Creer que a Charles Walker lo une al Perú solo “La rebelión de Túpac Amaru” –el segundo libro más vendido de la reciente Feria Internacional del Libro de Lima 2015—sería un gran error..
Este historiador 'gringo' de ojos azules que llegó al Perú en 1979, se casó con una peruana, es hincha de Alianza Lima y muere por el ceviche, pero tiene aún varias páginas de su historia personal por escribir.
Dos días después de saborear la gloria en la feria del Libro (un auditorio repleto acogió a la presentación de su libro sobre la rebelión que encabezó José Gabriel Condorcanqui Noguera contra las fuerzas realistas), Charles Frederick Walker Hand o simplemente Chuck se sentó a conversar con El Comercio sobre ese azar que lo trajo hace 36 años a este país.
Año 1976. Un adolescente estadounidense llegaba a Tucumán, Argentina, para estudiar, gracias a una beca, la educación secundaria. Un mundo completamente distinto a miles de kilómetros de su lugar de nacimiento. Era una época sin celular, Internet y mucho menos Facebook. Chuck cree que para su madre fue un sacrificio dejarlo ir solo y siendo un adolescente a una zona tan distante. Bastaría una corta temporada en esta provincia del noroeste argentino para que el 'gringo' se convenza de que debía volver a Latinoamérica en la primera oportunidad que se le presente.
Ya en pregrado, Chuck buscó la forma de inscribirse en un programa de intercambio estudiantil que patrocinaba la Universidad de California en Berkeley. Confiesa haberse inscrito casi corriendo y “en el último día del plazo”.
-¿Por qué decidiste estudiar historia?, le pregunto.
-“Siempre me gustó leer. Había pensado en sociología, pero no me llamaba la atención mucho la teoría. La historia siempre me apasionó”.
Hijo de maestros de escuela, Charles fue un alumno promedio, ni muy malo ni muy brillante. Pero su esfuerzo y perseverancia haría que su elección académica rinda frutos. Y el éxito de “La rebelión de Túpac Amaru” es solo una prueba más de esto.
EL AMOR ES DE COLOR BLANQUIAZUL Lima. Agosto de 1979. Charles Walker tenía solo tres días viviendo en este país y ya estaba rumbo a Matute. Un amable ‘casero’ del mercado de Surquillo no tuvo mejor idea que llevar al 'gringo' a ver jugar a Alianza Lima.
“Tenía un casero en Surquillo. En su puesto solía almorzar. Me llevó a la cancha y eso me marcó”. Amor a primera vista. Chuck se hizo hincha del equipo con mayor historia en el Perú. El cariño que le tomó al club fundado en 1901 y al fútbol peruano de los ochenta, lo llevó a presenciar como un peruano más varios de los hoy desaparecidos 'tripletes' (partidos que se jugaban en una misma cancha a las 11:30 a.m, 1:30 p.m y 3:30 p.m).
-¿No te daba miedo Matute, más aún si conocías tan poco Lima?, le pregunto.
-Nunca me pasó nada. Un amigo de Surquillo me llevaba. Creo que se sorprendían de ver a un 'gringo' y no pasaba nada.
Charles dice que por entonces jugaba mejor al fútbol que hoy. Peloteaba con algunos amigos de la zona donde vivía en una pensión de Miraflores. Todo mientras cumplía su intercambio en la Pontificia Universidad Católica de Perú.
Entre las visitas al mercado de Surquillo, los fines de semana en Matute para ver los ‘tripletes’ y las salidas con las amistades, surgió lo inevitable: el amor.
Los ojos de Chuck brillan aún más cuando me habla de Zoila Mendoza, la antropóloga que atrapó su corazón y con la que se casó muy joven en 1983. “Ella siempre me pareció una chica muy valiente y responsable. Era deportista y hasta jugó en la preselección de vóley de Perú”, dice orgulloso. Para suerte de la pareja, ninguna de las dos familias puso impedimentos a ese amor poco convencional para el Perú de inicios de los ochenta.
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Chuck vistiendo la camiseta blanquiazul junto a su esposa, Zoila. (Foto: Facebook personal)
El papá de Zoila, un militar retirado experto en historia, encontró en su futuro yerno a un carismático cómplice, quizás al hijo atento que todo hombre hablador necesita al lado. “Tuve suerte. Mi suegro era militar jubilado y se dedicaba a la historia. En mí encontró por fin alguien que escuche sus historias sobre Cáceres”. El 'gringo' de ojos azules se ganó al suegro con facilidad.
Y en Estados Unidos, el respeto hacia Zoila también ayudó a que las cosas funcionen. Chuck confiesa que su madre fue viendo en su nuera no solo una buena esposa sino que con el paso de los años también a una mamá muy responsable.
LA HIJA Y EL COCHEBOMBA Entre 1988 y 1990, Charles y su esposa trabajaron en Cusco. Él investigando para un nuevo libro y ella haciendo trabajo de campo. De los tres años en el ombligo del mundo recuerda no solo la belleza de la ciudad sino todo lo que aprendió del contacto con personas e investigadores especializados en historia peruana.
“Creo que esa etapa de mi vida fue fundamental. Vivir en Cusco tres años me ayudó y enseñó mucho”, rememora casi con gratitud. Eran los tiempos en que la celebrada gastronomía peruana ni siquiera asomaba y a los 'gringos' se les ofrecía pollo y papas fritas en los restaurantes.
El amor dio paso a los hijos. María, la primera, nació en Miraflores 1993. Justo en la época en la que el terrorismo terminaba de golpear la capital. Una amarga anécdota que no quiere dejar de lado Chuck es que su primogénita nació tan solo cuatro días después de que un atentado.
“Algunos me decían que la llame María Cochebomba”, recuerda. La violencia terrorista azotó este país entre 1980 y el 2000, causando según el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación más de 69 mil víctimas de distintas condiciones sociales.
Charles Walker no solo ha publicado este detallado informe sobre la rebelión que encabezó el cacique de Tungasuca. Su bibliografía es vasta, valiosa, e incluye libros como “Colonialismo en ruinas”, “Diálogos con el Perú”, “Entre la retórica y la insurgencia”, el celebrado “De Tupac Amaru a Gamarra: Cusco y la Formación del Perú Republicano, 1780-1840”, entre otros.
“Trato de no estancarme en un tema. Me parece que son varias las cosas que quedan por investigar sobre la historia del país”, señala Chuck mientras una intensa llovizna cae sobre su cabellera sin siquiera molestarle.
-A veces da la impresión que los peruanos necesitamos que un 'gringo' venga a decirnos cosas que tenemos a la vista y de las que no nos percatamos por nosotros mismos, le digo. El historiador aliancista y enamorado del Perú evita responder. No quiere pecar de soberbio. Charles Walker es cualquier cosa menos eso.
EL ÉXITO DEL LIBRO ¿Cómo se explica el éxito de “La rebelión de Túpac Amaru”? Se trata de un libro de 350 páginas que fue publicado originalmente en inglés en 2014 por la editorial de la Universidad de Harvard. Su gran aporte es que, mediante el uso de fuentes novedosas, se detallan 4 aspectos del levantamiento: el gravitante papel de Micaela Bastidas, lo clave que fue la Iglesia Católica, la brutalidad que ambas partes ejercieron durante el conflicto y qué pasó luego de que Túpac Amaru cayó.
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El historiador firmando decenas de libros el día de la presentación de “La rebelión de Túpac Amaru”, libro publicado por el Instituto de Estudios Peruanos.
Chuck afirma que sí hubo un momento en el que la rebelión parecía muy cerca del triunfo. Entre 1780 y 1783 murieron alrededor de 100 mil personas--de ambos bandos-- abrazando determinados ideales o simplemente víctimas de las circunstancias.
“Si la rebelión triunfaba, el centro de poder en el Perú se iba a trasladar al sur”, señala. Inaginar algo más allá de eso podría ser más parte de un ejercicio de adivinación.
EL FUTURO: ENTRE PERÚ Y EE.UU. Charles Walker siempre creyó en lo novedoso de su trabajo pero es probable que nunca haya imaginado el revuelo que causaría. En 2014, el Financial Times lo colocó en el ‘top ten’ de los mejores libros de historia publicados a nivel mundial. El destacado politólogo Alberto Vergara sentenció en El Comercio que “es difícil hacer justicia (en una sola columna periodística) a un libro de esta envergadura”.
Sin embargo, la vida continúa y la historia de Chuck tiene aún varios capítulos en blanco. Hace algunos días, el 'gringo' de ojos azules recibió la Cátedra en Derechos Humanos Internacionales de la Fundación McArthur. Esta distinción le asegura un respaldo para investigar sobre el tema durante cinco años. Pero eso no es todo. Desde su nuevo puesto, Walker podrá seguir colaborando con las investigaciones históricas sobre el Perú.
Es probable que esta cátedra culmine con un libro, pero también con algo más importante. El autor de la segunda obran más vendida en la Feria Internacional del Libro de Lima 2015 podrá motivar a estudiantes estadounidenses a investigar sobre Perú y quizás hasta pueda hacer que algunos visiten este país. No sería la primera vez que Chuck propicia intercambios así. En 12 años trajo más de 200 universitarios desde Norteamérica hasta el Cusco para que estudien sobre Perú.
Hoy, Charles Walker luce contento. Lo visita Renzo, un estudiante quechuahablante que va rumbo a concluir su doctorado en la universidad de Davis. “Me enorgullecen Renzo Aroni, Cinthia Montañez y José Ragas. Son tres estudiantes peruanos que asesoré para su doctorado en Estados Unidos. Dos ya tienen su título y uno va en camino. Eso me hace feliz”, me dice. Su mirada trasluce sinceridad y yo no tengo motivos para no creer en él.
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Charles durante la entrevista para esta nota. Muestra el libro que presentó hace unos días en la FIL Lima 2015.