Este diminutivo de badil “paleta de hierro usada para recoger la lumbre en las chimeneas” es, en el Perú, lo que en España se conoce como llana o palustre “herramienta del albañil, compuesta de una plancha metálica, acabada en punta, y un mango de madera, para extender la masa” (Diccionario de peruanismos, APL, 2016). Llama la atención que el DRAE 2014 incluya badilejo como término de la lengua general, cuando aparece en distintos repertorios americanos y peruanos. Véase un ejemplo de Ciro Alegría: “—¡Qué güeno, taita! —exclamó Pedro […] emparejando la arcilla saliente con el badilejo” (El mundo es ancho y ajeno, 1941).
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