La líder opositora de Venezuela María Corina Machado asiste a una protesta en rechazo a los resultados oficiales de las elecciones presidenciales. (EFE/ Ronald Peña R.).
La líder opositora de Venezuela María Corina Machado asiste a una protesta en rechazo a los resultados oficiales de las elecciones presidenciales. (EFE/ Ronald Peña R.).
/ Ronald Peña R.
Redacción EC

La última semana de julio cerró, primero, el 28 de julio con el mensaje a la Nación interminable de la presidenta Dina Boluarte y las elecciones en Venezuela, que presentaron uno de los mayores fraudes electorales de la historia. Justamente, estas últimas dieron cuenta de la incapacidad del sector izquierdista en el Perú y en américa latina. Estos últimos temas se abordaron en diversos Editoriales de la semana. Así también, la situación electoral en nuestro país que implica casos como el de Antauro Humala y Alberto Fujimori.



El Editorial del lunes 29 de julio no podía estar dedicado a otra cosa que no fuera el mensaje a la Nación. La presidenta entregó un mensaje largo, sin autocríticas y, en general, aún peor de lo anticipado.

“(Dina Boluarte) Pasará a la historia nacional, más bien, como un ejemplo paradigmático de lo que puede ser hablar mucho para decir realmente muy poco”.



El Editorial del martes 30 de julio denunció el enorme fraude electoral que se llevó a cabo en Venezuela el día de sus elecciones. El chavismo ha vuelto a burlarse de la voluntad de los venezolanos.

“La comunidad internacional tiene la obligación histórica de lograr que se respete la voluntad de los venezolanos, esa que el chavismo ha vuelto a burlar, y no ratificar este gran fraude. Los venezolanos no se merecen nada menos que eso”.


En su Editorial del miércoles 31, El Comercio criticó la incapacidad de la izquierda peruana para condenar el fraude perpetrado por la dictadura chavista la pinta de cuerpo entero.

“Lo ocurrido en Venezuela, en fin, solo demuestra que la izquierda peruana no ha cambiado y sigue siendo tan adoradora de los tiranos cuando estos comparten su misma insignia ideológica como lo fueron años atrás con ese asesino en serie llamado Fidel Castro”.



El Editorial del jueves 1 de agosto llamó la atención sobre los congresistas que viajaron a ‘certificar’ las elecciones venezolanas y cómo se les olvidó mencionar quién les financió la travesía.

“Este Diario ha conocido que los congresistas Kelly Portalatino, María Agüero, Elizabeth Taipe (todas de Perú Libre) y Guillermo Bermejo (Juntos por el Perú-Voces del Pueblo) acudieron a Venezuela financiados por la dictadura chavista”.



En su Editorial del viernes 2, este Diario advirtió que la Corte Suprema tiene la oportunidad de enmendar una cadena de errores que ha permitido una eventual candidatura de Antauro Humala.

“Solo cabe esperar que la Corte Suprema actúe de manera diferente a estas instituciones, con la celeridad que el tema demanda y consciente de la obligación histórica que tiene entre manos”.


El sábado 3 de agosto hubo dos Editoriales: El primero habló sobre la negativa de Josué Gutiérrez a condenar el fraude del dictador venezolano y cómo es una vergüenza para el país.

“Todos sabemos que Gutiérrez llegó al cargo por su afinidad con el prófugo Vladimir Cerrón y no por sus conocimientos sobre derechos humanos. Pero no hace falta ser una lumbrera para darse cuenta de que en Venezuela existe una tiranía que intenta ningunear la voluntad de los ciudadanos”.


El segundo editorial del sábado explicó las razones jurídicas y éticas para que Alberto Fujimori no reciba este beneficio de pensión vitalicia para expresidentes.

“Resulta revelador que en el hemiciclo nadie quiera asumir la responsabilidad por una decisión que, según abogados como Natale Amprimo y Aníbal Quiroga, contraviene la ley”.


En su Editorial del domingo 4, este Diario comentó la situación de los feriados en el Perú: se incrementan sin tomar en cuenta el daño que le hacen a la economía.

“Los nuevos feriados son, pues, una muestra más del populismo que inunda el hemiciclo legislativo. Sin análisis económicos básicos, sin evaluación de ganadores o perdedores, o referencias internacionales, los congresistas legislan ciegos a evidencia o a recomendaciones expertas”.