.

Uno de los retratos que llama la atención en la muestra es el de Pelé. El rey del fútbol posó para De Kooning en setiembre de 1982. Se reunieron en el estudio de la artista pero ella insistió en que posara afuera. "Pelé no es un hombre de estudio", comentó Elaine a un reportero que cubrió la sesión. "Obviamente su lugar es al aire libre". Se sintió muy có- moda con el futbolista brasile- ño e incluso comparó la labor de un artista con la de un atleta. Habló de disciplina, empe- ño, superación. "Pelé me entiende", puntualizó.

"Los retratos de Elaine son empáticos y aterradoramente agudos", comentó Fairfild Porter, a quien también pintó. "Elaine de Kooning: Portraits" permanecerá abierta al público hasta enero del próximo año.

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