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Qué implica el decreto de “conmoción exterior” con el que Maduro se blinda ante las “amenazas” de EE.UU.
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Nicolás Maduro “suscribió” un decreto de “conmoción exterior” que le otorga poderes especiales para defender a Venezuela ante las “peligrosas amenazas” de Estados Unidos, anunció el lunes la vicepresidenta Delcy Rodríguez. La medida se da en el contexto del poderoso despliegue naval ordenado por el presidente Donald Trump en el mar Caribe para labores de interdicción de drogas, algo que en Caracas es interpretado como la preparación de una acción militar en territorio venezolano para deponer al régimen chavista.
“Este decreto es de efecto inmediato para darle plenas facultades al presidente Nicolás Maduro para desplegar a la Fuerza Armada en todo el país y tomar militarmente todas las infraestructuras de servicios”, explicó Rodríguez.
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Agregó que con este decreto Maduro podrá “actuar en materia de defensa y seguridad” si Estados Unidos “se llega a atrever a agredir a nuestra patria”.

“Hay una Venezuela compacta en la defensa de nuestro país, preparada para la defensa de Venezuela”, sostuvo Rodríguez en un acto al que acudió el cuerpo diplomático acreditado en Caracas.
Estados Unidos ha desplegado ocho buques de guerra, un submarino de propulsión nuclear y más de 6.000 militares en el mar Caribe. También ha enviado aviones de combate F-35 a Puerto Rico.
Las acciones de esta flota han destruido al menos a cuatro embarcaciones supuestamente cargadas con droga proveniente de Venezuela, con un saldo de 14 fallecidos.

Luego del anuncio de Rodríguez, Maduro aclaró que el decreto todavía no está firmado y que se encuentra en consulta.
“Ya hoy arrancó el proceso de consulta del decreto constitucional de estado de excepción para decretar un estado de conmoción exterior (...) y proteger a nuestro pueblo”, dijo en la noche del lunes Maduro durante su programa de televisión.
Maduro advirtió que su objetivo era que “toda la nación” y cada “ciudadano y ciudadana de este país tenga el respaldo, la protección y la activación de todas las fuerzas de la sociedad venezolana para responder a las amenazas o, si se diera el caso, a cualquier ataque que se hiciera”.
Se restringen las garantías

¿Pero de qué se trata la “conmoción exterior”?
El artículo 338 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela dice que podrá decretarse el estado de conmoción interior o exterior “en caso de conflicto interno o externo, que ponga seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de sus ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones. Se prolongará hasta por noventa días, siendo prorrogable hasta por las ringen garantíasnoventa días más...”.
Según la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, el decreto tendrá rango y fuerza de ley, entrará en vigencia una vez dictado por el presidente y deberá ser publicado en la Gaceta Oficial.
De acuerdo con la Constitución, en un estado de conmoción exterior podrán ser restringidas temporalmente las garantías constitucionales.
Al no haber sido publicado en la Gaceta Oficial, se desconoce el alcance del decreto y específicamente qué derechos van a ser restringidos.
De lo que sí hay certeza es sobre lo que no puede hacer el régimen, al menos eso dicen las normas: se mantiene la prohibición de incomunicación o tortura, también el derecho al debido proceso, el derecho a la información, a la libertad de conciencia y religión (en los límites compatibles con la seguridad nacional) y a la nacionalidad.
Más poder para Maduro

Delcy Rodríguez explicó que el decreto “se activaría de manera inmediata” en caso de cualquier tipo de agresión y para, por ejemplo, movilizar a la Fuerza Armada en todo el territorio, tomar militarmente y de manera inmediata la infraestructura de los servicios públicos, así como de la industria de los hidrocarburos y de las empresas básicas, para garantizar su funcionamiento, y activar todos los planes de seguridad ciudadana.
Maduro podrá cerrar las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, además de “activar todo tipo de planes económicos, políticos y sociales” para “garantizar la vida nacional”, dijo Rodríguez.
¿Qué viene ahora? La agencia EFE explicó que de acuerdo con la Constitución, el decreto “será presentado, dentro de los ocho días siguientes de haberse dictado, a la Asamblea Nacional o a la Comisión Delegada, para su consideración y aprobación, y a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia para que se pronuncie sobre su constitucionalidad”.
La ONG Acceso a la Justicia dijo a EFE que si bien el decreto entra en vigor una vez dictado por el mandatario, el Poder Legislativo y el Judicial tienen la potestad, en caso de que lo consideren, de frenarlo.
Desde la entrada en vigencia de la Constitución de 1999, por primera se aplicaría un estado de conmoción exterior en Venezuela.
Actualmente, en Venezuela rige un estado de excepción por emergencia económica.
Las razones de Maduro

El analista internacional Francisco Belaunde Matossian le dijo a El Comercio que la decisión de Maduro responde a dos motivaciones: por un lado, el temor real a un eventual ataque de Estados Unidos; y el por otro, la oportunidad de reforzar aún más su poder interno, usando esta figura legal como pretexto para restringir las pocas libertades que quedan y perseguir a opositores bajo la acusación de “traición a la patria”.
“No hay que olvidar que Maduro le mandó una carta a Donald Trump tratando de decirle que él quería negociar. Incluso buscó decir que el culpable de la hostilidad de Washington era Marco Rubio, su secretario de Estado, a quien calificó de señor de la guerra. Pero ese acercamiento fue rechazado con mucho desprecio por parte de Trump”, recordó Belaunde.
“Al ver que esa posibilidad se ha cerrado, es posible que Maduro esté entrando en la desesperación. Y este decreto le da también la posibilidad de acumular más poder, aunque es verdad que su régimen ya es una dictadura que cuando quiere arrestar o encarcelar a gente lo hace sin nevesidad de un estado de conmoción”, remarcó.
El experto también señaló que Trump es imprevisible y que dentro de su administración existen divisiones: mientras figuras como Marco Rubio abogan por la línea dura contra Maduro, otros preferirían explorar negociaciones.
Sobre el objetivo del despliegue militar estadounidense en el Caribe, Belaunde advirtió que, pese a los altos costos, los resultados han sido limitados, con “solo 3 o 4 lanchas interceptadas”, y que no se vislumbra una invasión de Venezuela, sino eventuales golpes puntuales incluso dentro de ese territorio.
Consideró que el cálculo inicial de Trump habría sido presionar para una implosión interna en el régimen de Maduro o forzar su salida negociada, lo que no ha pasado.
Belaunde indicó que si el despliegue no produce un cambio tangible en Venezuela, Trump podría quedar debilitado políticamente ante parte del electorado latino en EE.UU., especialmente de cara a las elecciones de medio término.
Sobre la declaración de este martes de Trump, que manifestó que ya no pasa droga por el mar Caribe y que ahora va a perseguir a los narcos en tierra, dando a entender que reforzará la seguridad en la frontera con México, Belaunde dijo que el republicano podría estar recalculando prioridades, con un creciente foco en la relación con México y el combate al narcotráfico en la frontera, aunque no es probable que emprenda acciones unilaterales sin autorización del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.










